Anales Cientícos, 79 (1): 13 -20 (2018)
ISSN 2519-7398 (Versión electrónica)
DOI: DOI: http://dx.doi.org/10.21704/ac.v79i1.1134
Website: http://revistas.lamolina.edu.pe/index.php/acu/index
© Universidad Nacional Agraria La Molina, Lima - Perú
Presentado: 17/08/2016
Aceptado: 01/02/2018
La ciudadanía como conexión política entre las identidades en el Perú
The citizenship like a political conexion between identities in Perú
Ernesto W. Llanos
1
Resumen
El objetivo del presente estudio fue abordar la complejidad de la identidad peruana desde varios ángulos, haciendo uso de
distintos instrumentos teóricos para resignicar sus límites difusos y espacios entrecruzados bajo un método hermenéutico.
Uno de los caminos para afrontar esta problemática es considerar el potencial de la ciudadanía para constituir una
identidad política que permita la interrelación e interconexión entre la variedad de grupos sociales y culturales que
conviven y se inuencian mutuamente en la sociedad peruana. Para ello, se analizó algunas manifestaciones culturales
como la música, las artes audiovisuales y la cocina, encontrando una serie de identidades y modelos de identicación que
reejan estereotipos presentes en nuestro contexto y ante los cuales se plantea un análisis crítico.
Palabras clave: ciudadanía; cultura; identidades; Perú; política; sociedad.
Abstract
The aim of this paper it was address the complexity of the Peruvian identity from various angles and using various
theoretical tools to resignify its fuzzy boundaries and intersecting spaces under a hermeneutical method. One of the
ways to address this problem is to consider the potential of citizens to form a political identity that allows interaction
and interconnection among the variety of social and cultural groups coexist and inuence each other in Peruvian society.
To do this, we look at some cultural events such as music, visual arts and cuisine, nding a series of identities and
identication models that reect stereotypes in our context and in which a critical analysis arises.
Keywords: citizenship; culture; identities; Peru; politic; society.
1
Universidad Nacional Agraria La Molina, Lima, Perú. Email: llanosargumanis@gmail.com
1. Introducción
Esta investigación abordó el problema de la identidad que se
muestra en la cultura, a n de vislumbrar sus repercusiones
sociales y políticas. El alcance de la investigación es
explicativo, en el sentido que busca replantear a la
ciudadanía en torno a una identidad política que, integre
y posibilite la interacción de los diferentes grupos sociales
y culturales del país. Por tal motivo, el principal objetivo
es contrastar algunos conceptos, perspectivas y enfoques
pertinentes, desde diferentes disciplinas y referencias
bibliográcas fundamentales. La losofía hermenéutica
por un lado y por otro, el texto de Castoriadis (1997) El
Avance de la insignicancia”; del ámbito de la sociología
el trabajo de Portocarrero y Komadina (2001) Modelos
de identidad y sentidos de pertenencia en Perú y Bolivia”;
y de la politología, Sartori (1988) y su obra la Teoría
de la democracia”, para tratar de construir un discurso
analítico, sintético, crítico y hermenéutico, a n de crear
interconexiones entre las problemáticas culturales, sociales
y políticas.
2. Materiales y métodos
Se estudió la problemática de las identidades y su relación
con la ciudadanía en el Perú. La metodología que se utilizó
estuvo basada en un enfoque cualitativo, ya que buscó
comprender la realidad a partir de las interpretaciones
de diferentes manifestaciones culturales desde la
losofía, la sociología y las ciencias políticas. El diseño
de la investigación es interpretativo, porque se usó un
enfoque multidimensional para ensayar una ordenación
y estereotipos de la problemática social y cultural de la
diversidad peruana, a partir de los imaginarios captados en
las manifestaciones populares. Para ello, se usaron algunas
categorías de la losofía y de la sociología, a n de deducir
probabilidades.
3. Resultados y discusión
Identidad e identicación
Dinámicas y niveles de identicación complejos
Podemos establecer tres niveles de identicación que se
entrecruzan en el mundo interior de las personas, estas son:
en primer lugar, el nivel personal o individual, campo en
que se desarrolla la identidad psicológica. El segundo, la
identicación microsocial o comunitaria, estudiada por
diversas disciplinas como la psicología, la antropología, la
sociología, entre otras, está desarrollada por las diferentes
interacciones sociales de manera simultánea, que se
expresan dependiendo de los contextos o espacios sociales
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en los que nos desenvolvemos, como la familia, el barrio,
el centro de estudios, el trabajo, las agrupaciones políticas
y los diferentes círculos sociales. Por último, el nivel
de identicación macrosocial, político-social, político-
nacional o ciudadanía política, que puede ser analizado
tanto desde las ciencias sociales, la sociología política,
losofía política y otras disciplinas. Aquí se maniestan
las identidades nacionales y los procesos de identicación
política de los ciudadanos de un Estado.
Respecto a las identidades nacionales, no podemos
limitar su comprensión a la teórica clásica de nación-
estado moderno, desde la cual se identicaba directamente
la identidad cultural con la nacional, en la conjugación
“una lengua, una cultura, una nación”. Esta concepción
es imposible en nuestra época debido a las complejas
y heterogéneas culturas que forman las sociedades
latinoamericanas como el Perú, que asimismo, participan
de los procesos migratorios, producto del fenómeno de la
globalización a nivel mundial.
En relación a lo mencionado, tenemos que distinguir
entre las identidades culturales y nacionales, pues, hay
grupos culturales que forman parte de una o de varias
identidades. Por ejemplo, en Bolivia y el Perú, conviven
un conjunto diverso de etnias culturales como los quechuas
y los aymara, más allá de los límites de estos dos estados
modernos.
Este estudio buscó proponer que la identidad ciudadana
puede servir como instrumento de cohesión, unión e
integración intercultural para una articulación política
que permita la viabilidad de un proyecto nacional (incluso
transnacional) y el funcionamiento de un estado frente a
las nuevas dinámicas y cambios socioculturales alrededor
del globo.
Redenición integrada del concepto de identidad e
identicación
La comprensión de los niveles de complejidad sobre la
identicación nos lleva a preguntarnos por la complejidad
de las identidades y los aspectos que subyacen a ellas.
Partiendo de la lógica, la matemática, la losofía del
lenguaje y la analítica; tomando como centro la teoría de
conjuntos, se abordó varios conceptos que permitirán tener
una idea más integral de la identidad.
El principio lógico de no contradicción puede
resumirse en a = a, e interpretarse en que, algo es igual e
idéntico a sí mismo y diferente a otros seres u objetos. Este
principio puede ser trasladado tanto a la psicología como a
la sociología, pues la identidad personal o social, permite
diferenciar personas y comunidades unas de otras.
Otro concepto que se puede integrar, es el sentido
de pertenencia, pues la identidad también se dene
por un sentido de pertenencia a un grupo (Vargas, s.f.).
Los elementos de un conjunto pueden ser denidos de
dos formas: la primera, por extensión, es decir, por la
enumeración de los elementos que lo comprenden, por
ejemplo, el conjunto “peruanos” estaría comprendido por
todas aquellas personas que han nacido en el territorio
peruano o que hayan sido inscritos por sus padres como
ciudadanos peruanos en otros países. En teoría, se podría
revisar una base de datos que consigne los nombres de
todas las partidas de nacimiento y restándole todas las
actas de defunción. Y la segunda, denir un conjunto
por comprensión, a través de la descripción de las
características que comparten todos los elementos, como
“x/x es una vocal del abecedario”, en este caso, sabemos
que la respuesta por extensión es (a, e, i, o, u); como vemos,
la denición por comprensión es un concepto abstracto,
un concepto de relación y pertenencia, una identicación
simbólica que determina una relación social intersubjetiva
como un grupo de ideas, creencias, costumbres, historia,
etc., las que permiten la identicación de un grupo de
sujetos y la diferenciación con otros. Esto nos lleva a
cuestionar si alguna vez se ha elaborado o construido un
discurso que permita la denición por comprensión del
conjunto “peruanos” o si es posible realizarlo.
La dicultad de integrar un conjunto conformado por
grupos sociales diversos, algunos de los cuales tienen
subconjuntos y se encuentran intersectados entre sí, es
la falta de una verdadera pertenencia o identicación
ciudadana política nacional, pues muchos peruanos sienten
una mayor pertenencia a una familia, etnia o región que a
la nación; esto se evidencia en los conictos sociales, en
la discriminación, en la falta de respeto ante la ley y en el
cuidado del patrimonio cultural y natural. Por estas razones
la tarea de relacionar todos estos conjuntos sociales en
un gran conjunto universal es un verdadero reto social y
político.
Para lograr el objetivo, se debe considerar el concepto
de identidad de manera más exible e integral, como una
relación simbólica y dinámica que permite, a partir de
distintos imaginarios, conformar una comunidad cultural;
en ese sentido, tomaremos algunas ideas del texto “En
el crisol de las apariencias” de Maffesoli (2007). Según
el autor, la identidad es concebida como producto de la
modernidad, es una lógica basada en la unidad individual
estática, que en la actualidad ha perdido fuerza y se está
diluyendo a causa de los vertiginosos cambios de las últimas
décadas, donde todo se ha vuelto diverso y múltiple. Otro
efecto de esa disolución de la individualidad moderna es
que inuye en el proceso dinámico de la identicación y
las múltiples pertenencias a los diversos grupos sociales
y culturales. Tanto en el mundo como en el Perú, se
altera la formación de relaciones sociales, identidades e
interacciones por el concurso de múltiples facetas, roles y
máscaras que constituyen el ser complejo en un continuum.
Maffesoli (2007)
presentó a un individuo perdido
en medio de una serie de identidades, producto de la
posmodernidad y de los diferentes contextos donde se
desenvuelven las personas. Por esta razón, él preere
hablar del proceso de identicación y no usar el término
identidad, que considera estático, pues la identidad
es, nalmente, una construcción en constante cambio,
enfatizada por las diferentes comunidades de las cuales
participamos, incluyendo las virtuales.
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En otras palabras, “Es esta multiplicidad del yo lo que
permite comprender la irrupción del afecto, la importancia
de las emociones, las lógicas diferentes que lo animan,
ajeno a todo esto, al recorrido rectilíneo y continuo
que se le acredita, por principio y a priori, al individuo
moderno”(Maffesoli, 2007), que ha sido diluido en la
llamada posmodernidad.
Intermedios, espacios y campos interculturales y
transculturales
La complejidad de la sociedad peruana se debe en parte
a la intersección de ciertas tradiciones culturales y de
distintas “lógicas”, “racionalidades”, formas de pensar,
cosmovisiones, imaginarios, discursos, entre otros, que
posteriormente llamaremos campos y espacios simbólicos
o culturales.
De un lado, persisten formas de pensar y actuar que
pertenecen a las sociedades tradicionales o premodernas,
como la moralidad, ciertos elementos comunitarios, una
visión comercial regida por la negociación, una fuerte
inuencia de ideas y creencias de origen místico y
religioso, entre otras muchas manifestaciones visibles en la
vida cotidiana; simultáneamente, conviven los imaginarios
simbólicos o cosmovisiones correspondientes a las
sociedades modernas que se maniestan por medio de los
procesos de individualización, las formas económicas de
carácter capitalista, el uso de la razón instrumental, etc., las
mismas que forman parte de las relaciones sociales donde
interactuamos.
De otro lado, con las dos formas de pensamiento
anteriormente descritas, conviven algunas ideas y
comportamientos calicados de posmodernos, propios
de sociedades posindustriales, entre los cuales se puede
percibir la conciencia de la inuencia de la economía
y la política internacional en la realidad nacional, el
incremento del hedonismo y el hiperconsumo en algunos
sectores sociales, el poder de los medios de comunicación,
incluyendo Internet, la revaloración de los saberes
tradicionales y más. Todo esto, deviene como resultado de
los cambios acontecidos desde las últimas décadas del siglo
XX y como crítica a la modernidad y sus consecuencias.
Como ejemplo de este traslape, en primer lugar, se
tiene los campos o formas vinculadas a la tradición de las
culturas precolombinas, algunas de ellas en estado casi puro,
especialmente, las comunidades de la sierra y de la selva,
alejadas de la civilización occidental, que han sobrevivido
a los procesos históricos de la dominación española y la
República. En segundo lugar, los diversos campos del
pensamiento moderno, se encontró imaginarios que tienen
su raíz en la llegada de la cultura occidental que introdujo
cambios irreversibles: las fusiones culturales como el caso
de los sincretismos religiosos (entre el catolicismo y la
religiosidad precolombina), la institucionalización política
y social de la colonia, proveniente de la península ibérica.
Esta conuencia cristalizó en una cultura amalgamada,
donde perviven elementos premodernos y modernos, como
el catolicismo y el capitalismo. Con todo, este proceso no
ha concluido, sino que la imposición de occidente desde
el siglo XVI continúa, aunque bajo nuevas formas de
dominación. En tercer lugar, los campos de pensamiento
posmoderno asociados al actual consumismo poscapitalista,
el cual está inuenciado por dos poderes: las políticas
económicas neoliberales implantadas desde los años
noventa, impuestas por organismos internacionales como
el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional y
las constantes innovaciones tecnológicas y los medios
de comunicación que movilizan el comportamiento
inmediatista, individualista, supercial, indiferente y
hedonista, orientado a la acumulación de bienes materiales
como símbolo de éxito.
Los tres campos descritos no son los únicos, pues
existen una serie de espacios intermedios que permiten el
paso de una “lógica” o “racionalidad” a otra, dependiendo
del contexto. Estos espacios son tránsitos culturales, como
el paso de lo formal a lo informal, el paso de la oferta
y la demanda a la negociación, el paso de lo legal a lo
ilegal. Algunos ejemplos de estos espacios intermedios,
son los ámbitos de: lo interlegal, translegal, interformal
y transformal. Vamos a gracarlo para que sea más
claro. En su análisis etnográco del acceso ilegal a la
telefonía celular. Mujica (s.f) explicó la interrelación de
los mercados legal e ilegal o informal y cómo la empresa
de telecomunicaciones “legaliza” de manera informal
los equipos robados, fortaleciendo el “mercado negro” y
facilitando el acceso irregular a él. De esta forma, el celular
es un híbrido de lo ilegal y lo legal, una fusión de mercados
y de intereses, donde “todos ganan”.
.
¿Cómo pasamos de un campo de pensamiento a otro, a
través de los espacios intermedios? A veces, son espacios
físicos como los mercados, galerías y zonas de ventas
ambulantes, etc. donde podemos negociar o regatear los
precios, somos los caseros que reciben un regalito (“la
yapa”) a diferencia de los centros comerciales, tiendas
por departamentos, supermercados, etc. negocios y
corporaciones, a veces de origen internacional, donde
los precios están preestablecidos por las leyes del libre
mercado.
Otras veces, el paso a estas ambiguas dimensiones son
más sutiles, representado por frases como “¿cómo es?”,
“¿cómo arreglamos?”, que son las llaves o códigos sociales
de acceso a lo ilegal pasando por lo interlegal o translegal
o, también, para imponer jerarquías sociales de poder, tal
como sucede con las expresiones “no seas igualado” o
“¿sabes con quién estás hablando?”, que veremos después
con mayor profundidad. En síntesis, el problema reere
al paso de la igualdad entre individuos iguales a sujetos
jerarquizados de manera tradicional.
Se debe aclarar que, sin importar nuestra identidad
cultural o las diferentes identicaciones que constituyen,
un buen grupo de peruanos e incluso de latinoamericanos
y tal vez cualquier otro grupo a nivel mundial, se pasa
por espacios intermedios donde se cruzan los discursos o
sistemas, cuyos límites son difusos.
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Modelos de identicación
Desde la segunda mitad de los años noventa, en los medios
de comunicacióndel Perú, se observa, hasta el día de hoy,
la aparición en aumento de modelos de identicación de
la cultura popular mediatizada, combinando elementos
extraídos de los estereotipos sociales andinos, amazónicos,
en general migrantes y de la llamada cultura descrita
como mestiza, chola y criolla, presentes en novelas, series
y comerciales televisivos que se usan como estrategias
de comercialización de los productos peruanos, con la
consiguiente “valoración” de la cultura. Es el caso de las
campañas de Inca Kola, de “compre productos peruanos”,
de cambio de imagen del Pisco peruano, y un sin número
de ejemplos más.
El interés sobre los modelos de identicación también
se expresa en otras esferas del conocimiento como las
ciencias sociales; aquí se encontró estudios realizados
con mayor profundidad y continuidad desde nes de los
setenta, sobre la migración y la informalidad, y sus efectos
en las ciudades, “la cultura chicha”, la propuesta de la
cholicación o lo cholo como el resultado del mestizaje
social y cultural. Estos nuevos modelos de identicación
constituyen una especie de fusión o intersección donde
tiene lugar la formación de nuevas identidades, que no
reemplazan a las anteriores sino que conviven con otras
(identidad aristocrática, criolla, andina, afro y otras
intermedias y puras, como el caso de algunas comunidades
de la selva). Asimismo, estos modelos de identicación
tienen otros campos de expresión y representación de la
identidad, a través de las artes plásticas y las visuales, así
como la música, la cocina, entre otros.
En líneas generales, hablar de los modelos de
identicación como paradigmas que permite la generación
de nuevas identidades, las que a su vez reejan imágenes
que dinamizan enriqueciendo y cuestionando los discursos
que subyacen a dichos modelos de identicación. Esta
dialéctica es imprescindible en nuestro contexto, toda
vez que los medios de comunicación instrumentalizan
sin conciencia moral esta relación. “(…) lejos de vivir
una utopía, las imágenes en movimiento que vemos
en la mayor parte del mundo no dan testimonio de
felicidad, sino de la consolidación de la matriz cultural del
entretenimiento y del ocio”
(Protzel, 2009). Los medios de
comunicación serían un espejo donde se reejan ciertos
aspectos culturales estereotipados a la orden de los nes del
sistema de entretenimiento comercial. Tanto la publicidad,
un sector del cine y la televisión utilizan modelos de
identicación estereotipados, simplistas y caricaturescos
para captar al público al que apuntan, sin importar que
refuercen prejuicios, en tanto cumplan los objetivos
comerciales. A continuación presentamos algunos modelos
de identicación utilizados en medios de comunicación:
Aristócrata-pituco. Dominante, elitista, hedonista,
despreocupado, excluyente. Propio de aquellos que
encumbran su mundo jerarquizado, dueños de una gran
corporación, imponen autoridad de herencia colonial-
gamonal y viven en medio de lujos. Modelo dominado
por la “lógica” del capitalismo del libre mercado y el
hiperconsumo. Representado en los medios, utilizando
individuos con rasgos físicos “europeos”. En su interior,
puede verse una clara división generacional: un gran
conservadurismo por parte de los mayores y un estilo de
vida desmedido en los jóvenes, producto del vacío y tedio
de la vida contemporánea.
Una representación importante de este modelo se
observa en la película “Dioses” de Josué Méndez, en la serie
“Esta sociedad”, y también en las telenovelas peruanas,
aunque en las décadas haya perdido protagonismo.
Criollo-pendejo. Cuando se habla del criollo producto
de la sociedad colonial debemos hacer una aclaración,
en especial, debido a los cambios acaecidos en la etapa
republicana, ya que se puede hablar de dos tipos de criollo:
el aristócrata con poder o con apellido que comparte un
estilo de vida acomodado y que ha sido descrito en el
modelo anterior; y el criollo de clase media que ocupa
trabajos de mando medio, cuyo carácter risueño tipica
al “vivo” o gran oportunista, que podemos relacionar
con letras del cancionero criollo del siglo XX, como por
ejemplo: “Vacas y gallinas irán por las calles dando leche
y huevos a más y mejor… gracias a Mandraque en estos
cinco años vueltas de campanas dará la nación… Haremos
casas de ochenta pisos, ómnibus nuevos más de cien mil…
y las corvinas sobre las olas nadarán fritas con su limón”.
Es un personaje que tiene contacto simultáneo con
los sectores más poderosos y las clases más populares,
que busca ascender socialmente al mundo aristocrático
tratando de encontrar el momento oportuno, en el colegio,
la universidad, el trabajo, etc., para acercarse lo suciente e
introducirse a las esferas de poder económico aristocrático.
Su estereotipo físico es variado, puede ser blanco o mestizo.
Es más exible para pasar de un campo simbólico a otro si
le es conveniente.
El mundo típico donde se desenvuelve este “criollo”
es el barrio de clase media, representados en programas
cómicos o en series como “Mil ocios” o “Así es la
vida”, “Al fondo hay sitio”, encarnado normalmente por
el actor cómico Adolfo Chuiman y su entorno de cción
constituye una típica referencia. El mundo “criollo”
también se encuentra presente en personajes publicitarios,
principalmente en algunos anuncios de cerveza.
Cholo-Chicha. Emprendedor, ingenioso, mestizo,
migrante o hijo de migrantes, que mantiene sus tradiciones
y ha aprendido a adaptarse a la ciudad y la ha trasformado e
incluso la ha dominado, la hecho suya; pasó de ser invasor
a protagonista de la ciudad, creando nuevos espacios,
saliendo adelante con el esfuerzo comunitario, creando su
propio trabajo, buscando el desarrollo y el progreso a través
de la reformulación de su modo de pensar, tiene su propia
dinámica comercial basada en relaciones de parentesco y
con una lógica de negociación. Es el sujeto de estudio y el
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nuevo protagonista en los medios de comunicación, que
no viene solo sino rodeado de un mundo emergente que ha
pasado por procesos de cambios y es aceptado, en parte,
por formar un nuevo y gran mercado de consumo popular y
por constituirse como parte importante de un nuevo sector
comercial y económico. Este modelo de identicación en
los últimos años se ha convertido en tema central de ciertas
propuestas artísticas que tratan de rescatar en la estética
chicha, los elementos urbanos como anuncios de estas,
transporte y vivienda, entre otros, en medio de un juego de
colores y formas.
El cholo y su mundo chicha aparecieron con fuerza
en la música de los ochenta y de manera profusa, en las
telenovelas de los noventa como “Los de arriba y los
de Abajo”, programas cómicos como “Los cómicos
Ambulantes”, los talk show; y en los últimos años,
series televisivas de corte biográco, que tienen como
protagonistas y modelos a los cantantes folkclóricos
-como el caso de Dina Páucar o Chacalón-, quienes se
han convertido en iconos del éxito y esfuerzo emergente
y por eso, simbolizan la imagen de una marcas para atraer
a un gran mercado popular, a veces, incluyendo el uso del
quechua y el aymara.
Otro fenómeno social, asociado a lo anterior, es el gran
boom de la cumbia, con mayor fuerza que el fenómeno
de la chicha de los ochenta y la tecnocumbia de nes de
los noventa e inicios del siglo XXI, pues ha trascendido a
nivel nacional, creando no solo programas sino radios que
trasmiten exclusivamente esta música de gran difusión y
espacios televisivos para el mismo n.
Andino-tradicional. Trabajador, religioso, tradicional, no
puede desligarse del modelo anterior con el que está muy
relacionado, pues la raíz cultural del cholo de la ciudad
es el mundo andino del campo que mantiene costumbres
y formas de pensamiento anteriores a la colonia. Ha
sido postergado por el estado pero está produciendo sus
propios cambios, busca cultivar el campo utilizando sus
conocimientos heredados e implementándolos con otras
tecnologías, así como potenciar sus conocimientos sobre
su medio ambiente para una mejor producción. Durante
varios siglos, ha sido estigmatizado como víctima mediante
las imágenes peyorativas de serrano, indio, campesino,
ignorante, e idealizado en las representaciones del arte y la
literatura indigenista. Sin embargo, ha empezado a cambiar
en algunos sectores con la revaloración de la tradición
precolombina y el pensamiento ancestral. Su diversidad
cultural está siendo aprovechada por el arte y la textilería,
la agroindustria y las técnicas de regadío, el turismo y la
gastronomía.
Afro-Negro-Zambo. Este modelo guarda relación con
la comunidad de origen africano que llegó durante la
colonia y su proceso de mestizaje. Su estereotipo suele ser
limitado, pues los representantes son reducidos a tener un
carácter alegre, con gran habilidad para los deportes y las
artes, en especial para la música y la danza. Sin embargo, el
aporte de la comunidad afroperuana es mucho más amplio,
pero, a veces, es nublado por características negativas del
estereotipo que lamentablemente fomentan la exclusión y
la discriminación, como las supuestas, falta de inteligencia
o de relación con actividades criminales. Esto último se
reeja claramente en el personaje de Jorge Benavides, “El
Negro Mama”, quien ha sido transformado, en relación
a su inicial actividad de estafador, presentándolo en los
recientes capítulos como doctor, o ingeniero, debido a las
constantes críticas por discriminación racial. Este modelo
comparte algunas características con otros mencionados
anteriormente, como el criollo-pendejo y el cholo-chicha.
Europeo-Gringo. En líneas generales es un estereotipo
que agrupa a los extranjeros y sus descendientes, en
algunas oportunidades confundidas o relacionadas con los
pitucos, criollos y a veces con los mestizos. Es un grupo
que surgió como resultado de la migración europea de
nes del siglo XIX e inicios del XX, a pesar que el ujo
ha disminuido siempre existen europeos y ciudadanos de
Estados Unidos que deciden radicar en nuestro país. Este
modelo de identicación tiene un fuerte vínculo con el
ámbito profesional y empresarial, a veces sin merecerlo,
suelen recibir una buena consideración y estatus.
Asiático-Chino. Otro modelo de identicación o
estereotipo cultural es el de los asiáticos, mayoritariamente
chinos; producto de su llegada en la segunda mitad del
siglo XIX y principios del XX, fueron explotados en las
haciendas arroceras, y entendidos de manera simplicada o
agrupados por error con la comunidad Japonesa, Coreana,
etc. Al igual que los europeos se constituyen en gran parte
por los descendientes de las primeras comunidades. Suelen
estar asociados al mundo comercial, en especial al negocio
culinario y de abarrotes. Vistos como gente honrada,
trabajadora y de conanza, la imagen de este modelo fue
utilizada en la campaña de Fujimori del año 1990 lo que le
dio bastante éxito y popularidad.
Selvático-Charapa.-La imagen de lo amazónico no tiene
todavía una gran exploración cientíca, ni una fuerte
explotación del marketing, la publicidad y los medios. En
los últimos años ha crecido la oferta turística y musical
asociada al modelo de identicación selvático. Una de las
causas de su popularización se asocia al crecimiento de la
cumbia, con un estilo propio y en especial con la puesta en
valor de la música de “Juaneco y su Combo” realizada por
bandas como “Bareto”.
Podemos plantear dos modelos de identicación:
el primer estereotipo es el charapa, hombre de la selva
urbanizado, alegre, colorido, divertido y ligado a un
fuerte erotismo y sexualidad. Representado en programas
cómicos o en alguna novela ambientada en Lima como
un personaje pintoresco. En artes plásticas habrían dos
representaciones de este mundo exótico, colorido, erótico
y sexual: las pinturas de los artistas “Lucuma” y Bendayán.
En televisión hubo una serie llamada “Yuru, la princesa de
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la selva” que pretendió haber representado el mundo de lo
natural, lo místico y lo mágico.
El segundo modelo son las comunidades más
tradicionales y alejadas que viven en medio de la selva
rodeadas de la naturaleza, con fuertes creencias mágicas;
son un conjunto de culturas menos afectadas por el choque
con la civilización occidental, algunas utilizan ventajas
de la tecnología como la telefonía móvil o Internet para
negociar y atraer turistas, mostrando su estilo de vida
más natural, altamente atractivo para los extranjeros. Sus
lenguajes originarios se mantienen vivos, existen grupos
que todavía viven de la caza y de la pesca, comunidades
tranquilas hasta que son atropelladas por el gobierno o
las corporaciones nacionales y extranjeras dedicadas a la
extracción de recursos naturales minerales y petroleros.
A veces estas comunidades reaccionan con violencia para
exigir sus derechos y buscan el reconocimiento a través de
las reivindicaciones sociales.
Estos modelos de identicación cultural son solo una
referencia, pues en la realidad son mucho más complejos
y desbordan los límites del estereotipo, la teoría y el
prejuicio porque buena parte de ellos pasan de los
campos simbólicos tradicionales a los modernos, a los
postmodernos, pasando por los espacios intermedios y
sus difusos contornos (interculturales o transculturales),
relacionados a las “Nuevas poéticas del sujeto” descritas
por Portocarrero, y Komadina (2001) en su trabajo Nuevos
modelos de identidad en la sociedad peruana (hacia una
cartografía de los sentidos comunes emergentes).
Portocarrero trata “…de identicar las tres- ideologías
del sujeto, es decir, los discursos que establecen lo que la
sociedad desea de sus miembros, lo que ellos tendrían que
internalizar como metas y anhelos para ser reconocidos y
valorados por el Gran Otro, por la cultura hegemónica y,
por tanto, por casi todos los demás “otros” (Portocarrero,
y Komadina, 2001). Los cuales son denominados: el
militante, el exitista y quien busca su leyenda personal.
El militante que perdió fuerza en los ochenta, es quien
da su vida por la causa, pero también podría ser por el grupo,
la familia, el barrio o la comunidad. Es quien se entrega
totalmente, Portocarrero lo relaciona estrechamente al
partidario político de orientación de izquierda, que cree en
el líder carismático y en el proyecto de futuro, podría verse
como un emigrante progresista.
El elitista es quien busca el éxito profesional y material,
que ha ganado vigencia con las políticas neoliberales
introducidas desde los noventa por el gobierno fujimorista,
expuesto en los libros y discursos de Miguel Ángel Cornejo.
Es aquel que trabaja para acumular bienes y lograr un gran
poder adquisitivo, compensa su esfuerzo consumiendo
todo lo que el dinero le permite incluyendo compañía y
sexo. Aquí se mezcla el individualismo moderno, la idea
de progreso y el hiperconsumo hedonista.
El modelo de búsqueda de la Leyenda personal está
relacionado con la “Literatura de Autoayuda” de Coelho
(1988) y con la llamada “educación en libertad” del Colegio
los Reyes Rojos de Barranco fundado por Carvallo, cuya
educación consiste en el descubrirse a sí mismo, encontrar
las habilidades propias y desarrollarlas, es la revaloración
postmoderna del “Conócete a ti mismo” que trasmitía
Sócrates.
Este modelo de identidad es una valoración más
subjetiva y espiritual con tintes de creencias en el destino,
en los tiempos internos y circulares combinados con una
concepción universal de que todo está interconectado. A la
vez tiene vínculos con la tradición y el postmodernismo,
principalmente.
Para terminar este punto compartimos la siguiente
idea: “Una televisión de señal abierta,- y en general
todos los medios de comunicación incluido el Internet-
culturalmente democrática, debería ser más balanceada,
diversa e inclusiva, para convertirse en la arena de la que
emerjan las luchas simbólicas que el país vive” (Protzel,
2009). Pero sabemos que los intereses comerciales son
los que rigen, denen y determinan el uso y abuso de los
modelos de identicación.
Además consideramos que es importante acotar que
los modelos o estereotipos son muchas veces captados
con un matiz racista que se confunde con lo cultural.
Para evitar este problema reiteramos que estos modelos
de identicación expuestos son referenciales y exibles
con múltiples intersecciones, pues conviven en diferentes
espacios como los colegios, universidades centros
de trabajo, etc., y son deformados por los medios de
comunicación, los programas de televisión y la publicidad
que refuerzan aspectos caricaturescos excluyentes.
Diversidad como política cultural:
Como hemos mencionado, la marca y la imagen Perú se
ha vuelto muy apreciada, destacando la diversidad natural
y cultural, que debe ser vista como diferencia comparativa
y aprovechada para ser una diferencia competitiva.
Discursos como el del exministro del Medio Ambiente,
Antonio Brack, que le da un valor ecológico con potencial
agroindustrial y de exportación a nuestra diversidad
de productos orgánicos propios de nuestra diversidad
climática; es el mismo discurso que sirvió como base
para la difusión de la imagen del Perú por el ministerio de
Turismo y comercio exterior promovido en su momento por
la ex ministra Mercedes Araoz, quien apoyó el boom de la
gastronomía peruana, emprendida por la nueva generación
de Chefs como el innovador Gastón Acurio quien ha
sabido fusionar la técnica y la estética de la alta cocina
con la diversidad de comidas típicas, productos oriundos
y sabores que son consecuencia de las fusiones culturales
expresadas en la comida peruana, que podemos considerar
una rica fuente y metáfora de nuestra cultura heredera
de múltiples tradiciones y combinaciones culturales que
continúan vivas en el pleno proceso de transformaciones.
Así el gobierno y todos en general debemos ser los
artíces de la renovación y difusión de una política de la
diversidad y la fusión que sea el laboratorio, bajo nuestras
propias teorías, de una nueva sociedad donde convivan,
E. Llanos
/ Anales Cientícos 79 (1): 13- 20 (2018)
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compartan, se respeten y se relacionen una pluralidad de
culturas de manera conjunta.
Un instrumento importante es un uso inteligente de
los medios de comunicación para mostrar y reforzar la
valoración por lo peruano y su variada riqueza tanto a
nivel nacional como a nivel internacional, traspasando las
barreras del markting para evitar reducir el comercio.
¿Sabe con quién está hablando?, Herencia colonial,
autoritarismo y racismo:
No podemos eludir las dicultades o problemas, que
podemos ver como oportunidades, surgidos de nuestros
procesos históricos y sociales. Un ejemplo de paradigma
es el racismo sutil y persistente en nuestra sociedad, por
el cual pasamos de una supuesta democracia donde todos
somos iguales ante la ley al mundo autoritario, colonial y
gamonal, esa herencia de la que habla Cotler (1992), que
nadie puede negar y que ha sido fuente de polémicas con la
publicación del trabajo de Bruce (2012) Porque nos hemos
Choleado tanto al referirse a los mecanismos del racismo
en el Perú.
Lo más tragicómico es que todos nos discriminamos,
todos nos choleamos, le decimos serrano, chino, negro,
blanco, indio y demás a los otros, con base racial, étnica
y cultural, en un país de mestizajes, quien como se dice:
“El que no tiene de inga tiene de mandinga”. Pero este es
un recurso de diferenciación para hacer uso del poder que
podemos manejar, como algunos porteros o vigilantes lo
hacen cuando pueden.
Un ejemplo de un código de acceso al mundo
tradicional, colonial y jerárquico donde podemos imponer
nuestro pequeño poder es la frase explicada por Da Matta
(2002) en el texto llamado Carnavales, Malandros y
Héroes. Hacia una sociología del dilema brasileño.
Trabajado en su cuarto capítulo intitulado ¿Sabe con quién
está hablando? Que es una forma de eludir el sistema legal
moderno de individuos para pasar a la personalización
diferenciada y jerarquizada colonial.
El rito descrito por Da Matta (2002) es el revelamiento
de un orden aparentemente oculto, una tradición propia de
Brasil, pero también presente en el Perú y Latinoamérica
principalmente, que surge para determinar un orden
conservador y jerárquico de personas, que ocupan un
lugar especíco, en una sociedad donde se establece
un dominante y un dominado. Este rito responde frente
a situaciones de conicto o crisis en una sociedad
supercialmente igualitaria y moderna donde todos los
individuos son anónimos y se rigen por las leyes y el
mercado que establece los mecanismos de regulación;
sin embargo la subsistencia de una herencia jerarquizada
invalida estos mecanismos y se recurre al rito del “¿Sabe
con quién está hablando?” para colocar a los individuos
como personas reconocidas en roles desiguales, para
solucionar el inconveniente haciendo caso omiso al mundo
moderno que, nalmente, se percibe como una capa
que esconde relaciones sociales complejas producto de
procesos históricos que combinan elementos propios de
una cultura personalista “premoderna” con otra impuesta
que es individualista y, cuyos órdenes constantemente
entran en conicto.
4. Conclusiones
Finalmente todos estos grupos interactúan en los diferentes
campos simbólicos y que las estructuras o sistemas sociales,
jurídicos y políticos no son lo sucientemente exibles
para integrarlos de manera coherente. Por eso a manera
de propuesta de integración proponemos como concepto
de relación, pertenencia, denición por comprensión
del conjunto Perú, peruanos o peruanidad a la identidad
ciudadana, que constituya la interconexión social y política,
el conjunto universal que aglomere a las otras culturas.
Para lograr esto, el Estado, los grupos políticos y sociales
deben establecer una política de interconexiones sociales
para fortalecer la identicación cultural difundiendo la
diversidad cultural como valor socio-nacional, en especial
aquellos que compartimos. Para ello el Estado y el gobierno
peruano deben conocer y ser congurado por todas las
culturas e interrelaciones con ellas, posibilitando la mayor
participación en las instituciones y que estas se acerquen
y fomenten las relaciones interculturales y transculturales.
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