J. J. Martina / Anales Cientícos 79 (1): 168 - 177 (2018)
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Discusión
La determinación de variables de una pesquería tales como
cpue y biomasa normalmente están sujetas a incertidumbre
debido a la calidad de la información base o falta de
conocimiento sobre la dinámica de los recursos pesqueros
(Punt et al., 1995). Esta imprecisión ha conducido a que
la administración pesquera reconozca los peligros de
aceptar la estimación de parámetros y su inuencia en los
resultados obtenidos (Restrepo, 1999). En este sentido,
disponer de información de lances geo-referenciados son
de mucho valor por su precisión y utilidad en la estimación
de variables pesqueras (Arreguín Sánchez, 1996; Walters,
2003; Walters & Hilborn, 2005), particularmente si
la información es obtenida de bitácoras sin sesgos ni
errores (e.g. declarar menos capturas, registrar geo-
referenciadamente el lance de manera inadecuada).
En el período 2003 a 2007, las mayores capturas de O.
remiger ocurrieron principalmente en el segundo semestre
de cada año (excepto en los años 2004 y 2005), lo que
diere con Castillo et al. (2000), quienes señalan que las
mayores capturas generalmente ocurren en los meses de
invierno y primavera (de julio a septiembre y/o de octubre a
diciembre). En los primeros años (2003 a 2005) pudo haber
ocurrido el proceso de aprendizaje de las tripulaciones
en la pesquería de O. remiger, lo que se desprende de
observar la trayectoria del coeciente de capturabilidad,
que se incrementó gradualmente desde 6,7 x 10
-4
lance
-1
,
en promedio, en los meses de 2003, alcanzando su máximo
valor con 14 x 10
-4
lance
-1
en abril de 2004.
La variabilidad en el coeciente de capturabilidad es
muy común en recursos pesqueros (Winters & Wheeler,
1985; de Wilberg et al., 2010), como por ejemplo en
Heterocarpus reedi en la costa central de Chile (Pérez &
Defeo, 2003); Perca avescens en el Lago Erie (Jiao et
al., 2006) y Gadus morhua en el mar del Norte (Rindorf
& Andersen, 2008), todas ellas especies demersales,
como O. remiger, o bentónicas. Si la administración
pesquera considera siempre a la Ecuación 1 como
válida, al incrementarse el coeciente de capturabilidad
mientras la biomasa disminuye, entonces podría conducir
a que se sobreestime el tamaño del stock, conduciendo a
incrementar el esfuerzo, lo que pudiera causar nalmente,
el colapso del recurso (Wilberg et al., 2010). Dado el rol
crítico que juega la capturabilidad en la evaluación de los
recursos, los modelos deberían considerar la incorporación
de su variación espacial y su relación con la cpue para
estimar apropiadamente la biomasa de la especie objetivo.
Matsumiya & Imai (1987) señalan que Conger miriaster,
especie demersal del Orden Anguilliformes, presentó
la máxima capturabilidad mensual de 30 x10
-4
lance
-1
,
mientras que en esta investigación O. remiger presentó
el máximo valor mensual de 14x10
-4
lance
-1
, revelándose,
entonces, distintos valores de capturabilidad (en casi el
doble) en especies ecológicamente similares (Arreguín-
Sánchez, 1996; Perry et al., 2000). Los mayores valores del
coeciente de capturabilidad de O. remiger ocurrieron en
abril, mayo y junio de 2004, 2005 y 2006 (promedio: 13x10
-
4
lance
-1
; Figura 5), coincidiendo con su mayor actividad
reproductiva (Vera, 2006). En al año 2004, la relación
entre el coeciente de capturabilidad y la cpue fue directa
y signicativa (coeciente de correlación de Spearman =
0,68; p < 0,05), inriéndose que en el año 2004 el esfuerzo
se orientó a solo una parte del stock, probablemente hacia
individuos más vulnerables, coincidiendo con lo reportado
para otras especies (Ahrens & Walters, 2005 y Walters &
Hilborn, 2005), ya que el área efectiva de distribución fue
solo de 300 km
2
, correspondiendo a la menor en todo el
periodo analizado (Figura 3). Las diferentes tendencias, ya
sean directas o no, en la relación entre cpue y coeciente de
capturabilidad también han sido observados por Marchal et
al. (2003) para bacalao del Mar del Norte, Harada et al.
(2007) para Eptatretus burgeri y Conger myriaster en la
Bahía de Tokio, y Jiao et al. (2006) para Perca avescens
en el lago Erie.
La cpue puede ser proporcional a la densidad local,
lo que se conoce como disponibilidad (Walters &
Hilborn, 2005). Esta situación puede conducir a armar,
equivocadamente que la cpue reeja acertadamente a la
biomasa; sin considerar los cambios en la capturabilidad
(Casey & Myers, 1998; Harley et al., 2001; Casini et al.,
2005; Wilberg et al., 2010). En el presente estudio, la
relación directa entre biomasa y cpue puede encontrarse en
el año 2005, en que presentaron tendencias similares (p >
0,05) ya que los valores de capturabilidad se encontraron
en un período relativamente estable (Figura 5). La caída de
la biomasa de O. remiger en los años 2004 y 2005 podría
deberse al incremento del esfuerzo, desde 140 hasta 189
lances promedio (Tabla 1), conduciendo a la disminución
de la cpue de 0,322 hasta 0,280 t/lance promedio (Tabla
2). Varios estudios de la cpue y biomasa muestran que la
distribución espacial de un recurso pesquero en forma de
parches es un factor determinante para la evaluación del
stock, tal como ha sido informado para Eptatretus burgeri
y Conger myriaster de la Bahía de Tokio (Harada et al.,
2007), Perca avescens del Lago Erie (Jiao et al., 2006),
y Gadus morhua, Pollachius pollachius, Arnoglossus
laterna, Hippoglossoides platessoides y muchas en el Mar
del Norte (Casini et al., 2005).
4. Conclusión
El presente trabajo revela, gracias al uso de la geoestadística,
que en la pesquería de O. remiger del norte de Perú la cpue
y biomasa mantienen una relación directa en períodos en
que la capturabilidad se mantuvo relativamente constante;
sin embargo esto no se presenta en la mayor parte del
periodo evaluado. Por lo mencionado, se recomienda usar
geoestadística para evaluar si la cpue es un buen estimador
de la biomasa del recurso, lo que implica considerar su
distribución espacial.
5. Agradecimientos
Agradezco a mi amigo Mike Rayburn por su desinteresado
y valioso aporte nanciero durante la mayor parte del