Roter et al. / Anales Cientícos 79 (1): 126 - 129 (2018)
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cuando el factor estresante aparece súbitamente y con alta
intensidad, la respuesta es dada por el sistema nervioso
autónomo, médula y corteza adrenal observándose
comportamientos de huida o pelea y resistencia. Cuando
el factor estresante es crónico hay necesidad de energía a
largo plazo, la producción de cortisol conduce a una alta
demanda de nutrientes y tiene efecto inmunodepresor,
por lo que el animal presenta retraso en el crecimiento,
falla reproductiva y mayor incidencia de enfermedades
(Wellock et al., 2004).
El espacio vital reducido genera incomodidad para
alimentarse, desplazarse, descansar, etc., afectando niveles
productivos y reproductivos. Los estudios realizados
para determinar requerimientos de espacio vital en cuyes
se remonta a la década de los setenta con áreas de 0.06
a 0.14 m
2
/ animal en recría en poza (Humala, 1971;
Agustín, 1973); sin embargo, las prácticas de selección
y mejoramiento genético han hecho posible que, en la
actualidad, los cuyes son de mayor tamaño y peso, lo que
hace lógico deducir que los requerimientos de espacio
vital han variado. No obstante, Valverde (2006) obtuvo
el mejor mérito económico con un área de 0.0781 m
2
/cuy
macho en recría. Por otro lado, Montesinos (1972) declara
que una excesiva concentración de animales siempre trae
como consecuencia peleas, sobre todo en machos; dando
como resultado disminución en la ganancia de peso y
baja conversión alimenticia. Asimismo, como resultado
de las peleas se ocasionan lesiones en la carcasa y mayor
incidencia de enfermedades de la piel.
El estudio tuvo como objetivo evaluar lotes de 10, 30 y
50 cuyes machos por poza, usando un área libre de 0.0781
m
2
por animal en la etapa de crecimiento, distribuidos en
tres bloques de acuerdo al peso vivo inicial, a los que se
evaluó sus parámetros productivos medido a través de
la ganancia de peso, consumo de alimento, conversión
alimenticia, rendimiento de carcasa, porcentaje de animales
retrasados por lote (peso), porcentaje de carcasas dañadas
y retribución económica.
2. Materiales y métodos
El presente estudio se llevó a cabo en las instalaciones
de la Granja de Cuyes de Cieneguilla del Programa
de Investigación y Proyección Social en Carnes de la
Universidad Nacional Agraria La Molina, Lima, Perú,
durante los meses de agosto a octubre del 2009.
Se utilizaron un total de 270 cuyes machos destetados
(14 ± 3 días) del tipo I se mantuvieron en producción hasta
los 71 días de edad y fueron agrupados de acuerdo al peso
vivo y dentro de cada grupo distribuidos completamente al
azar en tres tratamientos con diferente tamaño de lotes y
cada tratamiento con tres repeticiones; con un área total de
0.09 m
2
por animal, de la cual 0.0781 m
2
es libre y 0.0119 m
2
como área de comedero, tal como se detalla en el Tabla 1.
Se utilizó el mismo manejo para todos los cuyes, la crianza
fue en pozas de concreto armado y la alimentación mixta,
un alimento balanceado (peletizado) que fue suministrado
Ad libitum, según las recomendaciones del NRC y rastrojo
de brócoli de manera restringida (20% del peso vivo) como
forraje verde (Rivas, 1995). No se usó agua de bebida.
Tabla 1. Distribución de los animales en los diferentes
tratamientos evaluados
Tratamiento Lote
Área total/
Lote
Área
ocupada por
comedero
Pozas (n)
T 1 10 animales/poza 0,9 m
2
0,119 m
2
3
T 2 30 animales/poza 2,7 m
2
0,357 m
2
3
T 3 50 animales/poza 4,5 m
2
0,595 m
2
3
Los parámetros a evaluar durante el tiempo de estudio
fueron: ganancia de peso, para lo cual fueron pesados
semanalmente a la misma hora antes del suministro de
alimentos; consumo de alimento balanceado que fue
determinado semanalmente, pesándose cada siete días
el alimento no consumido respecto al total ofrecido. El
consumo de forraje verde fue calculado diariamente.
c) La conversión alimenticia (C.A), se calculó en base
al consumo de materia seca (concentrado + forraje) que
requiere el animal para producir un kilogramo de peso vivo.
d) Animales retrasados, se calculó mediante un registro de
pesos semanales de cada animal debidamente identicados
(se sacó un promedio de peso), los animales que están por
debajo del 10% del promedio se consideró como animales
que acusaban retraso en su crecimiento. e) Rendimiento
de carcasa, fue evaluado en 27 cuyes elegidos al azar, se
dejaron en ayuno de 12 h antes del sacricio; la carcasa
estuvo conformada por piel, cabeza, patas y vísceras rojas
(corazón, pulmones, hígado y riñones). f) Porcentaje
de carcasas dañadas, fue evaluado por las heridas que
presentan en cualquier parte del cuerpo producto de peleas
entre los animales perjudicando la calidad de la misma.
Esto se evaluó al tacto al momento de pesar a los animales
(animal vivo); así como también visualmente al momento
del benecio. g) La retribución económica se evaluó en
base al costo de alimentación por animal.
Se utilizó un diseño de bloques completamente al azar,
siendo el criterio la formación de lotes según el peso inicial,
para evaluar la ganancia de peso, el consumo de alimento,
conversión alimenticia y el rendimiento de carcasa, con un
nivel de signicancia de p≤0.05. Los datos de rendimiento
de carcasa que estaban en porcentaje fueron transformados
a la proporción arco seno raíz cuadrada de la proporción
para su análisis. Las diferencias entre medias se evaluaron
con la prueba de Tukey; para la evaluación de animales
retrasados y carcasas dañadas se evaluó con la prueba de
Chi – Cuadrado. La retribución económica se determinó
por diferencia entre el valor de unidad de carcasa ó
kilogramo de carne y el costo de la alimentación.
3. Resultados y discusión
Ganancia de peso
En el Tabla 2 se observan los pesos nales y ganancia de
peso; con diferencias signicativas (p ≤ 0.05) a favor del