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Resumen
El presente artículo tiene el propósito de aportar a la construcción de una epistemología forestal
que oriente el accionar de los involucrados a los bosques. Para el efecto se desarrolla una breve
caracterización de la epistemología a partir del cual se derivan preguntas para la reexión. De la
revisión se concluye que la construcción del conocimiento es contextual y obedece a los desafíos de
cada época, reconociendo las tendencias que inciden en su desarrollo. En esta perspectiva tenemos
un proceso de complejización de la epistemología forestal, de visiones fuertemente madereras se
está pasando a visiones socioecosistémicas, en la que los bosques son apreciados por sus múltiples
valores incluyendo los culturales y espirituales. De miradas disciplinarias se está pasando a mira-
das interdisciplinarias y transdisciplinarias que recogen la complejidad socioecosistémica de los
bosques. De la primacía del conocimiento cientíco se está pasando a la valoración de la interrela-
ción de saberes, donde todos los conocimientos participan activamente y respetuosamente en el
desarrollo de las ciencias forestales. De orientaciones de conocimiento centrado exclusiva mente a
lo racional, se está pasando a reconocer que la construcción del conocimiento es un proceso social
que articula la integralidad de la persona siendo importantes las consideraciones emocionales,
culturales y espirituales. De ahí la importancia de favorecer la conexión entre las ciencias forestales
y la losofía especialmente en sus vertientes ontológicas, epistemológicas y éticas. Aunque muchos
de los problemas forestales se explican desde su entorno, aún no existen los sucientes cono-
cimientos sobre la dinámica de los bosques tropicales para asegurar la sustenta bilidad ecológica
del manejo forestal, por lo que es necesario acelerar y profundizar este tipo de investigaciones en
las perspectivas planteadas.
Palabras clave: Bosques, complejidad, epistemología forestal, losofía forestal, socioecosistémica
Contribución al desarrollo de la epistemología
de las Ciencias Forestales
Contribution to the development of the epistemology of the forest sciences
Rodrigo Arce
1,
*
Revista Forestal del Perú, 35 (1): 4 - 20, (2020)
ISSN 0556-6592 (Versión impresa) / ISSN 2523-1855 (Versión electrónica)
© Facultad de Ciencias Forestales, Universidad Nacional Agraria La Molina, Lima-Perú
DOI: http://dx.doi.org/10.21704/rfp.v35i1.1472
Recibido: 05 enero 2020 | Aceptado: 16 mayo 2020 | Publicado en línea: 01 agosto 2020
Citación: Arce, R. 2020. Contribución al desarrollo de la epistomología de las Ciencias Forestales.
Revista Forestal del Perú 35(1): 4-20. DOI: http://dx.doi.org/10.21704/rfp.v35i1.1472
1
Maestría en Ecología y gestión ambiental, Escuela de Posgrado de la Universidad Ricardo Palma (URP), Av. Benavides
5440, Santiago de Surco, Lima, Perú.
* Autor de Correspondencia: rarcero[email protected]
Vol. 35 (1): 4 - 20 Revista Forestal del Perú
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Abstract
is article aims to contribute to the construction of a forest epistemology that will guide the
actions of those involved in forests. For this purpose, a brief characterization of the epistemology
is developed from which questions are derived for reection. e review concludes that the cons-
truction of knowledge is contextual and responds to the challenges of each epoch, recognizing
the trends that aect its development. In this perspective, we have a process of complex forest
epistemology, from strongly timbered visions to socio-ecosynthetic visions, in which forests are
appreciated for their multiple values, including cultural and spiritual ones. We are moving from
disciplinary views to interdisciplinary and transdisciplinary views that reect the socio-ecosys-
temic complexity of forests. From the primacy of scientic knowledge we are moving towards
the valuation of the interrelationship of knowledge, where all knowledge participates actively and
respectfully in the development of forest sciences. From orientations of knowledge centred ex-
clusively on the rational, we are moving towards the recognition that the construction of know-
ledge is a social process that articulates the integral nature of the person, with emotional, cultural
and spiritual considerations being important. Hence the importance of fostering the connection
bet ween the forestry sciences and philosophy, especially in their ontological, epistemological and
ethical aspects. Although many forest problems are explained from their environment, there is still
not enough knowledge about the dynamics of tropical forests to ensure the ecological sustainabili-
ty of forest management, so it is necessary to accelerate and deepen this type of research in the
perspectives presented.
Key words: Forests, complexity, forest epistemology, forest philosophy, socio-ecosystem
Introducción
Heredera de la tradición positivista de la
ciencia, las ciencias forestales se han constru-
ido bajo los paradigmas de la objetividad, de la
causalidad, de la linealidad, el determinismo y
la predictibilidad (García 2008). Así se ha pro-
ducido una fuerte separación entre las ciencias
forestales y la losofía, en donde la vertiente
productivista de las ciencias forestales presenta
una débil vinculación con la ética. Por ello es
entendible que hasta ahora el tema de la episte-
mología forestal haya sido poco abordada des-
de el propio sector forestal. El presente artículo
tiene el propósito de aportar a la construcción
de una epistemología forestal, reconociendo
que es un cometido mayúsculo y que reque-
rirá el concurso de profesionales y académicos
fores tales y otras disciplinas con visión socio-
ecosistémica. Esta es una tarea pendiente con
indudables repercusiones en la formación de
los profesionales forestales y en la adminis-
tración pública fores tal.
Hasta ahora la construcción del conocimien-
to forestal tiene una impronta marcadamente
disciplinaria con orientación a lo biofísico,
y con una débil orientación hacia el desarro-
llo social, aunque recientemente se ha podi-
do apreciar en el Perú experiencias puntuales
donde el conocimiento forestal presenta un
enfoque interdisciplinario. Ver el bosque des-
de diversas perspectivas no es algo nuevo, por
cuanto era la práctica del naturalista alemán
Alexander von Humboldt (Sabogal 2019: 70).
Asimismo, la inuencia del enfoque posi-
tivista ha separado los temas académicos de lo
cotidiano en la realidad forestal, de tal manera
que solo se considera ciencia aquello que pasa
por el método cientíco y se subestima otro
tipo de conocimientos, saberes y experiencias.
Bajo esta premisa jerárquica la educación fo-
restal también tiene un enfoque de transferen-
cia, desde los que saben hacia los que no saben.
Ahora bien, es importante reconocer que los
bosques están sujetos a una serie de presiones
del entorno. Su conservación o deterioro está
inuenciado por factores sociales, institucio-
nales, legales, culturales, económicos y, sobre
todo, por los modelos de desarrollo hegemóni-
Enero-Junio 2020
Contribución al desarrollo de la epistemología
de las Ciencias Forestales
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cos de los cuales resulta difícil abstraerse. Pero
más allá de la multidimensionalidad de las pre-
siones que recibe el bosque, tenemos que tener
en cuenta la complejidad de los bosques tropi-
cales, la cual provoca que los conocimientos
sobre su dinámica natural sean insucientes
para tomar decisiones en el manejo de estos
bosques que garanticen su sostenibilidad.
Materiales y Métodos
El presente artículo ha sido generado a partir
de una revisión bibliográca y de las experien-
cias y reexiones del autor en el ejercicio profe-
sional forestal. El artículo se estructura a partir
de las siguientes preguntas guía:
¿Qué se entiende por epistemología?
¿Cuál es el objeto de estudio de las ciencias
forestales?
¿Cuál es la nalidad del estudio de las
ciencias forestales?
¿Bajo qué paradigmas se ha gestado el
conocimiento de las ciencias forestales?
¿En qué medida estos paradigmas inicia-
les inciden en el desarrollo de las ciencias fore-
stales?
• ¿Qué cambios de paradigmas se han pro-
ducido y cómo inciden en el desarrollo de las
ciencias forestales?
Con base al desarrollo de estas preguntas
se orientan las discusiones con el propósito
de plantear la relevancia del conocimiento de
la epistemología de las ciencias forestales en
el desarrollo forestal acorde con los retos que
plantea una sociedad del conocimiento.
La revisión histórica alude principalmente a
Europa y los Estados Unidos por su fuerte in-
uencia en el desarrollo de las ciencias fores-
tales en Latinoamérica y la discusión está
corre lacionada con la experiencia peruana,
que es el ámbito a partir del cual se desarro-
lla el presente artículo. Para la revisión se ha
conside rado artículos cientícos y libros en
español. Será importante contribuir al desa-
rrollo de la epistemología forestal con referen-
cia a publicaciones disponibles en los idiomas
alemán e inglés.
Resultados
Alcances conceptuales de la epistemología
Se puede señalar que la epistemología es la
rama de la losofía que estudia el origen y el
proceso seguido de legitimación (validez) de
los conocimientos cientícos por parte de la
comunidad cientíca (Jaramillo 2003).
La epistemología estudia y evalúa los proble-
mas cognoscitivos de tipo cientíco, es decir,
estudia, evalúa y critica el conjunto de proble-
mas que presenta el proceso de producción de
conocimiento cientíco (Martínez y Ríos 2006:
4). Actualmente la epistemología tiene una
concepción extendida que abarca la teoría del
conocimiento cientíco, la lógica de la ciencia,
la semántica de la ciencia, la metodología de la
ciencia, la ontología de la ciencia, la axiología
de la ciencia, y la ética de la ciencia (Zamudio
2012: 32, 33). Se debe reconocer que “el cono-
cimiento cientíco, es un producto social, y no
tiene más denición que la que le otorga el con-
texto social en el cual se genera” (García 2006:
120).
Breve historia de las ciencias forestales
Es indudable que los bosques han acom-
pañado a los seres humanos en todo su proce-
so histórico tanto para satisfacción de necesi-
dades materiales como culturales y espirituales
(Zapata y Peña-Chocarro 1998: 88). Cuando
los seres humanos deciden hacer de los bosques
un nuevo campo especializado de conocimien-
to se da origen a las ciencias forestales.
Las Ciencias Forestales, llamada también
Dasonomía, reere al “estudio de las técnicas
para cultivar y manipular las masas forestales a
través de la aplicación de principios biológicos
y ecológicos, para la producción continua de
bienes y servicios para la sociedad”. La Silvicul-
tura es una rama de la Dasonomía, aunque en
la literatura también aparecen como sinónimos
(Hawley y Smith 1972). Es interesante mencio-
nar que en el caso peruano se ha producido un
proceso de diversicación por lo que al interés
inicial de las ciencias forestales, este se ha am-
pliado hacia consideraciones ambientales (Fa-
cultades de Ingeniería Forestal y Ambiental) y
Vol. 35 (1): 4 - 20 Revista Forestal del Perú
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agroforestales (Facultades Agroforestales). En
otros casos las ciencias forestales se inscriben
en Facultades Agrarias o Facultades de Recur-
sos Naturales.
El origen de la profesión forestal parece situ-
arse tanto en los guardabosques ingleses (prin-
cipios del siglo XII), así como en los maestros
de agua y bosques en Francia (principios del
siglo XIII) (Sanz 2003). La dasonomía se de-
sarrolló como ciencia en Alemania a nes del
siglo XVIII de manera totalmente independi-
ente de las ciencias agrícolas o pecuarias, época
en la que se crearon las primeras escuelas fores-
tales en lo que hoy es Alemania, Rusia, Suecia
y Francia (del Valle 1997). En 1786 se creó la
Academia de arand, fundada y dirigida por
Heinrich Cotta en 1786, cuyo objetivo era la
explotación racional de bosques (López 2016).
En 1821 se creó en Alemania la Escuela Fo-
restal de Berlín (Hasel 1985, citado por Sanz
2003: 161). La ciencia forestal se dedicaba al
tratamiento de los espacios forestales conforme
a principios técnicos y a la lógica cientíca, y
nace como respuesta a la expansión de la agri-
cultura, que ocasionaba el detrimento de los
bosques y su devastación por usos tradiciona-
les (Hasel 1989, citado por Sanz 2003: 162). Hay
que señalar además que los primeros cientí-
cos forestales alternaban sus labores académi-
cas con funciones en la administración pública,
por lo que estas concepciones se trasladaron a
la administración forestal (Sanz 2003: 163).
Francia también jugó un papel importante
al haber involucrado el manejo de las cuencas
hidrográcas dentro de las ciencias forestales,
mientras que los alemanes lograron aportar en
economía y medición forestal. Desde su ini-
cio, la ciencia forestal mantuvo estrechas rela-
ciones con las ciencias biológicas, económicas
y matemáticas (del Valle 1997: 103).
Objeto de estudio de las ciencias forestales
Haciendo una síntesis de los objetos de es-
tudios de las ciencias forestales se pueden
reconocer las siguientes grandes categorías:
Los bosques naturales, las plantaciones fores-
tales, la industria forestal y la conservación de
ecosistemas forestales. En la historia forestal
también aparece el manejo de cuencas hidro-
grácas.
También existe el concepto de patrimonio
forestal y de fauna silvestre que delimita el
campo de competencias ligadas al sector fores-
tal. En el caso peruano el patrimonio forestal y
de fauna silvestre de la Nación está constituido
por lo siguiente: a. Los ecosistemas forestales y
otros ecosistemas de vegetación silvestre, b. Los
recursos forestales y de fauna silvestre man-
tenidos en su fuente, c. La diversidad biológi-
ca forestal y de fauna silvestre, inclu yendo sus
recursos genéticos asociados, d. Los bosques
plantados en tierras del Estado, e. Los servi-
cios de los ecosistemas forestales y otros eco-
sistemas de vegetación silvestre, f. Las tie rras
de capacidad de uso mayor forestal y tie rras
de capacidad de uso mayor para protección,
con bosques o sin ellos, y g. Los paisajes de
los ecosistemas forestales y otros ecosistemas
de vegetación silvestre en tanto sean objeto de
aprovechamiento económico (Ley Forestal y de
Fauna Silvestre N° 29763, Art. 4).
Finalidad del estudio de las ciencias fores-
tales
Los objetivos de las ciencias forestales han
ido cambiando con el tiempo. Como mencio-
na Prieto (2008: 33) inicialmente se atendía
necesidades de “madera, leña y caza; después,
productivas, protectoras, sociales y ambien-
tales; y hoy en día, la función administradora
de los forestales se extiende a la totalidad del
espacio natural.
Beresford-Peirse en el año 1962 señalaba
que dos son las preocupaciones básicas de los
forestales: 1) Cómo habrán de satisfacerse las
crecientes necesidades de madera en todas
sus formas, y 2) Cómo podrán desempeñar
los árboles y los montes su función protecto-
ra de salvaguardia de los recursos básicos de
suelos y aguas (Beresford-Peirse 1962: 19). La
concepción maderera de la actividad forestal
aún se mantiene fuerte, aunque cada vez se ha
ido reconociendo los valores múltiples de los
bosques. Como señala Prieto (2008: 33):
Prácticamente durante todo el siglo XX, el ob-
jetivo de la ordenación de montes ha sido funda-
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Contribución al desarrollo de la epistemología
de las Ciencias Forestales
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mentalmente la obtención de productos basados
en los postulados clásicos de la persistencia (que
la masa ocupe el suelo sin interrupciones no pro-
gramadas de antemano), rentabilidad (que se
obtenga una renta anual o periódica constante) y
máximo rendimiento (las masas se aprovechan a
su edad de madurez o turno óptimo).
Siebert (1993) da cuenta que “las malas ex-
periencias con plantaciones coetáneas llevaron
a que se privilegie un enfoque de bosques mul-
tietáneos, los cuales en su estructura y su com-
posición se asemejan mucho a los bosques na-
tivos del sitio, lo que favoreció el desarrollo de
una silvicultura más cercana a lo natural. De
esta manera, la mirada centrada únicamente
en la producción de bienes comercializables
(monetariamente valorizables), se amplió para
considerar las funciones ecológicas (incluyen-
do las no monetariamente valorizables en el
largo plazo) (Peter 2000: 9).
Shirley (1964) al discutir sobre la creación
de centros de enseñanza forestal deja entrever
que los objetivos de la profesión forestal son:
la ordenación forestal con nes de producción
industrial de la madera, la protección de cuen-
cas hidrográcas y la producción de la vida sil-
vestre.
Paradigmas bajo las que se ha gestado el
cono cimiento de las ciencias forestales
En 1713 se acuña en Alemania el concepto
de rendimiento sostenido (Malleux 2013: 15).
Ese año Hans Carl von Carlowitz (1645-1714)
(citado por Gonzáles-Doncel y Gil 2014: 23)
publicó el libro Sylvicultura aeconomica que
hacía referencia a la técnica de criar, cultivar
y cortar los árboles. La sostenibilidad además
estaba más acorde “con ideas procedentes del
romanticismo alemán que vinculaba el man-
tenimiento de estos espacios con las esencias
nacionales y con la belleza de la naturaleza pri-
migenia” (Sanz 2003: 162).
Las ciencias forestales nacieron bajo el prin-
cipio de la sostenibilidad (Malleux 2013: 15).
La sostenibilidad implicaba la planicación de
los turnos de la intervención de los bosques
con el n de entregar la producción maderable
sin menoscabo del volumen y de la calidad a
lo largo del tiempo. Según Sanz (2003: 161) el
término sostenibilidad (“durabilidad”) estaba
más relacionado con el suministro constante
de inmensas cantidades de madera que con
inquietudes medioambientales. Al respecto
señala Prieto:
En la gestión de producción sostenida, los
bosques fueron gestionados para producir made-
ra de forma constante y periódica; para ello, los
sistemas de aprovechamiento eran bien de tipo
forestal (basado en conseguir el crecimiento me-
dio máximo) o de tipo económico-nanciero (se
maximiza el valor actual neto o la tasa interna de
rendimiento) (2008: 39).
El bosque era considerado más como super-
cie maderera a explotar o una de caza a ar-
rendar que como un ecosistema (Sanz 2003:
163). El propio H. Cotta, considerado como el
padre de la Dasonomía señalaba en 1832 que,
el n de la explotación privada de bosques era
conseguir los mayores ingresos en las super-
cies forestales” (Sanz 2003: 163). Desde un
princi pio, “la joven ciencia forestal mostró am-
biciones de consolidación y se unió estrecha-
mente a las necesidades de los Estados liberales
en formación y de intereses madereros en pro-
ceso de crecimiento” (Sanz 2003: 161).
Reconociendo el foco maderero de la activi-
dad forestal, Guariguata y Evans (2010) pro-
ponen que se debería ampliar la mirada hacia
los productos forestales no maderables.
Se puede reconocer entonces que las ciencias
forestales nacieron como parte del paradigma
reduccionista de separabilidad y manipula-
bilidad de la naturaleza mediante el cual «un
bosque se reduce a madera comercial y la
madera se reduce a celulosa para las industrias
que fabrican pulpa de madera y papel» (Shiva
1991: 47). No obstante, hacia mediados del
siglo XIX comenzaron a aparecer corrientes
críticas que señalaban la necesidad de ampliar
la mirada del bosque de acuerdo a los múltiples
intereses de los actores y propiciando el reen-
cuentro con la naturaleza, dando pie a lo que
sería posteriormente el enfoque conservacio-
nista” (Sanz 2003: 165).
Los Estados Unidos tienen un papel en el
cambio de concepciones forestales. Así, destaca
la participación de Aldo Leopold (1887-1948),
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académico de la Universidad de Wisconsin y
un especialista en el manejo de recursos fores-
tales, quién generó la propuesta de la ética de
la tierra mediante la cual la tierra no debiera
ser considerada como una propiedad sino
como una comunidad a la cual pertenecemos
todos y por tanto, la preocupación moral de-
bería incluir a los ecosistemas y sus habitantes
no humanos. Esta concepción tuvo profunda
inuencia en el movimiento conservacionista
(Kwiatkowska 2012: 49-51). Asimismo, Giord
Pinchot (1865–1946) fue uno de los pioneros
en la articulación bosques y ambiente al pro-
poner una “explotación sustentable” con base
en el conocimiento cientíco, aunque mantiene
la disyunción entre personas y recursos natu-
rales en el marco de una ética utilitarista (Klier
et al. 2017: 68).
Es posible reconocer a través de la historia
los diferentes paradigmas del manejo fores-
tal. Así, Aguirre (2015) reconoce los siguientes
paradigmas: Protección, Rendimiento sosteni-
do de madera (1850), Rendimiento Sostenido
de Uso Múltiple (1950-60), Ecosistemas Fores-
tales Naturales (1970-80), Manejo Ecosistémi-
co de Bosques (1990).
Por su parte Kimmins (1997) reconoce de
manera general las siguientes etapas de la
concepción del tratamiento de los bosques: i)
Explotación (Pre-Dasonomía), ii) Regulación,
(Dasonomía Administrativa), iii) Manejo
Fores tal (Dasonomía basada en principios
ecológicos), y iv) Forestería Social (Dasonomía
social), entendida esta última como el recono-
cimiento de los valores del bosque según múl-
tiples involucrados y no solo de los madereros.
Para el caso especíco de los bosques europeos
reconoce las siguientes etapas: i) Bosques Na-
turales Originales, ii) Explotación, iii) Métodos
tradicionales, iv) Producción sostenida, v) Uso
múltiple y vi) Regreso a lo natural.
Gudynas (2002) reconoce los siguientes
grandes hitos: i) Explotación forestal eciente
con base cientíca de Gliord Pinchot, ii) Rela-
ción ética con la tierra basada en el amor y el
respeto y iii) Uso múltiple y reencuentro con
la naturaleza.
La historia de las ciencias forestales va para-
lela a la historia de las ciencias en general. Así
se puede armar que en el origen las ciencias
forestales ha estado marcado por el cientis-
mo, el antropocentrismo y el desarrollismo.
El cientismo se explica por su tradición posi-
tivista con predominancia del paradigma sim-
plicante de la ciencia, su autosuciencia y el
divorcio con la losofía (Rojo et al. 2013). Este
aspecto prácticamente no ha cambiado más
allá de algunos cursos aislados de losofía o
de ética. Una excepción, por lo menos a nivel
de documentos de gestión, reere la Facultad
de Ingeniería Agroforestal y Acuícola de la
Universidad Intercultural de la Amazonía que
reconoce explícitamente la consideración de
un paradigma ecocéntrico y valora el enfoque
de interculturalidad (UNIA 2011).
Aragón (2011) hace un recuento de la his-
toriografía forestal inglesa, francesa, alemana,
estadounidense y española. No obstante, los
estudios sobre historia forestal, especialmente
en Latinoamérica aún son escasos.
Jordan et al. (1999: 12) señalan que durante
la época prehispánica la relación entre los hom-
bres y los bosques podría calicarse de armóni-
ca en tanto se enmarcaba en la Cosmovisión de
la Pachamama. Los autores reeren que duran-
te el virreinato empezó el desencuentro en tan-
to los colonialistas “mostraban interés por los
bosques para dos propósitos principales: com-
bustible y madera para construcción y apunta-
lamiento de las minas” (Jordan et al. 1999: 16).
En la Historia ambiental del Perú (Siglos
XVIII y XIX) Díaz et al. (2016: 183) anotan que
los bosques en la colonia:
…Fueron percibidos desde dos perspecti vas
hasta cierto punto opuestas: una en la que el
bosque es fuente de materias primas necesarias
para el desarrollo y otra que lo relaciona con lo
salvaje, de modo que, de alguna manera, com-
pite con las actividades y requerimientos del
mundo “civilizado.
Como se puede apreciar en gran medida esta
visión se mantiene en la actualidad.
Jordan et al. (1999: 32-33) muestran la evo-
lución del desarrollo forestal andino entre 1960
y 2000 y dan cuenta que la historia forestal no
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Contribución al desarrollo de la epistemología
de las Ciencias Forestales
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es sino reejo del marco político, institucional,
tecnológico y económico. Se puede entrever
además que las políticas forestales nacionales
están inuenciadas por las políticas forestales
internacionales.
Incidencia de los paradigmas dominantes en
el desarrollo de las ciencias forestales
El paradigma de rendimiento sostenido dio
pie al concepto de sostenibilidad, aspecto que
ahora está estrechamente ligado al desarrollo
(el desarrollo sostenible). Prueba de ello son
lo que anteriormente fueron los Objetivos de
Desarrollo del Milenio y actualmente los Ob-
jetivos de Desarrollo Sostenible. No obstante,
hay que señalar que el concepto de desarrollo
forestal sostenible todavía es incipiente y que
no está exento de dicultades, controversias y
ambigüedades (Rodríguez 2003: 297).
En la historia forestal se ha ido pasando
de la explotación forestal (extracción sin re-
posición) al manejo forestal y al manejo forest-
al sostenible, incluyendo los esquemas de cer-
ticación forestal voluntaria o los indicadores
y criterios para el buen manejo forestal imple-
mentados, con mayor o menor convicción por
los Estados.
Se ha podido apreciar que las ciencias fores-
tales tienen dos orientaciones básicas: una pro-
ductivista inicialmente relativa a la madera,
pero abriéndose cada vez más a los servicios
ecosistémicos en general, y otra perspectiva
conservacionista. No obstante, estos campos
no debieran verse absolutamente excluyentes
porque un buen manejo forestal está intrínse-
camente asociado a consideraciones de conser-
vación.
Inclusive, aun hablando desde una perspec-
tiva tradicional del manejo forestal concentra-
da en especies comerciales valiosas se requiere
una mirada ecosistémica, que dé cuenta de la
diversidad, los diferentes niveles de organi-
zación, y los rasgos funcionales de toda la co-
munidad ecosistémica, tal como lo propone la
ecología funcional (Salgado-Negret 2015).
Como se ha podido reconocer el desarro-
llo de las ciencias forestales, en la perspectiva
productivista, está inscrita en el desarrollo de
las ciencias en general por tanto también está
dominada por el espíritu de la objetividad,
predictibilidad, linealidad y determinismo,
propios de una ciencia normal. Forma parte
también de un enfoque ontológico disyuntivo
mediante el cual hay una absoluta separación
entre el ser humano y la naturaleza bajo una
ética utilitarista, los bosques son valiosos en
la medida en la que satisfacen los intereses y
las necesidades humanas (antropocentris-
mo). Finalmente se inscriben bajo una lógica
del desarrollismo, porque postulan que con
el auxilio de la tecnociencia se va a lograr un
desarrollo permanente donde el sector forestal
sea un contribuyente importante al desarrollo
nacional. En esta perspectiva, actualmente el
manejo forestal se inscribe en la lógica de la
ecoeciencia y de la modernización ecológica
sustentada en la conanza de los instrumentos
de la economía convencional y en el optimis-
mo tecnológico (Fuente et al. 2011, 109).
En la perspectiva conservacionista, que a
veces ha sido considerada como aislada de la
orientación productivista, hay algunas diferen-
cias. Aunque en la práctica también están pre-
sentes el cientismo, el antropocentrismo y el
desarrollismo, una mejor comprensión de las
interacciones ecológicas de los ecosistemas y
una mayor sensibilidad a los valores de la vida,
dieron pie al desarrollo de una ética forestal
por la cual se entiende que los valores de los
ecosistemas están más allá del interés humano.
Esta sensibilidad ética por los bosques no se
ha trasladado necesariamente al sector forestal
productivista, tanto en los profesionales fores-
tales como en la organización de la adminis-
tración pública de los bosques. Incluso se ante-
pone lo forestal a lo ambiental. Tal es así que las
exigencias ambientales son consideradas como
barreras técnicas al libre comercio de produc-
tos forestales (Moreno 2014: 75).
No obstante, la historia de la conservación
tampoco está exenta de contradicciones y
tensiones. En nombre del interés nacional se
declaraban áreas protegidas sobre territorios
ocupados por pueblos indígenas y por tanto se
sustentaba su desplazamiento. Se caía por tan-
to en un culto a lo silvestre que desconocía a
Vol. 35 (1): 4 - 20 Revista Forestal del Perú
11
los pueblos indígenas en nombre de la conser-
vación. Esta concepción está en retirada, aun-
que no totalmente pues todavía subsisten posi-
ciones que señalan la conveniencia de áreas
protegidas libres de pueblos indígenas.
Asimismo, la caza deportiva ha sido plantea-
da como una medida positiva de conservación
al basarse en la transferencia de mortalidad
natural, en cosecha con generación de ingresos
en benecio de la propia conservación. Cohn
(2012: 44) condena la caza basada en las sigui-
entes razones:
…Conlleva un desperdicio completamente in-
necesario y gratuito de la vida sensible, altera el
medioambiente de múltiples maneras, presenta e
institucionaliza la violencia como un pasatiem-
po y modo de resolver problemas, y convierte la
visión común del dominio sobre los animales en
una dominación despiadada.
Cambios de paradigmas y su incidencia en el
desarrollo de las ciencias forestales
En teoría el principio de la sustentabilidad
rige el accionar de los profesionales forestales,
no obstante, actualmente no existe suciente
certeza que se esté asegurando la sostenibi-
lidad ecológica de los bosques tropicales con
el aprovechamiento forestal, pese a los impor-
tantes avances en el desarrollo de las ciencias
forestales, la tecnología, la legislación de pro-
moción y sanciones a los delitos forestales, y
los esquemas de certicación forestal volun-
taria. Múltiples son los factores que explicarían
un ejercicio de sustentabilidad débil (Douro-
jeanni 2015: 5), entre ellos se podría señalar la
ontología disyuntiva que separa al ser huma-
no de los bosques (que lo cosica y legitima
su explotación solo en el interés humano), la
imposición de un esquema de desarrollo que
privilegia la dimensión económica y subordi-
na las consideraciones sociales y ambientales,
los insucientes conocimientos sobre la com-
plejidad de los bosques tropicales, la admin-
istración forestal débil (Dourojeanni 2015: 5),
la corrupción expandida (Dourojeanni 2015:
7-8), entre otros. La Figura 1 muestra el nece-
sario cambio de visión en las relaciones entre
los humanos y los bosques.
Merece especial atención el tema ético. Se
aprecian casos de relajamiento ético producto
de un paradigma de desarrollo individualista,
materialista y pragmático. En otros casos se
aprecia un divorcio entre gestión forestal y éti-
ca forestal, producto de una lógica económica
Figura 1. El cambio de las relaciones disyuntivas entre los bosques y los seres humanos a una relación de con-
tinuidad.
Enero-Junio 2020
Contribución al desarrollo de la epistemología
de las Ciencias Forestales
12
predominante que debilita las consideraciones
sociales y económicas. Para una perspectiva
cientíca positivista, que aún predomina en
las ciencias forestales, lo moral alude a valores
subjetivos y por tanto le resta objetividad y por
tanto de rigor cientíco. Asimismo, el positi-
vismo rechaza cualquier atisbo de sensibili-
dad que corresponde al mundo emocional. La
Figu ra 2 muestra el cambio de una ciencia fo-
restal alejada de la ética a una ciencia forestal
acompañada de la ética.
Aunque como se ha podido apreciar en la
historia forestal, la conservación forma parte
de las ciencias forestales que en la práctica se
ha ido separando de tal manera que cuando se
habla de lo forestal, se alude inmediatamente
a la producción maderera, y ahora al carbono
forestal, mientras que cuando se habla de con-
servación, se asocia inmediatamente a las áreas
protegidas y se lo adscribe a posiciones ambi-
entalistas. Incluso se llega a plantear al ambi-
entalismo o al ecologismo como factores que
perturban el desarrollo forestal. Las evidencias
indican que para el mejoramiento de las ac-
tuales prácticas de manejo se requiere de una
pragmática colaboración entre los ecologistas y
los administradores forestales (Sheil y Meijaard
2005). Esteve (2015: 49) señala que:
…las razones que justican la conservación de
la naturaleza pueden ser resumidas en 4-E: las
razones económicas (rendimientos), las ecológi-
cas (servicios), las estéticas (paisaje) y las éticas
(extinción de la biodiversidad). No obstante,
todas ellas están atravesadas de componentes
económicos y ecológicos y en todas ellas convi-
ven en diferente proporción aspectos emociona-
les y racionales.
No solo se trata de promover un enfoque que
reconozca las interacciones entre ciencias natu-
rales y ciencias sociales sino también reconocer
que nos encontramos en un mundo altamente
complejo, interconectado, interdependiente y
con grandes avances tecnológicos. El reto es
cómo garantizar la conservación de los bosques
en un planeta con un crecimiento exponencial
de su población y por tanto, de necesidades ob-
jetivas y subjetivas a partir de los bosques. Por
su parte, las comunidades rurales esperan, a la
vez que se respeten plenamente sus derechos,
que los bosques les permitan salir de la pobreza
y la marginación (Villalobos et al. 2012).
Discusión
Las falsas tensiones entre la especialización y
la visión totalizadora
La época actual está fuertemente domina-
da por el individualismo, el materialismo y el
pragmatismo. La sociedad tiene preferencia
por opciones prácticas, con resultados rápidos
Figura 2. El cambio de una ciencia forestal alejada de la ética a una ciencia forestal acompañada de la ética.
Vol. 35 (1): 4 - 20 Revista Forestal del Perú
13
y rentables (Bauman 2004). Esta mirada está
provocando que los indicadores de éxito se
midan en términos económicos más que en el
desarrollo de una vida plena a nivel personal y
social. En este marco hay un fuerte desafecto
por la losofía y todo aquello que distraiga en
el objetivo supremo de crecimiento económi-
co. El ejercicio profesional forestal no está ex-
ento de estas presiones y tendencias.
Ampliar la mirada forestal desde la perspec-
tiva de los bosques como socioecosistemas no
implica subestimar la necesaria mirada espe-
cializada sino resignicarla y establecer estrate-
gias para aprovechar lo mejor de cada perspec-
tiva. De lo que se trata es entrar en un proceso
de diálogo que permita la complementariedad
y las sinergias entre los subsistemas ecológicos
y sociales. Importa tanto la ciencia básica como
la ciencia aplicada, la orientación cientíca
como la orientación losóca, la perspectiva
técnica como la perspectiva política. La Figura
3 muestra los bosques concebidos como socio-
ecosistemas.
El llamado desarrollo forestal no está exento
de consideraciones geopolíticas, en tanto las
tierras forestales se convierten en campo de
disputa de intereses de diversos sectores que
no es posible desconocer (Velasco y Velázquez
2019). Por tanto, es necesaria una mejor arti-
culación no solo al interior de los sectores
públicos sino también entre sectores y entre
políticas públicas orientadas al desarrollo fo-
restal y a la conservación de la biodiversidad
(Zanetti et al. 2017).
Sugerencias para una epistemología de las
ciencias forestales acorde con los retos de es-
tos tiempos
Se plantea recuperar el sentido de la sosteni-
bilidad que ha guiado el accionar de las cien-
cias forestales en los últimos 300 años y hacerlo
más explícito y desarrollado en la formación de
los profesionales forestales (Malleux 2013: 17).
Como señala Malleux (2013: 16) “el desafío
es comprender que, ante la visión general de
que la forestería es parte integral del manejo de
los recursos naturales, el alcance de los campos
de acción del sector forestal debe ser más am-
plio que el enfoque tradicional. Como men-
ciona Dourojeanni (2009, 2015, 2019) al hablar
de bosques, usualmente se piensa en extracción
de madera y formas derivadas, pero el reto es
pasar a la generación de servicios ambientales
sumamente importantes para el mantenimien-
to de los ecosistemas mundiales. Dourojeanni
(2015: 17) menciona que “los bosques naturales
Figura 3. Los bosques como socioecosistemas.
Enero-Junio 2020
Contribución al desarrollo de la epistemología
de las Ciencias Forestales
14
abiertos a la explotación maderera deberían ser
sometidos a verdaderos planos de manejo y
ser dedicados a producir volúmenes modera-
dos de madera certicada de altísimo valor”.
La Secretaría de la Convención de las Naciones
Unidas de Lucha contra la Deserticación UN-
CCD (2017: 45) reconoce que “las prácticas de
manejo más intensivas en los bosques natu-
rales o la conversión a plantaciones alteran la
ecología y la hidrología y, si están mal planea-
das, pueden conducir a la erosión del suelo y
a la pérdida de otros servicios ecosistémicos.
Esto signica ampliar la mirada de cara a
cada uno de los retos de los Objetivos de De-
sarrollo Sostenible de las Naciones Unidas
más allá del objetivo 15 (Vida de Ecosistemas
Terrestres). En el ámbito nacional signica no
quedarse únicamente como un buen mane-
jador de bosques, sino participar activamente
en el desarrollo sostenible (Malleux 2014: 8).
Sin embargo, es necesario considerar el ago-
tamiento de las perspectivas de desarrollo o
desarrollo sostenible inclusive puesto que, aun-
que hablen de consideraciones sociales y ambi-
entales, mantienen la primacía de un enfoque
economicista. De ahí que existan perspectivas
postdesarrollistas o de alternativas al desarrollo
que tratan de superar las visiones antropocén-
tricas y utilitaristas por una posición biocéntri-
ca donde se ponga la vida como el centro del
accionar humano, tomando en cuenta la vida
de los humanos y la vida de los no humanos.
En esta perspectiva se ubica las propuestas
de ontologías relacionales, que dan cuenta de
aquellas ontologías que revaloran las relaciones
de continuidad entre la sociedad humana y la
naturaleza. Actualmente, desde la perspectiva
de la biología, se considera que la epigenética
incorpora en una sola unidad lo que anterior-
mente estaba separado: la naturaleza y la cul-
tura (Aristizábal et al. 2019: 55). La Figura 4
muestra la interrelación entre los bosques y el
conjunto de Objetivos de Desarrollo Sostenible
de Naciones Unidas.
En tanto se sigan sustentando las alternativas
al desarrollo es posible usar como marco de re-
ferencia los Objetivos de Desarrollo Sostenible
partiendo de una visión socioecosistémica de
los bosques. Este enfoque permite hacer una
conexión más directa con los otros objetivos
que no se perciben producto de una visión sec-
torial y disciplinaria. Esto signica aceptar que
los profesionales forestales no pueden asumir
solos el desafío de manejar sosteniblemente los
bosques y conservarlos (Dourojeanni 2015: 6).
En esa dirección Hhilm, citado por Malleux
(2014: 23), considera que el perl del profe-
sional forestal debería considerar la capacidad
para “Interpretar y evaluar la realidad natural,
social, económica y política del entorno donde
se desempeña, incluyendo la percepción de las
poblaciones locales para lograr la gobernanza
del territorio.
Figura 4. Interrelación entre los bosques y el conjunto de Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Uni-
das.
Vol. 35 (1): 4 - 20 Revista Forestal del Perú
15
El reconocimiento de la sintiencia en ani-
males y la sensibilidad en las plantas es algo
que no estaba considerado hasta ahora en la
búsqueda de conocimiento de las ciencias fores-
tales (Rincón 2018, Mancuso y Viola 2015).
Desde la perspectiva de la disyunción entre el ser
humano y los bosques, estos son tratados como
recursos naturales sujetos a explotación al servi-
cio del ser humano. Por lo tanto, no había que
incluir consideraciones morales en la relación
con los bosques. Con la ética de la tierra y la
ética del cuidado extendida a la naturaleza ex-
isten nuevos elementos para el relacionamiento
con los bosques (Pérez 2016). No en vano, cada
vez se ha ido ampliando la visión forestal cen-
trada exclusivamente a la madera a la conside-
ración a los valores múltiples de los bosques,
incluyendo valores culturales y espirituales que
privilegian la desmaterialización del valor del
bosque. De otro lado, desde las perspectivas
de la prospectiva aplicada al sector forestal, in-
dican que se requiere orientar la producción
forestal a partir de los bosques naturales en
pie, plantaciones forestales, o en todo caso, dar
mayor valor agregado a la producción forestal
incluyendo la base del conocimiento.
Para avanzar en las ciencias forestales se re-
quieren tres retos fundamentales. 1) Recono-
cer que cuando se habla de sostenibilidad no
es una palabra acabada que justique la débil
sustentabilidad ecológica del manejo de los
bosques, y por ello se requiere una auténti-
ca sustentabilidad fuerte en el sentido de una
ecología profunda, 2) Reconocer la compleji-
dad de los bosques y su relación estrecha con
la sociedad, lo que sustenta la importancia de
los enfoques socioecosistémicos (Rodríguez
2003), 3) Reconocer que la complejidad socio-
ecosistémica de los bosques demanda cono-
cimientos más profundos para lograr que la
sustentabilidad se base en buena ciencia y para
ello será necesario realizar procesos de inves-
tigación interdisciplinaria y transdisciplina-
ria (Aguirre-Calderón 2015: 26). Por ejemplo,
no existen sucientes conocimientos de los
bosques como sistemas disipativos alejados
del equilibrio (Briones 2011, 264). Esto quie-
re decir que la dinámica de los ecosistemas
forestales no está en equilibrio, sino en contin-
uo cambio, sin un orden establecido (Botkin
1990; citado por Gudynas 2002: 29). La Figura
5 muestra la complejidad de los bosques como
socioecosistemas.
Complementariamente será necesario una
mayor fusión entre la ciencia forestal y la lo-
sofía, relación que hasta ahora ha sido subesti-
mada. Aunque la ciencia pretende objetividad
absoluta no se puede sustraer de la forma cómo
Figura 5. Complejidad de los bosques como socioecosistemas.
Enero-Junio 2020
Contribución al desarrollo de la epistemología
de las Ciencias Forestales
16
percibimos, interrogamos y organizamos nues-
tra experiencia de la realidad. Captar la reali-
dad desde el pensamiento cientíco no obvia
el hecho que también se sustenta en cosmov-
isiones o losofías implícitas (Rodríguez Zoya
2016: 43-44). Desde una perspectiva de cien-
cias de punta no hay división entre ciencias
duras ni ciencias blandas y lo que se verica
más bien son fusiones colaborativas, integra-
doras y ujos de continuidades (Arce 2019:
36). Se impone por tanto un pensamiento de
síntesis (Maldonado 2015: 29). De todo ello se
desprende la necesidad de tomar más en cuen-
ta la losofía en el desarrollo de las ciencias
forestales.
Aunque el paradigma cientíco de la simpli-
cidad ha sido importante, y lo seguirá siendo,
no es suciente para dar cuenta de la comple-
jidad de los socioecosistemas y por tanto se re-
quiere una mayor articulación de las ciencias
forestales a las ciencias de la complejidad y el
pensamiento complejo. En esta perspectiva los
enfoques de los sistemas complejos adaptativos
resultan muy promisorios. La Figura 6 mues-
tra el necesario diálogo entre una perspectiva
posi tivista y la perspectiva de complejidad de
las ciencias forestales.
No es posible terminar estas discusiones sin
abordar los temas relativos al tratamiento del
conocimiento forestal. De una visión que se-
para el conocimiento occidental de los saberes
y experiencias locales es necesario pa sar a una
interrelación de saberes a través de la cual
la producción del conocimiento se realiza a
través de las comunidades de pares en las que
todos los actores tienen cosas importantes que
decir (de Sousa Santos 2011). Esta perspectiva
está más a tono con la realidad pluricultural de
los países andinos demandantes de enfoques
de interculturalidad. Esta propuesta también
está más acorde con las corrientes de ciencia
ciudadana (Piña 2017).
También es necesario reconocer que la cons-
trucción del conocimiento no alude única-
mente a procesos estrictamente racionales, y
que el conocimiento involucra a toda la persona
en su integralidad, siendo un proceso de cons-
trucción social. Por tanto, más allá de cuestio-
nes racionales, también es necesario reconocer
la importancia de los procesos de cognición de
los sistemas socioecológicos (Jones et al. 2016).
Quiere decir entonces que es necesario
reconocer que la construcción del cono-
cimiento se da entre las universidades, la ad-
ministración pública forestal y los usuarios
forestales. En este círculo de continuidad el
proceso de generación, producción y sociali-
zación de cono cimientos se articula con el
proceso de aplicación de conocimientos y no
hay tal división entre los que enseñan y los que
aprenden, pues son roles intercambiables.
Figura 6. El necesario diálogo entre una perspectiva positivista y la perspectiva de complejidad de las ciencias
forestales
Vol. 35 (1): 4 - 20 Revista Forestal del Perú
17
Desde la perspectiva del pensamiento ambi-
ental latinoamericano se está recuperando la
relación estrecha entre naturaleza y sociedad,
se valoran los territorios y se valora la vida en
todas sus manifestaciones. El reconocimiento
de esta realidad exige nuevas maneras de pen-
sar, para logar la ampliación de la conciencia
(Cardona y Mora 2018: 45).
Marczak et al. (2016: 40) consideran que
pese a las importantes medidas de conser-
vación de bosques que se están adoptando en
América Latina éstas no serán sucientes, por
cuanto la presión de tierras agrícolas para pro-
ducción de alimentos seguirá siendo impor-
tante, originando que la dotación de tierras
forestales de la región disminuirá hacia el año
2030. Ello obliga a plantear políticas públicas
que concilien ambos objetivos. Algunas de es-
tas políticas, entre otras, tienen que ver con la
adopción de enfoques territoriales; integración
de políticas en materia de bosques, agricultura,
alimentación, uso de la tierra y desarrollo rural
y nacional; garantizar los derechos de tenencia
de la tierra a las personas pobres y vulnerables,
en particular los pueblos indígenas, los agricul-
tores sin tierras y las mujeres y los jóvenes del
medio rural (FAO 2018).
En este marco es posible entender por q
existe un correlato entre el desarrollo fo-
restal con los enfoques de paisajes forestales
sostenibles, el ordenamiento territorial y la
gestión de cuencas.
Aunque actualmente existe una tendencia
sostenida en el crecimiento del mercado de la
madera hay que tener presente las tendencias
que van en las siguientes direcciones: produc-
ción de alimentos a partir de celulosa, produc-
ción de biocombustibles a partir de la madera
y el hecho de tener una mayor conciencia sobre
la necesidad de mantener los bosques natu-
rales en pie por sus múltiples valores. En una
economía del conocimiento ya no es posible
plantear el desarrollo forestal exclusivamente
desde una mirada de proveedores de materias
primas, que además están siendo reemplazados
por la biología sintética. De ahí la pertinencia
de vincular la epistemología forestal con estu-
dios de prospectiva forestal.
Conclusiones
La construcción del conocimiento es con-
textual y obedece a los desafíos de cada época,
reconociendo las tendencias que inciden en
su desarrollo. En esta perspectiva tenemos un
proceso de complejización de la epistemología
forestal, de visiones fuertemente madereras
se está pasando a visiones socioecosistémicas,
en la que los bosques son apreciados por sus
múltiples valores incluyendo los culturales y
espirituales. De miradas disciplinarias se está
pasando a miradas interdisciplinarias y trans-
disciplinarias que recogen la complejidad so-
cioecosistémica de los bosques. De la primacía
del conocimiento cientíco se está pasando
a la valoración de la interrelación de saberes,
donde todos los conocimientos participan ac-
tivamente y respetuosamente en el desarrollo
de las ciencias forestales. De orientaciones de
conocimiento centrado exclusivamente a lo
racional, se está pasando a reconocer que la
construcción del conocimiento es un proceso
social que articula la integralidad de la per-
sona siendo importantes las consideraciones
emocionales, culturales y espirituales. De ahí la
importancia de favorecer la conexión entre las
ciencias forestales y la losofía especialmente
en sus vertientes ontológicas, epistemológicas
y éticas. Aunque muchos de los problemas
forestales se explican desde su entorno, aún no
existen los sucientes conocimientos sobre la
dinámica de los bosques tropicales para ase-
gurar la sustentabilidad ecológica del mane-
jo forestal, por lo que es necesario acelerar y
profundizar este tipo de investigaciones en las
pers pectivas planteadas.
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