Evaluación de niveles de ensilado jado y seco de vísceras de trucha (Oncorhynchus mykiss) en el crecimiento y engorde de cuyes
(Cavia porcellus)
Julio - Diciembre 2018
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al momento del faenado para su posterior venta; dado que
el procesamiento de pescado genera entre 50 y 60 % de
residuos del peso bruto de la pesca, los cuales incluyen
cabezas, espinazos, aletas, pieles y vísceras propiamente
dichas (Calderón et al., 2017). Cabe mencionar que en
el Perú la extracción de trucha en el año 2014 fue de 31
401 toneladas métricas (INEI, 2016), de lo que se puede
inferir que en dicho año se produjo 15705 tn. de residuos
desaprovechados. Sin embargo, estos residuos son
altamente perecibles, por lo que implícitamente requieren
un adecuado procesamiento y manejo ambiental.
En América Latina, son varios los países que tienen
investigaciones sobre recursos pesqueros; sin embargo,
sus desperdicios son poco aprovechados, a pesar que su
uso podría aportar benecios en la alimentación de peces,
aves y cerdos, entre otras especies, pues constituyen
fuentes calórico/proteicas de bajo costo; siendo vehículos
de nutrientes indispensables para el desarrollo, crecimiento
y reproducción (Gómez et al., 2014). En tal sentido, el
estudio y uso de este tipo de nuevos insumos que aportan
altos niveles de proteína y energía digestible a menor costo,
resulta interesante en recientes explotaciones cuyícolas
comerciales, especialmente en la etapa de crecimiento y
engorde, donde se procura que los animales producidos
para carne se mantengan no más de 90 días de edad en los
galpones de crianza (Aliaga et al., 2009). En regiones como
la sierra y selva del país, donde se usan preferentemente
forrajes (Solórzano y Sarria, 2014), el nutriente más
escaso para la alimentación animal es siempre la proteína;
mientras que en la costa los concentrados formulados
requieren insumos proteicos y energéticos de buena
calidad y disponibilidad, pero con precios competitivos en
el mercado (Solórzano y Sarria, 2014).
En consecuencia, se deben probar nuevos insumos
en la producción de cuyes, para determinar su eciencia
en la transformación de carne y obtener un mejor rédito
económico en la crianza. Mientras tanto la industria de la
trucha en la actualidad, tiene un evidente auge en zonas
de pobreza y extrema pobreza de nuestro país, generando
importante cantidad de residuos, los que debieran ser
manejados adecuadamente, teniendo la opción de realizar
el ensilado o hidrolizado de vísceras provenientes de su
benecio; insumo que está siendo inicialmente evaluado
en la alimentación en pollos de engorde (Garcés et al.,
2015) y en cerdos (Calderón et al., 2017).
La mayor utilidad del referido ensilado radica en su
empleo en la formulación de raciones de bajo costo y alto
valor nutricional (Padilla, 1996). El ensilado de pescado
suele ser utilizado en reemplazo de la harina de pescado
en la formulación de raciones para aves (Betancourt et
al., 2005; Al-Marzooqi et al., 2010), peces (Barreto et al.,
2016) e incluso también se ha iniciado su evaluación en
cuyes (Mattos et al., 2003); en este último caso referido
a ensilado de merluza (Merluccius gayi) entera que, sin
especicar el proceso de ensilaje, obtiene resultados
satisfactorios. La utilización de residuos de trucha en la
elaboración de ensilados estabilizados y su aplicación en
la alimentación de cuyes aún no es una práctica común,
por lo que merece especial atención. Esta investigación
fue realizada con el objeto de determinar el efecto de la
inclusión de ensilado jado y seco de vísceras de truchas
(EFSVT), que en el presente trabajo se mezcló con 50 %
de subproducto de trigo (SPT) para facilitar su uso en la
preparación del balanceados para cuyes en crecimiento y
engorde, midiendo pesos y ganancia de peso, consumo de
alimento, conversión alimenticia, rendimiento de carcasa y
retribución económica.
2. Materiales y métodos
El trabajo se realizó en el galpón de cuyes del Laboratorio
de Animales Menores del Programa de Investigación y
Proyección Social de Animales Menores (PIPSAM) de la
Universidad Nacional Agraria La Molina entre los meses de
enero a febrero de 2017. Dicha instalación de 20,00 m. de
largo; 6,00 m. de ancho y 3,00 m. de altura, es de material
noble con ventanas de malla y cortinas cortaviento de
polipropileno, dentro de la cual se encontraban las cuyeras
que eran jaulas de alambre electro soldado (1,5 m x 0,8 m
x 0,45 m de altura). Se usaron 48 cuyes machos mejorados
recién destetados (14 ± 3 días de edad) del genotipo
Cieneguilla - La Molina; los cuales fueron distribuidos
aleatoriamente en cada uno de los tres tratamientos, con
cuatro repeticiones de cuatro animales en cada unidad
experimental (jaula); estadísticamente se planteó un diseño
de bloques completamente al azar (SAS, 2013) mientras
que la comparación entre medias de tratamientos se hizo
con la prueba de rango múltiple de Duncan (Calzada,
1982).
Las dietas evaluaron tres niveles del insumo EFSVT;
que tenían 0, 3 y 6 % de participación en el balanceado,
según se presenta en la Tabla 1. Los balanceados fueron
formulados con el programa Mixit-2 a mínimo costo; y
las cantidades fueron determinadas por los requerimientos
nutritivos mínimos de la especie (Tabla 2). Las vísceras
(contenido digestivo y branquias) fueron molidas utilizando
una moledora con la criba habitual para carne de 3,5 mm. de
diámetro, luego de lo cual se añadió una solución de ácido
fórmico (tipo comercial al 85 %; en una concentración 2N),
con el objeto de lograr la jación inmediata para su mayor
conservación, mezclando esta solución con las vísceras en
una proporción de 4 %. Posteriormente se colocó la mezcla
en un bidón de plástico cerrado herméticamente, por un
lapso de tres a cuatro días para obtener el ensilado líquido,
el cual es mezclado en una proporción 1:1 con afrecho de
trigo hasta obtener la mezcla seca y sobretodo disgregable;
para terminar, dicha mezcla fue colocada en un secador
solar por espacio de cuatro a cinco días, obteniéndose el
insumo denominado “ensilado jado y seco de vísceras
de trucha - EFSVT” (Venturi, 2017), con la composición
nutritiva de la Tabla 3.
Las dietas de alimento integral, preparadas para
el sistema de exclusión de forraje, fueron elaboradas
cada siete días y suministradas diariamente a las 9 am,
garantizando la condición ad libitum. Para el aporte de