La solución de conictos empresariales en las Pequeñas y Medianas Empresas del distrito de La Molina
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Julio - Diciembre 2019
la resolución del conicto, el cual puede
convertirse en un verdadero motor de
desarrollo.
Muchas fórmulas se han escrito sobre la
mejor forma de enfrentar los conictos y la
manera de resolverlos, pero no se encontró
ninguna acorde a las necesidades de las partes
intervinientes. Sin embargo, es imperante en
el mundo de hoy, evitarlos o enfrentarlos
porque intereren en el clima laboral,
causando estrés e inuyendo directamente
en el desempeño de los trabajadores. Por
eso, es necesario ofrecer una solución
acorde a la naturaleza del conicto por ser
este inherente al ser humano.
Para enfrentar un conicto se debe
utilizar la creatividad, la objetividad, la
imparcialidad y el análisis crítico para
estimular a las partes enfrentadas. Un buen
empleado puede enfrentar un conicto sin
necesidad de invocar la ayuda de la jefatura,
salvo que sea lo sucientemente grave para
comunicarlo. Los trabajadores enfrentan de
diversas maneras los conictos, sobre todo,
por su personalidad. Sin embargo, toda
situación es diferente y merece ser tratada
desde su propia naturaleza. Hay diversas
formas de enfrentar un conicto. Bermejo
(2003), sugiere una respuesta creativa, como
escoger conscientemente aquellas cosas que
pueden hacerse, y dejar de lado aquellas que
están entorpeciendo la solución. También,
asertividad apropiada, aplicar estrategias
para atacar el problema no a la persona, el
secreto radica en decir como son las cosas,
no como deberían ser o no ser, etc.; mapear
el conicto consiste en diseñar los puntos
necesarios para ubicar las necesidades y las
preocupaciones y, diseñar las opciones que
generan la solución creativa conjunta. De
León (2018), también reere la asertividad
para gestionar el conicto.
Toro (2018) siguiendo a Robbins y
Judge (2013), plantea que el conicto se
desarrolla en cinco etapas, las cuales son:
oposición o incompatibilidad, conocimiento,
y personalización, intensiones,
comportamiento y resultados. Inclusive,
según Redorta (2011), las acciones deben
estar orientadas a producir un cambio en
las relaciones de las personas afectadas de
modo que la situación tienda a pacicarse
lo más rápidamente posible y de la mejor
manera. Esta forma también atiende una
solución creativa.
Parra et al. (2008) sostienen, que al
estudiar el conicto se deben considerar
varios elementos, el problema o situación
que general el conicto, las circunstancias
que precipitan el conicto, comportamiento
de los protagonistas y, por último, las
consecuencias que generen, sobre todo si
estas no son constructivas, las cuales son
reconocidas por diversos autores. Esta
gestión coincide con lo planteado por Toro
(2017) sobre la gestión a desarrollar para
enfrentar el conicto.
Robbins y Judge (2013), citado en De
León (2018), plantea cinco etapas para
enfrentar el conicto, como son: etapa de
oposición, de cognición, de intenciones,
de comportamiento y resultados. Se puede
también apreciar que, De León (2018),
Toro (2017) y Parra et al. (2008) coinciden
plenamente en las etapas para enfrentar los
conictos. Pujol (2015) trabaja en el mismo
sentido y arma que cada persona enfrenta
el conicto de manera diferente; también
describe diferentes estilos de gestión de
conictos basándose en Alzate (2015) y De
Diego y Guillén (2010), los cuales se reeren
a la negación, la evitación, la acomodación,
el enfrentamiento, la colaboración y el
compromiso. Sin embargo, en este último,
existe una diferencia la cual radica en los tres
primeros estilos que no plantean solución,
sino huyen de ella, la evitan pudiendo elevar
el grado de efervescencia de este o elevar su
complejidad.
Para concluir, se deben reconocer los
enfoques que plantea la OIT (2013), como el
poder (cuando una parte emplea la coacción