Análisis comparativo de las narrativas de La civilización del espectáculo y La
sociedad del cansancio
Comparative analysis of the narratives in La civilización del espectáculo and La sociedad del cansancio.
DOI: https://doi.org/10.21704/rtn.v16i1.1919
© El autor. Este artículo es publicado por la revista Tierra Nuestra del Departamento Académico de Ciencias Humanas de
la Facultad de Economía y Planicación, Universidad Nacional Agraria La Molina. Este es un artículo de acceso abierto,
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Forma de citar el artículo: Barriga, T. (2022). Análisis comparativo de las narrativas de La civilización del espectáculo y
La sociedad del cansancio. Tierra Nuestra, 16(1), 60-67 . https://doi.org/10.21704/rtn.v16i1.1919.
Tomás Carlos M. Barriga Barriga1*
1 Docente asociado del Departamento de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Agraria La Molina, Lima, Perú.
* Autor de correspondencia: [email protected]
* https://orcid.org/0000-0003-1020-2856
Recibido: 30/03/2022; Aceptado: 15/06/2022; Publicado: 30/06/2022
Resumen
El presente artículo tiene como objetivo analizar las narrativas de la civilización del espectáculo y la sociedad
del cansancio como dos propuestas complementarias que explican la realidad actual inuenciada por los medios
de comunicación y la consecuente banalización de la cultura y la autoexplotación.
Palabras clave: civilización del espectáculo, sociedad del cansancio, autoexplotación, banalización de la
cultura, medios de comunicación.
Abstract
This article aims to analyze the narratives of the civilization of the spectacle and the society of tiredness as two
complementary proposals that explain the current reality inuenced by the media and the consequent triviali-
zation of culture and self-exploitation.
Keywords: civilization of the spectacle, society of fatigue, self-exploitation, trivialization of culture, mass
media.
Tierra Nuestra 16(1): 60-67(2022)
Tierra Nuestra
ISSN 2519-738X (En línea), ISSN 1818-4103 (Impresa)
https://revistas.lamolina.edu.pe/index.php/tnu
ARTÍCULO ORIGINAL –RESEARCH ARTICLE
1. Introducción
Desde la publicación, en 1998, de Homo Videns,
la sociedad teledirigida de Giovanni Sartori, se
empezaron a desarrollar investigaciones relacionadas
con la manipulación de la televisión sobre la
sociedad. En estas, se analizaba la sociedad orientada
y controlada por la televisión y otros medios
audiovisuales, y la transformación de las costumbres
y las formas de vida.
Esto se manifestaba de manera palpable en los jóvenes
que poseían, en los años noventa, hábitos y formas de
ver el mundo abismalmente distintas a las de la anterior
generación. Esta es descrita de manera pesimista por
Sartori (2001) como la generación de jóvenes que
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escuchan perezosamente, en las clases de la escuela
o la universidad, temas que inmediatamente olvidan;
se esconden en su habitaciones llenas de posters de
héroes, y viven como dormidos, sumergidos en sus
gustos musicales. Son jóvenes que despiertan en una
discoteca por la noche, donde se apiñan unos a otros,
y que existen como un cuerpo colectivo. Son jóvenes
que, a los treinta años, son adultos empobrecidos,
a los que todo les parece demasiado trabajo y están
atroados culturalmente.
Entonces, la necesidad de mostrar siempre cosas
nuevas genera que se produzcan contenidos cticios
que pierden contacto con la realidad. Mostrar
novedades todo el tiempo se vuelve una necesidad y,
por ello, lo novedoso pasa a ser valioso, así no sea
cierto:
…un hecho acontece sólo porque hay una cámara
que lo está rodando, y que, de otro modo, no
tendría lugar. El pseudo-acontecimiento es,
pues, un evento prefabricado para la televisión
y por la televisión. A veces esta fabricación está
justicada, pero aun así, no deja de ser algo
«falso» expuesto a serios abusos y fácilmente
queda como verdadera desinformación. (Sartori,
2001)
Esta visión pesimista de la inuencia de los medios y,
en especial, de la televisión, fue ampliada y teorizada
por Mario Vargas Llosa en La civilización del
espectáculo. En este libro, describió una civilización
basada en convertir toda información en un show de
entretenimiento, donde los límites de la cultura se
disuelven y todo se convierte en cultura, hasta lo más
vulgar e indeseable. Incluso la ciencia o el arte elevado
se difunden a través de los medios de comunicación
como entretenimiento sencillo y rápido. La actual
sociedad globalizada ha hecho de la cultura un evento
supercial y voluble, entretenimiento para un público
masivo (Vargas Llosa, 2012).
Como armó Javier (2021), en esta inédita
contemporaneidad, luego de una pandemia mundial,
la necesidad de reanudar y reforzar los lazos sociales
es de suma urgencia. En la actualidad, más cautivos
que nunca de un mundo virtual, estamos sometidos
a la tecnología y al discurso capitalista, el cual sigue
incitando al consumo ilimitado y a la desesperación
frenética por obtener lo material. Ello genera, a
largo plazo, un vacío en el ser humano. El tema de
la autoexplotación y la espectacularización de la
información y el conocimiento son más vigentes que
nunca.
El presente artículo tiene como n comparar
está forma apocalíptica de ver la sociedad con el
planteamiento del lósofo coreano Byung-Chul
Han, en cuanto a lo que él denomina «la sociedad
del cansancio». Este autor analiza la sociedad actual,
conformada por individuos agotados, frustrados
y deprimidos. De acuerdo con ello, se pretende
encontrar el hilo conductor de estas teorías, en las
cuales las consecuencias descritas por Han son el
resultado razonable de las narrativas de Sartori y
principalmente de Vargas Llosa.
2. La civilización del espectáculo
Vargas Llosa (2012) predijo una sociedad controlada
por los medios de comunicación, en la cual la
independencia de los individuos está limitada, ya que
estos promueven una forma de cultura homogénea y
valorada por ellos mismos. Nos dicen qué hacer, qué
comer, dónde divertirnos, qué comprar y hasta cómo
debemos ser, cuánto debemos pesar o qué debemos
aprender.
Se trata de una sociedad en la que la publicidad y las
modas determinan los productos culturales. Ello crea
individuos dependientes e incapaces de juzgar por
sí mismos qué les gusta o a quién admiran. En esta
situación, la cultura, en vez de liberar al individuo,
lo aborrega, y limita su lucidez y su libre albedrío
(Vargas Llosa, 2012).
La prioridad en esta civilización es el entretenimiento.
Eso hace que el conocimiento, la cultura y todo lo
demás sea valorado en función de que tan divertido
o gracioso se presenta. No obstante, como arma el
autor del libro, encumbrar el entretenimiento y el
pasarla bien como bien supremo tiene consecuencias
inesperadas: la banalización de la cultura, la
generalización de la frivolidad y, en el caso del
periodismo, la proliferación de la chismografía y el
escándalo por sobre los hechos objetivos (Vargas
Llosa, 2012).
Entonces, surge la siguiente pregunta: ¿qué han
hecho frente a esto los intelectuales? En realidad, no
hay mucho que hacer frente a una comunidad que
cada vez más ridiculiza lo profundo, menosprecia la
lectura y valora lo supercial. Es una sociedad que se
divierte con la ignorancia de los concursantes de un
reality, donde un político arma con orgullo que no
lee libros o un público lapida a los famosos riéndose
de sus errores y debilidades a través de memes virales.
Los académicos, conscientes de la disminuida imagen
a la que han sido reducidos, generalmente optan por
la discreción o la abstención en el debate público.
Limitados a su propia disciplina particular, dan la
espalda al compromiso cívico o moral del intelectual
con la sociedad. Pocos de ellos, los que logran
hacerse visibles en los medios de comunicación,
están encaminados «más a la autopromoción y el
exhibicionismo que a la defensa de un principio o un
valor. Porque, en la civilización del espectáculo, el
intelectual solo interesa si sigue el juego de moda y se
vuelve un bufón.» (Vargas Llosa, 2012, p. 46).
Finalmente, se observa que, para Vargas Llosa,
se ha creado una falsa realidad, una ilusión, una
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civilización impostada y repleta de trivialidades que
supera, reemplaza y ocupa el lugar de la realidad.
Es decir, la realidad ha sido reemplazada por una
realidad virtual, en la cual incluso la información se
convierte en versiones seleccionadas, comentadas
y editadas de acuerdo con los intereses del propio
sistema predominante. Se trata de una fantasía
mediática dentro de la cual los individuos nacen,
crecen y mueren.
Esto destruye, además, toda perspectiva crítica
sobre lo que ocurre. En este contexto, tiene más
valor responder a la interrogante «¿qué pasó sin
indagar en absoluto «¿por qué ocurrió?». Se trata de
informaciones fugaces que son reemplazadas casi
inmediatamente por nuevas informaciones, una época
de simulacros y –como diría Graylin– de posverdad
(Vargas Llosa, 2012).
Como armó Cisternas (2013), es necesario un
examen exhaustivo de la sociedad actual. A pesar
de que es una tarea difícil y de que las distracciones
atractivas son innumerables, la reexión debería
ser una alternativa para enfrentar la civilización del
espectáculo: ser un espectador emancipado.
También, es importante señalar que Vargas Llosa
maniesta un etnocentrismo radical, pues realiza todo
su análisis desde la perspectiva de un intelectual, que
se autonombra y reconoce como tal. Considera la
cultura popular (entendida por él como baja cultura)
como inferior a la de las élites, que él calica como
valiosas e imitables. Olvida tal vez que muchos
saberes en diversos campos, como la ciencia, la
medicina, la losofía o, incluso, la literatura se
han nutrido creativamente de culturas tradicionales,
consideradas incultas o no cientícas por las élites
(Fernández, 2017).
3. La sociedad del cansancio
Desde un enfoque losóco, para Byung-Chul
Han, el exceso de positividad moderna expresada
en el eslogan «Yes we can» nos está conduciendo a
una sociedad conformada por individuos agotados,
frustrados y deprimidos.
Han (2018) postuló que vivimos una sociedad
del rendimiento o del logro, en la que es preciso
reexionar sobre el estilo de vida que tenemos y
cómo hemos ido realizando cambios en nuestra
manera de pensar, sentir y actuar hasta convencernos
de que debemos «poder más» para alcanzar nuestras
metas y objetivos.
Bajo su perspectiva, el ser humano moderno no se
detiene, porque los otros continúan progresando y
produciendo; es decir, considera que, si se toma un
descanso, se atrasa en esta carrera hacia ningún lado.
Estamos viviendo una etapa de nuestras vidas en la
que nos hemos convencido de que no hay lugar para el
fracaso. Ello ha generado una sociedad del cansancio
con el consecuente aumento de enfermedades
neuronales e individuos depresivos y fracasados.
El sujeto moderno busca un rendimiento ideal y
permanente, lo cual ha degenerado en una violencia
contra mismo y, sobre todo, ha producido una
autoexplotación innita. Este concepto es el más
signicativo en el pensamiento de Han: «Ahora uno
se explota a sí mismo y cree que está realizándose»
(Han, 2018).
El exceso de positividad también puede entenderse
como exceso de estímulos, lo cual da lugar a la
práctica del multitasking. Han (2018) mencionó que
esta tendencia a estar siempre ocupado, que se aprecia
con facilidad en los adolescentes modernos, es en
realidad una regresión que impide lo que Han llamó
«contemplación». Esto genera intolerancia, tendencia
al hastío, aburrimiento, la necesidad de estar pensando
permanentemente o haciendo permanentemente algo.
El autor consideró que esto es un retroceso.
Han (2018) recordó en su razonamiento a Nietzsche
para establecer la importancia de detenernos en esta
acción desmedida que no nos lleva a ninguna parte y
de adoptar una actitud contemplativa. En una época,
el aburrimiento profundo favoreció el desarrollo de la
creatividad; en la actualidad, estamos tan acelerados
por hacer y poder más que ya no gozamos de espacios
de aburrimiento para gestionar la creatividad.
De acuerdo con ello, se predice una sociedad de
trabajo y de rendimiento, lo cual produce, al mismo
tiempo, una pérdida, una falta de reexión y sustancia.
La vida desnuda, centrada en la acción, nos convierte
a todos los humanos en seres malditos, condenados
a una permanente hiperactividad y autoexplotación,
precisamente por falta de contemplación. Una
metáfora que puede gracar esta idea consiste en
la posibilidad de las personas de poder subir a
dar un paseo en el tren de la vida y hacer paradas
para disfrutar de cada logro que se conseguía. Sin
embargo, en la actualidad, la exigencia por rendir más
convierte la realidad en un tren que nunca se detiene,
para el cual ya no hay tiempo de realizar paradas: solo
importa poder más y más.
La solución que propuso Han (2018) frente a esta
sociedad disfuncional consiste en aprender a mirar,
a pensar, a hablar y a escribir. Es la única manera
de avanzar a una cultura superior, porque nos va a
permitir mirar la realidad tal como es: pensar sobre lo
que vemos, y aprender a hablar y a escribir sobre lo
que pensamos.
Si esto puede lograrse, se irá construyendo una
cultura; como contraparte de la hiperactividad, que
nos conduce al extremo de pasividad y nos torna
esclavos de la acción. Es probable que, por su
procedencia coreana, Byung-Chul Han haya sido
inuido por diversas losofías orientales. Tanto la
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idea taoísta del «wa-wei» o el «netti-netti» hindú
tratan sobre esa pasividad o no-acción contemplativa
que nos permite entender la realidad. No la inacción
de «no hacer nada», sino el «hacer no haciendo», y
que es centro de la losofía taoísta y del budismo zen.
Una reexión al respecto es que, al parecer, no
estamos valorando el presente. El individuo moderno
está esclavizado por la tecnología. En ella buscamos
nuestros intereses y aciones, y perdemos los vínculos
con la familia y con las experiencias emocionales
reales. Nos volvemos más individualistas y solitarios.
Asimismo, el uso problemático de la Internet aumenta
el aislamiento social y deteriora las relaciones
más cercanas. Se ha estudiado la manera en que el
uso de las TIC afecta las relaciones sociales de los
jóvenes con sus iguales. Esta interacción, según las
investigaciones, se produce con mayor frecuencia
cuando el acceso a estas tecnologías está relacionado
con actividades de ocio. Estas se encuentran
relacionadas con el uso de las redes sociales,
principalmente el uso del teléfono móvil, el cual se
ha convertido en el instrumento de comunicación
fundamental. Consecuentemente, su pérdida o la
imposibilidad de utilizarlo signican el aislamiento de
los jóvenes con respecto a sus amistades (Rodríguez
y Fernández, 2014).
Finalmente, Han (2018) utilizó la metáfora del
escribiente a partir de una novela de Herman Melville,
Bartleby. Esta imagen expresa el vacío existencial
del ser humano encerrado en la modernidad, en un
edicio rodeado de ladrillos, y que de pronto un día
despierta, se agota y se cansa; y se niega a actuar como
lo hacen todas las personas. Esta es una metáfora de
la humanidad y se graca al nal de la novela cuando
Bartlebly muere, y su jefe dice: «¡oh! Bartlebly, ¡oh!
Humanidad» (2015, 76).
Este personaje nos representa a todos nosotros,
encerrados en esta angustia de la acción, sin saber
a dónde vamos. Nos convertimos, entonces, en una
amenaza para nosotros mismos. En esta vida de
permanente exigencia y rendimiento, donde creemos
que «todo se puede», aparecen enfermedades
neuronales que conguran individuos depresivos y
fracasados.
En esta sociedad capitalista, las personas que padecen
pobreza y también las que no la experimentan viven
cansadas por el exceso de trabajo y agobiadas por el
estrés. Hay que recordar que la sociedad del cansancio
es también la sociedad del rendimiento, de los atletas
del trabajo, del autoempleo y la autoexplotación. Sin
embargo, en la mayoría del mundo, los salarios son
muy bajos, incluso en el sobretrabajo, lo cual genera
exclusión social, frustración y depresión (Del Prado
et al., 2020).
Se debe considerar, por otro lado, que convertirnos
en empresarios de nosotros mismos, autoexplotados
sin misericordia, es una realidad que se constata en
diversas regiones del mundo, especialmente en las
industrializadas y las grandes ciudades de los países
medianamente pobres del sistema capitalista (donde
incluso los más pobres, creyendo en el mito del
desarrollo, al no poder lograrlo, se consideran a
mismos, «perdedores» o «fracasados»). No obstante,
esa no es la característica de la mayor parte del mundo.
La mayor población de este planeta no está del todo
insertada en la economía global. Existen demasiados
lugares donde no es posible la autoexplotación, ya
que la explotación todavía es una realidad palpable
(Polo, 2019).
4. Discusión
Lo denunciado por Sartori (2001) llega a su
plasmación en la civilización de espectáculo. La
cultura visual de la televisión es considerada un
retroceso en la evolución del desarrollo humano.
Para ver una imagen, no es necesario más que poder
ver. Para entender un símbolo (entiéndase leer), es
necesario un complejo proceso de decodicación
y comprensión que las nuevas tecnologías, que
dan predominancia a la imagen, simplican para
facilitar el conocimiento, pero, al mismo tiempo, lo
tornan más supercial, y disminuyen el desarrollo de
nuestras habilidades cognitivas.
Además, para Sartori (2001), la imagen es inferior
al texto como proceso cognitivo. El desarrollo del
intelecto se realizó no por ser capaz de ver, sino por
ser capaz de abstraer y, luego, construir mensajes
lingüísticos simbólicos. Los valores más complejos
y valiosos de nuestra civilización solo pueden
entenderse como abstracciones, no como imágenes:
comprender la justicia, el amor, la virtud o la
solidaridad es imposible sin la lengua simbólica; las
imágenes son insucientes.
Por otro lado, los medios de comunicación han
ocupado en la sociedad actual un papel fundamental
en la formación de los valores de la propia sociedad.
Controlan de manera directa o indirecta la agenda y
los gustos de las masas. Se introducen en sus vidas
y les dictan lo que deben ser, hacer y -sobre todo-
comprar. Como señaló Vargas Llosa (2012), la cultura
ha sido inuenciada por los medios. En consecuencia,
la construcción de una cultura de masas, que es vista
por algunos intelectuales como una degradación, es
percibida por otros como una nueva forma de adquirir
cultura válida y que se irá perfeccionando hasta
contribuir a la civilización tanto como la escritura.
Mario Vargas Llosa tiene razón en establecer que
la civilización actual, subyugada por la Internet,
los nuevos medios y las nuevas tecnologías, es
una civilización distinta a la de hace dos o tres
décadas. El panorama ha cambiado y lo sigue
haciendo a pasos agigantados, al punto de que la más
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avanzada tecnología digital de la década de 1980
(microcomputadoras y video caseteras) ha quedado
ridiculizada por las tecnologías de comunicación del
presente milenio (teléfonos inteligentes, tecnología
streaming y realidad aumentada). El mundo avanza
hacia una nueva civilización que -para o bien o para
mal- será impensablemente distinta en sus alcances
a la de hoy.
Para analizar con mayor cuidado las similitudes y
diferencias de las narrativas de la civilización del
espectáculo y la sociedad del cansancio, se han
elaborado algunas tablas comparativas. En estas,
se abordan los aspectos generales (ver Tabla 1); las
causas que motivan las transformaciones sociales que
enuncian (ver Tabla 2); las consecuencias que ambos
autores consideran que generarán dichos cambios
(ver Tabla 3); y las propuestas de solución que cada
autor presenta a la sociedad que critica (ver Tabla 4).
Se observó, en la Tabla 1, que ambas narrativas critican
aspectos distintos de la realidad. Mientras Vargas
Tabla 1
Características generales de la civilización del espectáculo y la sociedad del cansancio
Civilización del espectáculo Sociedad del cansancio
Año 2012 2013
Procedencia Perú- España Corea del Sur
Disciplinas de sustento Comunicación y sociología Filosofía
Tipo de documento Ensayo Ensayo
Objeto de crítica Crítica el proceso por el cual la cultura
elitista y tradicional es reemplazada por
una cultura del entretenimiento, supercial.
Critica el cambio de mentalidad de la sociedad
donde predomina la ansiedad por llegar a
un éxito desconocido a través de una mayor
productividad.
Argumento principal La cultura verdadera se está perdiendo y
está siendo reemplazada por una cultura
vulgar, supercial y vacía.
El individuo que busca el éxito como n llama
realización a su autoexplotación.
Tabla 2
Causas de los cambios en la sociedad enunciados por las narrativas de la civilización del espectáculo y la
sociedad de cansancio
Civilización del espectáculo Sociedad del cansancio
Cultura La cultura tradicional, al perder valor y
autoridad, se masica; antropológicamente
todo es cultura, pero entonces nada lo es.
La cultura se ha orientado a la búsqueda del éxito (en
todos los campos) y a conseguir a través de este la
realización.
Cultura de
masas La cultura se ha democratizado y se ha vuelto
accesible a las masas, pero, al bajar de nivel
para ser entendida, se ha empobrecido.
Los medios de comunicación han masicado y
sobrevalorado los valores del rendimiento y la
productividad como nes del ser humano.
Capitalismo El capitalismo, al confundir el precio con
el valor, ha contribuido a la civilización del
espectáculo, donde importa más lo que «se
vende» que «lo útil».
El capitalismo y sus valores de consumo han generado
esa búsqueda desmedida por el rendimiento, causa
fundamental de la sociedad del cansancio.
Medios de
comunicación Los medios de comunicación y,
principalmente, la publicidad, han difundido
esta cultura de los simple y entretenido por
sobre lo valioso y renado.
Los medios de comunicación y, principalmente, la
publicidad, han contribuido en la creación de valores
deseables –como el éxito a través de la capacidad de
consumo. Por ello, el rendimiento y la productividad
obsesionan a esta sociedad.
Llosa, desde una posición etnocéntrica, proclama la
desaparición de una supuesta cultura verdadera; Han
describe un cambio de mentalidad en la sociedad
que, como consecuencia del capitalismo, considera
el rendimiento como el criterio fundamental para
establecer un supuesto éxito en la vida y la sociedad.
Pese a sus diferencias, ambas narrativas advierten de
una catástrofe, proclaman un peligro y mantienen una
visión pesimista sobre el presente y el futuro.
Se observó, en la Tabla 2, que ambas narrativas
consideran que son causadas por diferentes factores;
sin embargo, adoptan una similitud signicativa
en relación con los medios de comunicación
y la publicidad, que son consideradas causas
fundamentales de ambas teorías, al igual que las
consecuencias obvias de la difusión de los valores
del capitalismo. Se puede apreciar, además, que
ambos fundamentos son complementarios más que
contradictorios, y que describen las mismas causas
desde aspectos diferentes.
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Tabla 3
Consecuencias de la civilización del espectáculo y la sociedad de cansancio, según los autores de las narrativas
Civilización del espectáculo Sociedad del cansancio
Culturales Banalización de la cultura, distorsión de la
realidad y su reemplazo por una realidad
virtual creada por los medios.
La cultura se concentra en valores económicos,
en lo útil y productivo. La cultura es valiosa en
cuanto se puede volver una industria.
Psicológicas Vulgaridad, búsqueda de entretenimiento
constante, pérdida de atención y capacidad de
abstracción
Autoexplotación bajo la idea de realización.
Depresión, frustración, cansancio.
Políticas La política, en una cultura banalizada, se
orienta a satisfacer los deseos de las masas, así
sea solo de manera mediática, es decir, falsa.
Los valores se trastocan y la corrupción es
permitida si es que va acompañada de obras.
Al masicar, la corrupción se normaliza y se
pierde la indignación frente a ella.
La política promueve los valores de éxito a
través de la productividad y el rendimiento en
todos los campos; pero cuando los sueldos son
bajos, el rendimiento no genera riqueza, lo que
trae como consecuencia más frustración.
Religiosas La religión crece, pero se ha convertido en
un ente supercial. Los símbolos religiosos
de diversas culturas han sido empleados en la
música pop, el cine, los dibujos animados o
la ciencia cción. Los sagrado también se ha
banalizado.
Frente al cansancio y la frustración del hom-
bre común, la religión ha dejado de ser un
refugio: se ha convertido–en su mayoría–en
un mecanicismo que incluso se vuelve a veces
superstición.
Tecnológicas El desarrollo de la tecnología contribuye a
la desaparición de las bibliotecas, librerías,
editores, agentes, etc. Para Vargas Llosa, la
digitalización terminará acabando con el con-
tenido. Solo se digitaliza lo que puede estar al
alcance de todos; por lo tanto, el conocimiento
más abstracto o complejo (por lo tanto aburri-
do) irá desapareciendo en el futuro.
La tecnología hace la vida más sencilla y el
acceso total a la información es seductor en un
inicio. No obstante, a largo plazo, cansa, hosti-
ga, ya que el esfuerzo por conseguir el conoci-
miento ya no existe. Tenerlo todo a largo plazo
genera tedio.
Humanísticas Se produce un ser humano supercial, que
se agota cuando tiene que concentrarse, con
poca capacidad de abstracción y búsqueda
permanente de entretenimiento. Todo, incluso
la ciencia o la cultura, debe ser entretenido; la
propia ignorancia se vuelve entretenida o es
causa de diversión.
Han (2018) enunció dos posibilidades: (a) un
cansancio sin habla, sin reexión, sin mirar,
que nos aísla, nos agota, y nos condena a la
autoexplotación constante y a la superación de
nosotros mismos contra nosotros mismos; (b)
un cansancio elocuente, un cansancio reexi-
vo, que nos hace detenernos y reconciliarnos
con la vida y minimizar el yo; un cansancio
que inspira sosiego y paz, que se plantea como
una alternativa para enfrentar el vacío y la
depresión.
Como se apreció en la Tabla 3, en ambas narrativas,
se asume enfoques pesimistas frente al futuro.
Asimismo, es en las consecuencias que se aprecia
con mayor énfasis la complementariedad de ambas
teorías. La cultura se simplica y favorece que la
única alternativa frente a los nuevos valores de la
sociedad sea la búsqueda del éxito, un constructo
efímero que se pretende alcanzar a través de un mayor
rendimiento, pero que, a largo plazo, agota y frustra
al nunca llegar a un meta real, al nunca ser suciente.
Además, este cansancio, como consecuencia de la
búsqueda de un rendimiento desmedido, contribuye
a prestar menos atención a la cultura profunda y
especializada, y más a la cultura supercial que
difunden los medios de comunicación. En este
contexto, lo más rápido y sencillo es lo mejor. Por
ejemplo, en término actuales, la lectura de un libro es
reemplazada por un video de YouTube; o un artículo
periodístico, por un vídeo de TikTok.
En cuanto a las alternativas de solución, como se
apreció en la Tabla 4, solo Han (2018) consideró
una salida, ideal, utópica y difícil, pero salida al n.
Tal vez inuido por la cultura oriental, este autor
sostuvo que el cambio de esta realidad es posible a
través de la contemplación y la reexión. A través
de estas, es posible distinguir lo prioritario de lo que
no lo es, y reevaluar lo que consideramos valioso e
importante. Hacerlo es un trabajo que parece personal
e interno, pero que también es una responsabilidad
de la educación, de los políticos y de los medios de
comunicación.
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Tabla 4
Soluciones propuestas por cada autor a los problemas enunciados de la civilización del espectáculo y la
sociedad del cansancio
Civilización del espectáculo Sociedad del cansancio
Solución No la hay soluciones. La civilización del espec-
táculo es un hecho que no retrocede. Se trata de
una visión apocalíptica de la cultura.
La contemplación y reexión sobre noso-
tros mismos.
Esta salida no deja de ser valorada como una utopía,
en especial por la tendencia actual de adaptar todo
criterio a los valores del capitalismo: conveniencia,
utilidad, ganancia, competencia, éxito, etc. Sin
embargo, no deja de ser una alternativa posible y
deseable.
5. Conclusiones
Se proponen las siguientes conclusiones:
1. Un antecedente importante de la civilización de
espectáculo es el ensayo Homo Videns, la sociedad
teledirigida (Sartori, 2001), que describe los efectos
de la televisión en la sociedad y sobre todo en la forma
de pensar de las personas. Con 14 años de antelación,
Sartori (2001) indicó que el homo sapiens logró su
máximo desarrollo gracias al lenguaje verbal, la
escritura y la lectura. Para este autor, el hombre,
sometido por la televisión a una sobreexposición de
imágenes, se convierte aceleradamente en un homo
videns, incapaz de desarrollar procesos cognitivos
complejos, lo cual disminuye su capacidad de
abstracción.
2. Las narrativas de la civilización del espectáculo y
la sociedad del cansancio son dos miradas sociológicas
y losócas al fenómeno de la vida contemporánea.
Si bien cada una analiza la realidad desde su propia
perspectiva, son narrativas complementarias que
nos acercan a una mayor claridad en el análisis de la
sociedad contemporánea.
3. La civilización del espectáculo no nos deja una
salida, es apocalíptica (a la manera de Umberto Eco)
y no brinda una esperanza de futuro: la cultura, tal
como la hemos conocido, morirá y nada podemos
hacer. En cambio, la sociedad del cansancio plantea
dos futuros posibles: el primero implica un cansancio
sin habla, sin reexión, sin mirar, que nos aísla, nos
agota y nos condena a la autoexplotación constante y
a la superación de nosotros mismos contra nosotros
mismos, en lo cual es compatible con la civilización
del espectáculo; el segundo es un cansancio
elocuente, un cansancio reexivo que nos hace
detenernos y reconciliarnos con la vida y minimizar
el yo, un cansancio que inspira sosiego y paz, que se
plantea como una alternativa para enfrentar el vacío
y la depresión. Como mencionó López (2016): «Si
logramos comprender esta diferencia, tal vez sea
posible repensar un ser humano que sea capaz de
protegerse de la violencia dirigida hacia sí mismo y
pueda sublimarla de formas más creativas» (p. 131).
4. La civilización del espectáculo ha contribuido,
en su banalidad, a generar el aburrimiento como
consecuencia del exceso de entretenimiento. A
pesar de que puede parecer contradictorio, lo banal,
lo simple y lo supercial, por más entretenidos que
puedan parecer, también agotan y cansan. Se trata
de una sociedad cansada, ya no solo por el trabajo
excesivo y su búsqueda incansable de éxito; sino
cansada, además, de recibir de los medios masivos,
que controlan la cultura, siempre lo mismo, lo cual
le produce mayor vacío y frustración. Es un círculo
vicioso que sigue vigente en la actualidad.
Conicto de intereses
En autor no incurre en conictos de intereses.
Rol del autor
TB: Conceptualización, Investigación, Escritura-
Preparación del borrador original, Redacción-
revisión y edición.
Fuentes de nanciamiento
Esta investigación no recibió ninguna subvención
especíca de ninguna agencia de nanciación, sector
gubernamental ni comercial o sin nes de lucro.
Aspectos éticos / legales:
El autor declara no haber incurrido en aspectos
antiéticos ni haber omitido normas legales.
ORCID y correo electrónico
Tomás Carlos M.
Barriga Barriga
https://orcid.org/0000-0003-
1020-2856
67
Barriga, T. (2022). Tierra Nuestra, 16(1), 60-67. DOI. https://doi.org/10.21704/rtn.v16i1.1919
Enero - Junio 2022
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