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Natura@economía. Vol. 1, Nº 2, julio-diciembre 2013 (91-110)
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económica, social e institucional) no están re-
ejadas a través de dichos indicadores, lo que
sí sucede en el caso de los índices.
En este caso, sería más ventajoso emplear un
índice. En forma adicional, como esta investi-
gación se centra en el análisis de la sustenta-
bilidad de tecnologías, entendiéndose como
tecnologías a la producción convencional y
orgánica (o ecológica), conviene discutir so-
bre qué se entiende por tecnologías susten-
tables y cómo medir la sustentabilidad de las
mismas a través de un índice adecuado.
2.2. La sustentabilidad de
tecnologías: las prácticas
orgánicas
Según Altieri (1994), la agroecología es la
base para una producción agrícola susten-
table. Plantea que la agricultura moderna
enfrenta una crisis ambiental generada por
prácticas agrícolas intensivas que se basan
en el uso excesivo de insumos que degradan
el ambiente y de recursos naturales que con-
llevan además a la reducción progresiva de la
productividad de los cultivos. Ello se eviden-
cia, por ejemplo, en la pérdida de rendimien-
tos por plagas a pesar del aumento de agro-
químicos, pues estas se vuelven cada vez más
resistentes.
En el Perú, la práctica orgánica en la agricultu-
ra se dene como una mejora de las condicio-
nes de los suelos y la biodiversidad genética,
debido a la utilización racional y óptima de los
recursos naturales. Para esta investigación, la
producción orgánica es aquella que cuenta
con certicación, cuya garantía de serlo son
las inspecciones periódicas de parte de las
empresas certicadoras.
Para medir la sustentabilidad, Altieri (1994)
propone la desagregación de indicadores
parciales en parámetros económicos, sociales
y biofísicos o ambientales. Entre los económi-
cos, menciona a la dependencia de insumos
externos, ingresos, empleo; entre los sociales
señala nutrición, viabilidad cultural, aceptabi-
lidad política, equidad; entre los ambientales
o biofísicos menciona la productividad del
cultivo, rendimientos del suelo, cantidad y ca-
lidad del agua para riego, uso de productos
químicos en la agricultura. Concluye que la
agroecología es aquella que presenta mejo-
res indicadores principalmente ambientales,
pues es más sensible a los ciclos naturales y a
las interacciones biológicas que la agricultura
convencional. Sin embargo, faltan estudios
sobre los aspectos socioeconómicos y políti-
cos que más que los problemas técnicos pue-
den constituirse en barreras para el desarrollo
de este tipo de agricultura.
En oposición a Altieri (1994), Sarandón (2002)
menciona que diversas tecnologías, inclusive
contrapuestas, pueden ser y son promovidas
como sustentables. El que sean o no susten-
tables nadie puede refutarlo o armarlo, pues
la sustentabilidad no presenta un valor con el
cual comparar
2
. A partir de ello, el autor ti-
pica dos posibilidades de evaluación de la
sustentabilidad. La primera la denomina eva-
luación per se, la cual se centra en contestar
2 Señala por ejemplo que quienes promueven la siembra
directa consideran a esta tecnología como sinónimo de
sustentabilidad, mientras tanto hay quienes consideran que es
todo lo contrario pues promueve un mayor uso de fertilizantes,
herbicidas, insecticidas y fungicidas.