Natura@economía. Vol. 2, Nº 1, enero-junio 2014 (5-22)
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Resumen
1
Los modelos actuales de desarrollo y explo-
tación de recursos naturales están incremen-
tando las tensiones y los impactos que sufren
estos recursos.
2
El cambio climático está inten-
sicando esta situación. El presente artículo
analiza algunos de los principales desafíos
ambientales y sociales a los que nos enfren-
tamos en la actualidad. Entre los principales
retos ambientales se analizan la gestión del
agua, la gestión de la biodiversidad, la ges-
tión de los bosques y el uso del suelo y la ges-
tión de las zonas costeras y marinas. Entre los
retos sociales se presentan el conocimiento
incompleto sobre el cambio climático y sus
consecuencias, la falta de valoración del cos-
to real de los recursos naturales, las desigual-
dades económicas y sociales entre los que
ganan y los que pierden o la ausencia de po-
líticas y sistemas de gobernanza adaptados a
diferentes escalas.
Palabras clave: Sistemas Socio-Ecológicos,
1 Doctora en Economía Agraria y Desarrollo Rural
(Universidad de Córdoba, España). Profesora titular (Universidad
de Córdoba, España). Dirección postal: Edicio Gregor Mendel,
planta 3era, Campus de Rabanales, Ctra N-IV, Km. 396 (Córdoba,
España). Teléfono: (0034) 957218507; e-mail: mmdelgado@uco.
es
2 Máster Erasmus Mundus en Desarrollo Rural (Universidad
de Gante – Bélgica). Investigadora doctorante en la Universidad
de Córdoba, España. Dirección postal: C/ Toledo 8 (Córdoba,
España). Teléfono: (0034) 957277722; e-mail: er2amalm@uco.es
Recursos naturales, Sostenibilidad.
Clasicación JEL: Q01
Abstract
Current development and natural resources
exploitation patterns are increasing the ten-
sions and impacts on these resources. Climate
change is intensifying this situation. This pa-
per analyses some of the main environmental
and social challenges the Planet is currently
facing. Among the main environmental cha-
llenges, the management of water, the ma-
nagement of biodiversity, the management
of forest and land use, and the management
of marine and coastal areas are mentioned.
In relation to social challenges, the incom-
plete knowledge about climate change and
its eects, the lack of valorisation of the real
costs of natural resources, the social and eco-
nomic imbalances
3
between the winners and
losers and the lack of policies and governan-
ce systems adapted to dierent scales are
analysed.
3 Doctora (Universidad de Córdoba – España). Gestión
de proyectos de la Universidad de Córdoba, España. Dirección
postal: Plaza Conde de Priego Nº 2, 14001 (Córdoba, España).
Teléfono: (0034) 957218441; e-mail: z62riric@uco.es
DESAFÍOS AMBIENTALES Y SOCIALES
FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO
María del Mar Delgado
1
, María José Ambrosio Albala
2
, Cecilia Riccioli Giuliarini
3
Fecha de recepción: 09-08-13 Fecha de aceptación: 03-02-14
Delgado, María del Mar; Ambrosio, María José y Riccioli, Cecilia
Desafíos ambientales y sociales frente al Cambio Climático
6
Keywords: Socio-ecological systems, Natural
Resources, Sustainability.
JEL Clasication: Q01
1. INTRODUCCIÓN
En la actualidad, el Planeta Tierra está some-
tido a cambios y desafíos sin precedentes. El
actual modelo de desarrollo, las actividades
de la sociedad moderna y el enorme creci-
miento demográco (la población mundial se
ha multiplicado por más de cinco en menos
de cien años), están generando una demanda
cada vez mayor de recursos naturales y están
incrementando los impactos directos e indi-
rectos sobre los ecosistemas. Estos cambios
no habían sido hasta ahora tan grandes, tan
complejos o tan potencialmente catastró-
cos para la supervivencia de los ecosistemas.
Otras características diferenciales son la rapi-
dez con la que se dejan sentir sus efectos y la
dicultad para predecirlos.
Frente a ello, la sociedad no cuenta con he-
rramientas ni con modelos de adaptación
capaces de ajustarse a esta velocidad. La re-
levancia a nivel mundial de los problemas y
la necesidad de analizarlos en profundidad
han hecho que en la última década se gene-
ren importantes avances en el conocimiento
cientíco sobre los mismos.
Así, se han publicado estudios e informes
como: i) los Informes de Evaluación del Mi-
lenio (Millennium Ecosystem Assessments,
2005); ii) los informes del Panel Interguber-
namental sobre el Cambio Climático (IPCC,
2007); iii) el Informe sobre la Economía de los
Ecosistemas y la Biodiversidad en 2010 (Sukh-
dev, 2010); iv) los diversos Informes de Pers-
pectiva Mundial sobre la Diversidad Biológica
(UNEP/GRID Arendal, 2007); v) los informes
de Perspectiva Mundial sobre el Medio Am-
biente, el quinto de los cuales fue presentado
en la cumbre de Rio de 2012 (UNEP, 2012); vi)
el Informe Stern presentado en 2006 (Stern,
2006); vii) el Informe sobre el Desarrollo Mun-
dial de 2010 dedicado al Desarrollo y al Cam-
bio Climático (World Bank, 2009) y viii) el do-
cumento Pilares Transformadores de la Inves-
tigación en Ciencias Sociales para el Cambio
Global (ISSC, 2012).
Estos trabajos han aportado un mayor cono-
cimiento sobre el cambio climático y sobre
las condiciones en las que se encuentran los
ecosistemas. Así, ponen de maniesto una se-
rie de importantes problemas a nivel mundial
relacionados con la gestión de los recursos
naturales. Entre los mayores desafíos ambien-
tales que reconocen se pueden citar: la ges-
tión del agua, la gestión de la biodiversidad,
la gestión de los bosques y los cambios en el
uso del suelo y la gestión de las zonas mari-
nas y costeras.
Sin embargo, el reconocimiento de que los
recursos naturales están profundamente
afectados por la inuencia del hombre hace
que deban ser entendidos como sistemas so-
cio-ecológicos (Anderies et al., 2004) y que en
ellos deban ser analizados tanto los aspectos
sociales como los físicos.
La percepción de las interacciones entre la
gente y los ecosistemas, la actitud y el com-
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portamiento tanto individual como colectivo
ante estos fenómenos y las reacciones y es-
trategias que puedan adoptar los habitantes
de las zonas directamente implicadas en el
uso y conservación de estos recursos, son te-
mas menos analizados que los relativos a los
aspectos físicos y ecológicos, aunque no por
ello se enfrentan a retos menos importantes.
Ante este escenario, el objetivo del presente
artículo es plantear algunos de los desafíos
ambientales y sociales en el actual escenario
de cambio climático, que muy previsiblemen-
te afectarán tanto a la disponibilidad de re-
cursos, como a sus posibles usos.
2. PRINCIPALES DESAFIOS
MEDIOAMBIENTALES
Los recursos naturales son soportes clave
para la vida en nuestro planeta. No obstan-
te, en la actualidad se está haciendo un uso
insostenible de ellos que pone en peligro su
supervivencia y su disponibilidad para las ge-
neraciones futuras (CBD, 2010).
Estos recursos se concentran principalmente
en las áreas rurales, las mismas que por ello se
encuentren especialmente afectadas por su
uso y evolución. Entre los principales desafíos
medioambientales actuales en estos territo-
rios se pueden mencionar: la pérdida de bio-
diversidad, las dicultades en la gestión del
agua, la deforestación y la presión para cam-
biar el uso del suelo, y la sobreexplotación de
la pesca y de otros recursos naturales.
2.1. La pérdida de
biodiversidad
La actual biodiversidad es el resultado de
billones de años de evolución de procesos
naturales y de una creciente inuencia de
procesos antropogénicos. Los benecios
derivados de la misma van mucho más allá
de la provisión de materias primas. La segu-
ridad alimentaria, el acceso a las fuentes de
energía o la vulnerabilidad ante catástrofes
naturales, como los incendios o las inunda-
ciones dependen del manejo que se haga de
esta biodiversidad. El Millennium Ecosystem
Assessment (2005) y The Economics of Ecosys-
tems and Biodiversity (TEEB) (Sukhdev, 2010),
demuestran que los benecios de su conser-
vación y uso sostenible son mucho mayores
que lo que supondría su restauración, en los
casos en que fuera posible.
No obstante, diversos factores, entre los cuá-
les el comportamiento humano juega un
papel clave, están llevando al sistema Tierra
a un punto crítico. La humanidad y la natu-
raleza están inevitablemente unidas en lo
que Raudsepp-Hearne et al. (2010) llaman la
“Paradoja Ambientalista (Environmentalist’s
Paradox) según la cual el bienestar humano
se incrementa a la vez que la situación del
medio ambiente se degrada.
El mundo está experimentando unas tasas de
extinción de especies sin precedentes. Cada
día se pierde biodiversidad a una tasa que su-
pera en mil veces la tasa natural (Diversitas,
2010). Entre las razones para ello están la ex-
tinción de especies individuales que forman
parte de la cadena alimentaria de otras, la
Delgado, María del Mar; Ambrosio, María José y Riccioli, Cecilia
Desafíos ambientales y sociales frente al Cambio Climático
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destrucción de hábitats, la ampliación de la
frontera agrícola con tierras sin este tipo de
vocación, la contaminación o la diseminación
de especies invasivas. Esta escalada en la ve-
locidad de extinción plantea dudas sobre las
posibilidades de la naturaleza para soportar
estas presiones. Como señalan Rockström et
al (2009) se está llegando a los límites en lo
que se reere a la pérdida de biodiversidad
según el concepto de planetary boundaries
introducido por estos autores.
Pero además, esta situación tiene un elevado
precio económico. El costo de la pérdida de
biodiversidad y de servicios ecosistémicos
en el planeta ha sido estimado en 50 billones
de euros anuales en el periodo 2000-2010 y
de seguir con los modelos y pautas de fun-
cionamiento actuales, se prevé que esta cifra
alcance los 275 billones de euros (7% del PIB
mundial) en 2050 (Sukhdev, 2010).
Frenar estos procesos de destrucción de bio-
diversidad fue uno de los objetivos de decla-
rar el año 2010 como Año Internacional de la
Biodiversidad. No obstante, la Conferencia de
Nagoya celebrada en esta ciudad japonesa
para clausurar el acontecimiento conrmó
que ni los compromisos conseguidos en la
misma ni los progresos de los últimos años
permiten augurar un cambio en las tenden-
cias descritas. Como fue puesto de manies-
to, el objetivo acordado por los gobernantes
mundiales en 2002 de conseguir para el año
2010 una reducción signicativa de la actual
pérdida de biodiversidad a escala global, re-
gional y nacional como una contribución a la
lucha contra la pobreza y un benecio para la
vida en el planeta Tierra no ha sido conse-
guido, ni parece que vaya a serlo en el futuro
próximo.
Estos procesos de extinción no sólo son irre-
versibles, sino que además plantean serias
amenazas a la salud y el bienestar humanos.
La pérdida de biodiversidad afecta a la pro-
ducción de alimentos, a los recursos foresta-
les, a la disponibilidad de energía y medici-
nas, a las actividades turísticas y a las oportu-
nidades de disfrute de la naturaleza.
2.2. La gestión del agua
Los recursos hídricos son esenciales para la
vida humana, así como para el desarrollo eco-
nómico y el equilibrio en la Tierra, cuya deno-
minación de “planeta azul”, se debe precisa-
mente a la cantidad de agua que lo compone.
Sin embargo, sólo una pequeña proporción
de agua (en torno a un 2%) es agua dulce,
apta y accesible para el consumo humano.
Además, un problema adicional es la disponi-
bilidad de la misma. Además, mientras algu-
nas zonas del planeta reciben más agua de la
que necesitan sus habitantes, como ocurre en
muchas áreas de Latinoamérica, otras zonas
de África viven en un estado casi permanente
de sequía.
La importancia de este recurso llevó a que en-
tre los Objetivos de Desarrollo del Milenio se
incluyera la necesidad de eliminar la explota-
ción insostenible del agua y el desarrollo de
estrategias de gestión sostenible que permi-
tan un acceso adecuado y justo para todos
los habitantes del planeta. Sin embargo, el 4º
Informe Mundial sobre Desarrollo del Agua,
que lleva por título Gestionar el agua en
Natura@economía. Vol. 2, Nº 1, enero-junio 2014 (5-22)
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un contexto de incertidumbre y riesgo (4th
World Water Development Report. Managing
Water under Uncertainty and Risk) presentado
en el 6º Foro Mundial del Agua en 2012 en
Montpellier puso de maniesto tendencias
alarmantes en relación con la disponibilidad
y acceso al agua y con los impactos que ello
tiene sobre los servicios ecosistémicos y el
desarrollo humano.
El consumo humano y la producción agraria,
industrial y energética harán que la demanda
de agua alcance volúmenes históricos. Para
2050 la demanda de alimentos se incremen-
tará en un 70%, lo que inducirá a un incre-
mento del 19% en el uso de agua por parte
del sector agrario. Este sector es de lejos el
mayor consumidor de agua, representando
un 70% del consumo global. Por otro lado,
para 2035, el agua necesaria en otros proce-
sos productivos se incrementará en un 50% y
será clave para el crecimiento de la población
y el desarrollo de actividades económicas.
Tampoco se puede olvidar que en la actuali-
dad 1.000 millones de personas no tienen ac-
ceso a agua potable o que actualmente hay
más gente en las ciudades sin acceso a agua
corriente de la que había en los noventa. Se
espera que en 2050, la población urbana al-
cance los 6.300 millones de habitantes frente
a los 3.400 millones de 2009 (UNESCO, 2012).
Estas crecientes demandas de agua derivadas
del incremento de población, del desarrollo
de actividades económicas (industria, mine-
ría, producción eléctrica, etc.) y por la mejora
de los estándares de vida en los países emer-
gentes, crearán tensiones aún mayores por el
uso y control de este recurso.
A ello se une la variabilidad, vulnerabilidad e
incertidumbre del agua disponible en el tiem-
po y en el espacio. El agua dulce se distribuye
erráticamente de un año para otro y de un lu-
gar a otro por lo que los planes de manejo de
agua tienen que incorporar esta variabilidad.
Pero además de la cantidad de agua importa
su calidad, la misma que, si es baja, conlleva
elevados costos económicos, incluyendo la
degradación de los servicios ecosistémicos,
problemas de salud humana, impactos en
actividades económicas e incrementos en los
costos de tratamiento y depuración.
El agua, además, es un componente integral
del cambio climático y el principal medio a
través del cual se hace sentir sus impactos.
Las perspectivas de futuro no son halagüeñas
ya que se espera que el cambio climático in-
tensique la crisis del agua. Como establece
el informe del International Panel of Climate
Change (IPCC,2007) se prevé que el cambio
climático exacerbe la escasez de agua, incre-
mente la frecuencia e intensidad de eventos
extremos como la sequía o las inundaciones y
aumente la salinización de los acuíferos por el
incremento del nivel del mar.
Los efectos se dejarán sentir a diferentes ni-
veles. Desde un punto de visto medioam-
biental, los ecosistemas de agua dulce son los
que están sometidos a mayores amenazas de
desaparición de especies debidas al calenta-
miento del agua, a la alteración de ujos o a
la desaparición de hábitats acuáticos (Mille-
nium Ecosystems Assessment, 2005).
Delgado, María del Mar; Ambrosio, María José y Riccioli, Cecilia
Desafíos ambientales y sociales frente al Cambio Climático
10
Desde un punto de vista económico, se incre-
mentará su nivel de contaminación y el uso
y explotación del agua serán más difíciles o
más costosos. Sectores tan importantes como
la agricultura, la industria, el transporte, el su-
ministro de energía (sobre todo hidroeléctri-
ca), la pesca y el sector forestal, se verán enor-
memente afectados por estos cambios.
Finalmente, los efectos del cambio climático
sobre los recursos hídricos se dejarán sentir
también en aspectos como la salud humana
o las facilidades de los ecosistemas para pro-
veer de servicios esenciales para la vida. No
obstante, lo que realmente ocurrirá represen-
ta una de las mayores incertidumbres a las
que se enfrenta la humanidad en la actuali-
dad. Las predicciones globales tienen bastan-
te probabilidad de cumplirse, pero los efectos
a nivel local son mucho más impredecibles.
2.3. El manejo de los bosques
y el uso del suelo
Los bosques desempeñan un papel crítico en
el equilibrio global del clima y en los sistemas
de producción y consumo sostenibles. Reali-
zan funciones como la captación de CO
2
, ser
hábitat de la mayor parte de la biodiversidad
terrestre del planeta (incluidas más de la mi-
tad de las especies mundiales de animales,
pájaros e insectos), y del desarrollo de im-
portantes actividades económicas (recursos
madereros, frutos, productos medicinales,
alimentos, bras…); así como la mitigación
de las emisiones de CO
2
a la atmósfera y la
provisión de servicios ambientales. Además,
la supercie forestada es clave para mante-
ner la fertilidad de las tierras agrícolas, para
proteger los recursos hídricos y para reducir
el riesgo de desastres naturales como inunda-
ciones o deslizamientos de tierras (FAO, 2006;
FAO, 2012). Todas estas razones están en el
origen de que 2011 fuese declarado como el
Año Internacional de los Bosques, por parte de
Naciones Unidas.
La historia humana, es una historia de los bos-
ques y su uso. No obstante, pocas sociedades
han tenido éxito en su manejo sostenible. La
historia de la civilización es también una his-
toria de deforestación. A pesar de su impor-
tancia estratégica, los bosques están siendo
sometidos a unas enormes presiones que
cuestionan su supervivencia. De acuerdo con
FAO (2012), los bosques cubren en la actuali-
dad el 31% de la supercie terrestre. De ellos,
sólo un tercio son bosques primarios y más
del 60% están seriamente degradados o son
usados de manera insostenible. Más del 50%
de los bosques de distinto tipo, de las tierras
agrarias y de los humedales que rodean a las
zonas urbanas o periurbanas, se han perdido
por la conversión del suelo a otros usos.
Además, en los últimos sesenta años la su-
percie forestal se ha reducido en un 60% y
las dos terceras partes de lo que queda están
fragmentadas, lo que hace más probable que
desaparezcan también (MEA, 2005; The Eco-
nomist, 25 Sep 2010). Esta situación se ha ace-
lerado en la última década, en la que se han
perdido más de 130 millones de hectáreas de
bosque, 40 millones de ellas de bosques pri-
marios (FAO, 2010a). La destrucción de bos-
ques en algunos países de la zona Asia-Pací-
co está ocasionando pérdidas de biodiversi-
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dad de entre el 2 y el 5% por década, ocasio-
nando unos daños totalmente irreversibles
a la sostenibilidad de estos ecosistemas y al
bienestar humano.
A la importancia medioambiental mencio-
nada se une su importancia socioeconómi-
ca. Normalmente, el valor económico de los
bosques se suele contabilizar por el valor de
la madera que producen y cuya explotación
y venta está originando la desaparición de
muchos bosques vitales para el planeta. Sin
embargo, no se puede olvidar que en torno a
60 millones de personas (principalmente en
tribus indígenas) viven directamente en y de
los bosques, otros 350 millones viven en las
zonas adyacentes y sus medios de vida e in-
gresos están ligados en una alta proporción a
los mismos y más de 1.000 millones de perso-
nas usan medicinas extraídas de las especies
que viven en los bosques o dependen de los
recursos que albergan para necesidades vita-
les (FAO, 2009).
La deforestación y el cambio en el uso del
suelo (principalmente de forestal a agrícola)
representan amenazas muy importantes a las
estrategias de mitigación de los efectos del
cambio climático a nivel global y a la supervi-
vencia de las comunidades rurales que viven
en ellas.
Se estima además que el costo para la eco-
nomía global de la pérdida y degradación de
los bosques ha sido estimado entre 2 y 4,5
trillones de dólares anuales (Sukhdev, 2010).
Desafortunadamente, estos costos no son re-
cogidos en los indicadores tradicionales de
progreso económico, como el Producto Inter-
no Bruto (World Bank, 2011).
2.4. La gestión de los
océanos y las zonas
costeras
Los océanos cubren el 70% de nuestro plane-
ta, contienen el 97% del agua de la Tierra y su
volumen representa el 99% del espacio vivo
del planeta. Albergan una enorme riqueza de
biodiversidad y recursos genéticos marinos.
Se han identicado unas 200.000 especies,
pero puede haber millones aún desconoci-
das. Proveen de un elevado número de ser-
vicios ecosistémicos. Son la mayor fuente de
proteínas a nivel mundial y para más 2.600
millones de personas son su principal fuente
de alimentación (UNEP, 2012). Además juegan
un papel clave en la regulación del clima glo-
bal, ya que entre otras funciones tienen una
capacidad de almacenamiento de CO
2
quince
veces superior a la que tienen la biosfera y el
suelo terrestres, absorbiendo más del 30% del
CO
2
producido por las actividades humanas y
generando un importante efecto tampón de
los impactos del calentamiento global.
Desde un punto de vista económico, unos
3.000 millones de personas dependen de la
biodiversidad marina y costera para su sus-
tento. El valor de mercado de los recursos e
industrias costeras es estimado en 3 trillones
de dólares al año, lo que representa el 5% del
PIB mundial (UNEP, 2012).
A pesar de estas funciones, en torno al 40%
de los océanos mundiales están altamente
afectados por la actividad humana. Entre las
Delgado, María del Mar; Ambrosio, María José y Riccioli, Cecilia
Desafíos ambientales y sociales frente al Cambio Climático
12
principales amenazas a las que se enfrentan
se pueden destacar la sobrepesca, las técni-
cas de pesca destructivas, la contaminación,
la destrucción de hábitats de diferentes es-
pecies, la presencia de especias invasivas,
el incremento en el tráco marino (que está
creciendo a una media anual del 9-10%) o
los riesgos de vertidos de distinto tipo, pero
con especial incidencia los petrolíferos (UNEP,
2010).
Las estimaciones apuntan a que el cambio cli-
mático acentuará estas amenazas y empeo-
rará esta situación. Los océanos serán los pri-
meros en sentir los efectos del calentamiento
global. Los cambios de temperatura y salini-
dad tendrán efectos importantes en las espe-
cies marinas. Las modicaciones en la dispo-
nibilidad de toplancton originarán efectos
en cascada a lo largo de la cadena tróca que
serán más patentes en las zonas más depen-
dientes de la pesca. Pero sobre todo, ocasio-
narán cambios muy importantes en la circula-
ción de las masas de agua que afectarán a las
condiciones climáticas tanto a escala local, en
zonas especícas, como a escala global.
UNEP (2010) advierte sobre el riesgo de de-
terioro signicativo de la biodiversidad ma-
rina en los próximos veinte años. El ritmo de
incremento de la pesca es insostenible. Los
subsidios a la pesca están contribuyendo a la
rápida destrucción de muchas especies mari-
nas y están frenando los esfuerzos para sal-
var y restaurar pesquerías, causando pérdidas
globales de unos 50 billones de dólares al año
(UNEP, 2012). La proporción global de espe-
cies que se pescan en exceso no ha dejado de
incrementarse en los últimos 25 años, aunque
el fenómeno se ha ralentizado. Las capturas
se incrementaron de 19 millones de tonela-
das en 1950 a unos 80 millones de toneladas
a mitad de los ochenta. Estas cifras oscilan en
la actualidad en torno a los 90 millones de
toneladas (FAO, 2010b). Esta estabilización
no se ha debido a una conciencia sobre la in-
sostenibilidad de las prácticas de pesca sino
a que el incremento de la tasa anual de cap-
turas marinas se situó en el entorno de cero
en los noventa, indicando que, en promedio,
los océanos habían alcanzado su máxima ca-
pacidad de producción bajo los sistemas de
extracción actuales.
Europa es el continente más afectado por
estos problemas. La falta de una adecuada
gestión de las pesquerías (elevado número
de barcos, altas cuotas y largas temporadas
de pesca o escaso control sobre la pesca de
alevines) hace que más del 72% de los bancos
de pesca existentes estén sobreexplotados,
frente a un 25% del promedio global (Froese
y Proels, 2010).
No obstante, donde los efectos del cambio
climático van a ser más intensos es en las zo-
nas costeras que están sometidas a muchos
más impactos antropogénicos que las zonas
oceánicas.
Las zonas costeras constituyen uno de los há-
bitats más dinámicos del planeta y están su-
jetas a continuos impactos de diferente tipo
(Perillo y Piccolo, 2011). Desde el punto de vis-
ta humano, se estima que la densidad de po-
blación en las zonas costeras a nivel mundial
se duplicará para 2050, con un incremento de
en torno al 50% entre 2010 y 2050 (Syvistki et
al., 2005). Además, 24 de las 39 ciudades con
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más de 5 millones de habitantes del planeta
están situadas a menos de 100 km de la costa,
siendo 12 de ellas megaciudades con más 10
millones de habitantes (Nicholls et al., 2007).
Muchas de estas ciudades pueden tener gra-
ves problemas si se cumplen las previsiones
existentes sobre el incremento del nivel del
mar.
Los hábitats de estas zonas están sometidos
a unos enormes impactos derivados de la ex-
pansión urbana y la industrialización, y de la
contaminación que llevan asociadas. Ello está
originando intensas modicaciones, muchas
permanentes, ya que sobrepasan el umbral
de retorno a la situación original, afectan-
do a las dinámicas costeras, a su producción
primaria y a la cadena tróca asociada (Mac-
Craken et al., 2009). Estos cambios se dejarán
sentir especialmente sobre las comunidades
que viven de los recursos marinos y de la pes-
ca artesanal.
3. DESAFIOS SOCIALES
Los ecosistemas naturales y las sociedades
humanas no pueden ser considerados de for-
ma independiente, sino unidos en sistemas
socio-ecológicos (Anderies et al., 2004). Una
adecuada respuesta y una gestión sosteni-
ble de los recursos naturales y de los desafíos
mencionados en el anterior epígrafe requiere
el reconocimiento de que son parte de siste-
mas socio-ecológicos complejos y muy diná-
micos, que evolucionan a menudo de forma
inesperada y no lineal, en función de las inter-
venciones naturales y humanas que reciben
(Nelson et al., 2007). El medio ambiente y los
recursos naturales condicionan y son simul-
táneamente condicionados por las acciones
ejercidas por la población.
De ahí que cada vez sea más importante ana-
lizar los aspectos sociales que afectan a la
gestión de estos recursos en un escenario de
cambio climático y que también constituyen
importantes desafíos. Entre los más relevan-
tes se pueden citar el conocimiento incom-
pleto sobre el cambio climático y sus conse-
cuencias, la falta de valoración de los costos
reales, las desigualdades económicas y socia-
les entre los que ganan y los que pierden o la
ausencia de políticas y sistemas de gobernan-
za adaptados a diferentes escalas.
3.1. Un conocimiento
incompleto
El conocimiento cientíco actual sobre el
cambio climático está sometido a informacio-
nes contradictorias, pero sobre todo a incer-
tidumbres. El incompleto conocimiento de
la complejidad y variabilidad de los sistemas
socio-ecológicos, la limitada disponibilidad
de información (debido a que el acceso a la
misma es muy caro, porque se necesita mu-
cho tiempo para obtenerla o por la falta de
registros y referencias temporales sobre lo
que ha ocurrido en nuestro planeta) y las in-
certidumbres en cuanto a los modelos y las
respuestas de los ecosistemas a las interven-
ciones humanas, son algunas de las razones
que lo explican.
También es importante entender la naturale-
za transitoria de muchos de los conocimien-
tos que se están generando, ya que tanto los
Delgado, María del Mar; Ambrosio, María José y Riccioli, Cecilia
Desafíos ambientales y sociales frente al Cambio Climático
14
avances en el conocimiento, como la veloci-
dad y naturaleza de los cambios así lo exigen.
Los enfoques simplistas y monodimensiona-
les basados en las metodologías de trabajo
y el conocimiento de una única disciplina no
son capaces de abarcar la complejidad de es-
tos sistemas. Tradicionalmente, las ciencias
naturales, las sociales y dentro de estas la
economía, han evolucionado de forma dife-
renciada, sin buscar puntos de encuentro ni
reconocer o combinar los conocimientos de-
rivados de cada una de ellas. Ello hace que a
pesar de los esfuerzos por abordar estas com-
plejas problemáticas de manera multidiscipli-
naria y de los logros conseguidos, aún quede
mucho por hacer. Las dicultades para que
los cientícos de diferentes disciplinas abor-
den conjuntamente los desafíos ambientales
que plantea el cambio climático son muy al-
tas.
La situación es aún más complicada cuando
se analiza la sociedad civil, la misma que se
enfrenta a informaciones contradictorias,
incompletas o poco transparentes sobre la
complejidad y las causas del cambio climáti-
co. Ello introduce dicultades para entender y
prever los resultados y las posibles respuestas
a las acciones que se están ejerciendo sobre
los recursos naturales y los ecosistemas. Los
ciudadanos muy a menudo tampoco dispo-
nen de las capacidades necesarias para adap-
tarse a los nuevos escenarios. De hecho, la
ausencia de estas capacidades se congura
como una de las barreras más importante en
las estrategias de mitigación y adaptación al
cambio climático.
Otro desafío importante es unir el conoci-
miento cientíco y el conocimiento local exis-
tentes en torno a los desafíos ambientales y el
cambio climático. La relevancia y validez del
conocimiento local ha sido demostrada por
diferentes estudios (Orlove et al., 2000; Ried-
linger and Berkes, 2001; Berman and Konas,
2004). Sin embargo, como señalan Cruiksha-
nk (2001) y Berkes (2002) este conocimiento
no se ha integrado o se ha hecho de forma
descontextualizada en los modelos y predic-
ciones cientícos. Raymond et al. (2010) po-
nen de maniesto las dicultades de integrar
distintos tipos de conocimiento y la necesi-
dad de pasar de desarrollar productos para la
integración de conocimientos, a procesos de
integración de conocimientos.
Es necesario desarrollar marcos de entendi-
miento que permitan tanto reconocer el valor
del conocimiento local por parte de los cien-
tícos, como hacer asequible el conocimiento
cientíco para que la sociedad pueda contex-
tualizar lo que está sucediendo y actuar en
consecuencia. Para avanzar en estos aspectos
es necesario poner en marcha estrategias de
acción comunicativa y procesos de aprendizaje
social que involucren a cientícos, expertos,
políticos y sociedad civil (Rist et al., 2007). Así,
se podría avanzar en la creación de un cono-
cimiento y entendimiento compartidos y en
la transformación de las percepciones y ac-
tuaciones.
Finalmente, el conocimiento está mucho más
desarrollado a escala global que a escala lo-
cal. Los estudios, informes y análisis mencio-
nados se reeren al planeta en su conjunto o
a grandes bloques regionales. No obstante,
Natura@economía. Vol. 2, Nº 1, enero-junio 2014 (5-22)
15
el conocimiento de los fenómenos y sus re-
percusiones a nivel local es mucho más in-
completo. Las diferencias y la complejidad de
cada ecosistema dicultan su comprensión
y su conocimiento. Las particularidades que
afectan a cada uno de ellos tanto a nivel eco-
lógico como a nivel humano también crean
dicultades para extender los conocimientos
o para aplicarlos a contextos o escalas dife-
rentes.
3.2. La falta de valoración del
costo real de los recursos
naturales
El poder de los mercados y su hegemonía en
el modelo económico dominante ensalzan al
valor económico frente a cualesquiera otros
valores. Los recursos naturales y los servicios
ecosistémicos son claves para el funciona-
miento y la vida en el Planeta, como ya se ha
comentado. Sin embargo, en la mayoría de
las ocasiones el hecho de que no exista una
valoración ni un precio de mercado de estos
bienes y servicios hacen que no se reconozca
su valor.
La mayoría de estos servicios, como la dispo-
nibilidad de agua, la captación de CO
2
reali-
zada por los bosques, o el poder respirar aire
limpio no son considerados como servicios de
alto valor. Frente a esta concepción, el TEEB
ha calculado el costo del daño realizado por
la actividad humana a la naturaleza en 2008
en un rango entre 2 y 4,5 trillones de dólares
(Sukhdev, 2010).
Estos bienes y servicios entran dentro de la
consideración de bienes públicos, es decir, no
existe rivalidad (el bien no desaparece en el
proceso de consumo) ni posibilidades de ex-
clusión (no es posible excluir del disfrute del
bien a otros usuarios) y como tales están so-
metidos a la denominada ‘tragedia de los co-
munes’ (tragedy of commons) (Hardin, 1968).
Esta situación hace que no haya unos dere-
chos de propiedad claramente establecidos
sobre los mismos y tampoco sea fácil identi-
car y penalizar a los individuos o empresas
que causan daños. Los bienes públicos de
acceso abierto y difícil control (como los que
se encuentran en alta mar o los bosques pú-
blicos) están entre los ecosistemas más vul-
nerables.
Por otro lado, también es posible identicar
diferentes estrategias para conservar estos
recursos, especialmente por parte de comu-
nidades locales de países en desarrollo. Las
formas de organización tradicionales y el res-
peto por la naturaleza, les llevan a realizar una
gestión ambientalmente sostenible de los re-
cursos naturales. De esta manera contribuyen
a la generación de bienes y servicios ambien-
tales, pero no reciben ningún reconocimiento
económico ni valor añadido por su gestión. Al
contrario, suelen ser comunidades bastante
pobres y con limitados medios de vida. No
existen mecanismos efectivos para hacer que
estas comunidades obtengan benecios por
proveer de bienes y servicios ambientales de
alto valor para la humanidad. Las estrategias
de pagos por servicios ambientales están aún
poco desarrolladas y no suponen ingresos
signicativos para los ‘productores’ de estos
servicios.
Delgado, María del Mar; Ambrosio, María José y Riccioli, Cecilia
Desafíos ambientales y sociales frente al Cambio Climático
16
Otro aspecto importante a analizar en cuan-
to a la valoración de los recursos naturales es
la falta de información y transparencia sobre
los costos reales de muchas de las activida-
des que se realizan diariamente. El actual esti-
lo de vida y el rápido crecimiento económico
buscado por la mayoría de los países están
llevando a niveles insostenibles de degrada-
ción de los ecosistemas naturales, de la que
en muchas ocasiones los ciudadanos no son
conscientes. Las crecientes necesidades de
consumo, el incremento de los niveles de ri-
queza y bienestar personales y el desarrollo
tecnológico permiten a los ciudadanos de los
países desarrollados y emergentes demandar
y consumir un rango cada vez mayor de bie-
nes y servicios. Sin embargo, estos benecios
se producen con unos costos ambientales
que no son normalmente conocidos ni trans-
parentes para los consumidores.
La huella de agua o de carbono de aspectos
tan cotidianos como el consumo de carne,
de productos de fuera de temporada o la de-
manda de productos procedentes de lugares
lejanos no es apenas conocida por los con-
sumidores ordinarios, ya que por un lado, no
forma parte de las preocupaciones diarias, y
por otro, ni los costos sociales ni los ambien-
tales de estos bienes y servicios suelen ser in-
cluidos en su precio.
3.3. Las desigualdades
económicas y sociales
entre los que ganan y los
que pierden
Otro de los desafíos sociales importantes es
el que tiene que ver con la desigual distribu-
ción entre los que ganan y los que pierden
con el cambio climático y la destrucción de
los recursos naturales. La mayoría de los re-
cursos naturales de alto valor se encuentran
situados en países en desarrollo y en las áreas
rurales de estos países, en las que los niveles
de pobreza son muy altos (IFAD, 2010).
La gente que más pierde con la degradación
o desaparición de dichos recursos es aquella
cuyo sustento depende directamente de los
mismos o vive en zonas aledañas. Como ar-
mó Sukhdev, líder del TEEB, la biodiversidad
tiene valor para todos, pero es una absoluta ne-
cesidad para los pobres (Informe de prensa de
la Conferencia de Nagoya, 2010).
En la Conferencia Inaugural de Nagoya 2010,
Ban Ki-moon, Secretario General de Naciones
Unidas también se pronunció en este sentido:
la pérdida de biodiversidad está llevando a los
sistemas ecológicos a un punto de no retorno,
más allá del cual no será posible que desarro-
llen sus funciones vitales… Las comunidades
de todo el mundo sufrirán sus consecuencias
negativas, pero los pobres y los más vulnerables
serán los que las sufran en mayor medida”.
Los medios de vida y el trabajo de cientos
de millones de personas dependen de la
existencia y disponibilidad de estos recur-
sos. Además, los impactos físicos más duros
del cambio climático (sequías, inundaciones,
tormentas tropicales, olas de calor…) están
teniendo una especial incidencia en los paí-
ses de menores ingresos y más vulnerables
(World Bank, 2009).
Natura@economía. Vol. 2, Nº 1, enero-junio 2014 (5-22)
17
Una gestión inadecuada e insostenible de
los recursos naturales en estos países no sólo
creará problemas ambientales a nivel local y
global, sino que tendrá importantes implica-
ciones en otros temas como la pobreza, las
migraciones, la falta de oportunidades de de-
sarrollo, etc. que no pueden ser despreciados.
La acción colectiva para identicar e imple-
mentar una gestión sostenible de los recur-
sos naturales es más necesaria dónde la gen-
te tiene incentivos más débiles para tener en
cuenta el impacto de sus acciones. Esta acción
colectiva también es más necesaria donde los
servicios en riesgo tienen un alto valor social.
Sin embargo, los ciudadanos de los países
más desarrollados ven estos problemas muy
lejanos y poco relacionados con sus proble-
mas cotidianos. La desconexión de la natura-
leza que impera en países desarrollados y en
el mundo urbano hace que se valoren bienes
que llevan un elevado consumo energético y
de otro tipo de recursos y que no se tenga en
cuenta la destrucción de recursos, culturas o
medios de vida que ello puede conllevar.
3.4. La falta de políticas y
sistemas de gobernanza
adaptados a distintas
escalas
Las discusiones globales, las cumbres y las
iniciativas internacionales pueden despertar
gran atención a nivel global. Sin embargo, no
se puede olvidar que aunque los problemas
y los desafíos son globales, sus efectos se de-
jan sentir a nivel local. Es necesario contar con
políticas y estrategias adaptadas a las situa-
ciones locales y al manejo sostenible de los
recursos a nivel local.
En la mayoría de los casos, el capital natural y
los servicios ecosistémicos son especícos de
un área concreta y es a ese nivel al que deben
ser gestionados y preservados. Como señala
The Economist (21 de octubre de 2010), las
discusiones globales están muy bien, pero la
mayoría de las buenas prácticas de conserva-
ción se hacen a nivel local”.
Hasta ahora, las diferentes cumbres y confe-
rencias internacionales están consiguiendo
atraer la atención del público y de los gober-
nantes sobre el cambio climático y la degra-
dación de los recursos naturales, pero no lle-
van aparejadas una toma de decisiones efec-
tiva. Al no existir un sistema de gobernanza
global ni de cesión de soberanía mundial no
se puede obligar a cumplir los compromisos
relativos al cambio climático o a la degrada-
ción de recursos naturales, ni forzar a los paí-
ses que más están incidiendo en la degrada-
ción de los recursos o en el cambio climático
a cambiar de estrategias.
Ante esta situación, se plantea la necesidad
de pasar de las declaraciones de buenas in-
tenciones al establecimiento de metas y com-
promisos reales, que además incorporen no
sólo a los gobiernos y al sector público, sino
también al sector privado y a la sociedad civil,
y a partir de ahí, instaurar sistemas de gober-
nanza efectivos que permitan su cumplimien-
to.
Algunas metas, sólo podrán ser conseguidas
Delgado, María del Mar; Ambrosio, María José y Riccioli, Cecilia
Desafíos ambientales y sociales frente al Cambio Climático
18
por la suma de los esfuerzos individuales de
los diferentes países. Otras necesitarán la co-
laboración de los países a través de acuerdos
y con la implicación de agencias internacio-
nales (Perrings et al., 2010). Sin embargo,
dichas metas y compromisos no podrán ser
conseguidos sin la implicación y participa-
ción de las comunidades en las que se sitúan
los recursos.
Una adecuada y eciente participación de
la población es imprescindible para enten-
der los aspectos involucrados en la relación
entre la gente y el medio ambiente (Pretty
and Smith, 2004), como demuestra la exis-
tencia de modelos de gobernanza exitosos y
sostenibles cuando las comunidades locales
tienen acceso y control sobre los recursos na-
turales (Dietz et al., 2003; Ostrom, 2005). No
obstante, los problemas más importantes se
plantean, cuando estas reglas no son respeta-
das ni reconocidas ni por otros actores, ni por
niveles administrativos superiores.
La gestión de los recursos naturales, es ante
todo una cuestión de gobernanza. Es necesa-
rio disponer de reglas y sistemas de manejo
tanto a nivel local, como de interacción de
ese nivel local con niveles superiores.
4. REFLEXIONES FINALES
Las llamadas de atención sobre la situación
actual de los recursos naturales, la degrada-
ción a la que están siendo sometidos y sus
consecuencias en el mediano y largo plazo
tienen ya una larga trayectoria. Sin embargo,
hasta ahora ni la opinión pública ni la mayoría
de los gobiernos han tomado medidas efec-
tivas para paliarlas. Identicar opciones para
el manejo sostenible de estos recursos, en un
escenario de cambio climático es una necesi-
dad cada vez más urgente.
Los vínculos entre la situación del medioam-
biente, la economía y el bienestar humano
nunca han sido tan obvios como lo son en es-
tos momentos. A pesar de ello el papel de los
servicios ecosistémicos soportando la vida en
la Tierra y proveyendo de medios de vida y
oportunidades a sus millones de habitantes
no es reconocido. Se hace necesario entender
y reconocer el alto valor de los recursos exis-
tentes en los hábitats naturales y su carácter
imprescindible para la vida y el desarrollo en
el Planeta.
Las soluciones que se propongan no pueden
abordar los temas ambientales y los temas so-
ciales como esferas desconectadas. El mundo
actual está formado por complejos sistemas
socioecológicos en los que existe una densa
red de interacciones e interdependencias en-
tre sus componentes humanos y naturales.
Las decisiones de manejos, tanto sostenibles
como insostenibles, son tomadas por las per-
sonas y las mismas se dejan sentir sobre los
recursos naturales.
Las relaciones entre los ámbitos ambiental y
humano y las interdependencias e inuencias
que se generan entre ambos necesitan ser
analizadas en más profundidad y nuevos co-
nocimientos son necesarios. Los análisis y las
propuestas han de hacerse desde enfoques
multidisciplinares que permitan avanzar en el
conocimiento real de lo que está ocurriendo y
Natura@economía. Vol. 2, Nº 1, enero-junio 2014 (5-22)
19
también establecer puentes de conexión (en
ambos sentidos) entre el conocimiento cien-
tíco y el conocimiento local.
Un mayor esfuerzo investigador es necesario
para identicar y eliminar las barreras entre
el conocimiento desarrollado por diferentes
disciplinas y entre el conocimiento cientíco
y local. Es importante profundizar en el co-
nocimiento de los efectos e impactos a nivel
local e intensicar los esfuerzos en difundir
buenas prácticas y lecciones de interés.
Los problemas han de ser abordados a la es-
cala más adecuada y a partir de ahí estable-
cer objetivos y metas para cada escala. Las
soluciones globales han de tener en cuenta
la realidad y las prácticas existentes a nivel lo-
cal, nacional o de bloques regionales y actuar
en consecuencia, y el manejo a nivel local no
puede obviar las políticas o los acuerdos na-
cionales o globales.
Los nuevos modelos de gobernanza a nivel
local y global que se propongan deben mini-
mizar los factores de estrés antropogénicos
(contaminación, deforestación, sobrepes-
ca, erosión y alteraciones de la hidrología,
pérdida de suelos y de su fertilidad, etc.) e
implementar estrategias de adaptación am-
bientales, sociales y económicas adecuadas.
Las propuestas de políticas y la toma de de-
cisiones deben entender los sistemas de go-
bernanza existentes en las distintas escalas,
para asegurar que unas no entran en contra-
dicción con otras.
Las actuales prácticas de manejo y gestión
han de ser ajustadas en términos temporales,
situacionales, de escala de trabajo y de coor-
dinación de acciones para poder apoyar la re-
siliencia de los ecosistemas en el contexto de
rápido cambio climático. Además, es impres-
cindible incluir las percepciones sociales y las
actitudes en el análisis del cambio climático y
en la forma de abordar estrategias de mitiga-
ción y de adaptación.
AGRADECIMIENTOS
Esta investigación ha sido nanciada por el
7º Programa Marco de la Unión Europea en el
marco del proyecto “Community based mana-
gement of environmental challenges in Latin
America (FP7-ENV2011-282845 COMET-LA).
Delgado, María del Mar; Ambrosio, María José y Riccioli, Cecilia
Desafíos ambientales y sociales frente al Cambio Climático
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