Fallas de mercado en el análisis de la percepción y la lógica de los Comunes
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Enero - Junio 2018
su vez, trae como resultado la tendencia a la
degradación de los recursos.
Otra posibilidad es que se pretenda
aplicar una política de control de la
contaminación. Pero ante la existencia, por
ejemplo, de muchas fuentes contaminantes
no identicadas claramente podría implicar
en el fracaso de la política. Lo anterior
pues los individuos tendrán la tendencia a
evadir su propia responsabilidad cuando
los reguladores no puedan monitorear
sus acciones contaminantes. Es decir, el
individuo tiene un incentivo económico
para disminuir su esfuerzo de control de
la contaminación por debajo de lo que
exige la entidad reguladora. Este es uno
de los problemas derivados de una falla
de mercado conocida como información
asimétrica y, más concretamente, se reere
a lo que se denomina como riesgo moral.
En esas condiciones los individuos tienen
la tendencia a tomar decisiones sobre el
consumo o utilización de los recursos
garantizando el máximo benecio individual,
pero socializando los costos ambientales.
En los Estados Unidos, el Decreto del
Agua Limpia es un instrumento legal que por
más de 35 años ha servido de marco jurídico
para la regulación de la contaminación de los
cuerpos de agua por parte de la Agencia de
Protección Ambiental (EPA por sus siglas en
inglés). Sin embargo, según los reguladores,
la Corte Suprema ha dejado incertidumbre
acerca de cuáles canales están protegidos por
la ley. El resultado es que algunas empresas
han declarado que la ley no aplica para ellos
y, por tanto, los niveles de contaminación
están creciendo. Las sentencias que causaron
estos problemas se centraron en el texto del
Decreto del Agua Limpia que lo limitó a la
descarga de agentes contaminadores en las
aguas navegables de los Estados Unidos.
Por décadas, las “aguas navegables”
fueron interpretadas ampliamente por los
reguladores incluyendo muchos humedales
y corrientes grandes que conectan con
los ríos importantes. Sin embargo, las
decisiones sugirieron que los canales que
están totalmente dentro de un estado, los
riachuelos y los lagos no relacionados con
circuitos de agua más grandes puedan no ser
“aguas navegables” y, por tanto, no están
cubiertos por el mencionado decreto, aunque
la contaminación de tales canales pueda
discurrir a fuentes de agua potable (Duhigg
y Roberts, 2010). Es decir, el Decreto
excluye del marco regulatorio a algunos de
los cuerpos de agua lo cual no sucede, por
ejemplo, con la Ley de Aguas en Venezuela
la cual, como veremos, aplica a las aguas en
todas sus formas.
En el caso del Decreto del Agua Limpia
se está haciendo referencia al problema
de asimetría de información. Existe el
problema del riesgo moral cuando, por un
vacío legal y una reinterpretación de la ley,
los contaminadores observan que la agencia
reguladora no puede actuar y, por tanto,
deciden contaminar los cuerpos de agua.
En estos casos, los agentes generadores
de la externalidad son las empresas que
contaminan los ríos, riachuelos, lagos, etc.
Estas empresas toman la decisión de evadir
a los reguladores basados en una nueva
interpretación de la ley que les permite
aludir que esta no aplica a sus realidades
especícas. Este tipo de problemas más
comúnmente están asociados a la incapacidad
de las agencias o instituciones reguladoras
para monitorear los contaminadores y hacer
cumplir las leyes. Sin embargo, en este caso la
EPA logró aplicar el Decreto durante cerca de
35 años, pero por unas sentencias de la Corte
Suprema su capacidad de regular se ha visto
mermada. Gracias a ello los contaminadores
toman la decisión de verter sus desechos
en fuentes de agua que se consideraban
amparadas por el Decreto. Esta decisión es lo
que conocemos como riesgo moral pues los
agentes contaminadores tienen un incentivo
para evadir los controles ambientales porque
con esto pueden evitar pagar los costos de