La violencia y la sororidad en el contexto andino de “Sangre coagulada”, de
Mónica Ojeda
Violence and sorority developed in the Andean context of “Sangre coagulada”, by Mónica Ojeda
DOI: https://doi.org/10.21704/rtn.v17i1.1985
©Los autores. Este artículo es publicado por la revista Tierra Nuestra del Departamento Académico de Ciencias Humanas
de la Facultad de Economía y Planicación, Universidad Nacional Agraria La Molina. Este es un artículo de acceso abierto,
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Forma de citar el artículo: Herrera, C., Villanueva, N., & Zapata, K. (2023). La violencia y la sororidad en el contexto
andino de “Sangre coagulada”, de Mónica Ojeda. Tierra Nuestra, 17(1), 70-78. https://doi.org/10.21704/rtn.v17i1.1985
Camila Alexandra Herrera Mendoza1* ; Natalia Michelle Villanueva Fernández1; Kathia Alejandra
Zapata Herencia1
1 Universidad Nacional Federico Villarreal, Lima, Perú.
* Autor de correspondencia: 2019014325@unfv.edu.pe
* https://orcid.org/0009-0000-5013-0071
Recibido: 25/01/2023; Aceptado: 10/05/2023; Publicado: 26/06/2023
Resumen
La presente investigación se enfoca en el desarrollo del tema de la violencia dirigida hacia el género femenino
y en la sororidad que se desenvuelve en el contexto andino plasmado en el cuento “Sangre coagulada” del
libro Las voladoras (2020), de Mónica Ojeda. La atención se focaliza especialmente en el personaje de la
“abuela” desde una perspectiva gótica andina, debido a que se presenta como una gura violentada y marginada
socialmente que, al mismo tiempo, representa la sororidad que contrarresta la violencia contra la mujer. Debido
a su trabajo como abortera, su nieta y ella son señaladas por los habitantes del pueblo como sujetos abyectos,
porque trasgreden el orden social y moral del pueblo. Esto la convierte en una “bruja” de la comunidad. Por
ello, para fundamentar el tema de estudio sobre la violencia contra la mujer y la sororidad, se emplearán los
aportes teóricos de bell hooks, Walter Benjamin y Judith Butler, entre otros. Luego, se realiza el análisis, que
está dividido en dos secciones: la violencia en los personajes femeninos y la sororidad frente a la violencia
contra la mujer. Finalmente, se exponen las conclusiones obtenidas.
Palabras clave: violencia, género, sororidad, gótico andino, abyecto.
Abstract
The present investigation focuses on the development of the theme of violence directed towards the female
gender and on the sorority that unfolds in the Andean context embodied in the story “Sangre coagulada”
from the book Las voladoras (2020) by Mónica Ojeda. The attention is especially focused on the character
of the “grandmother” from an Andean Gothic perspective, because she is presented as a violated and socially
marginalized gure who, at the same time, represents the sorority that counteracts violence against women.
Due to her work as an abortionist, she and her granddaughter are pointed out by the town’s inhabitants as
Tierra Nuestra 17(1): 70-78 (2023)
Tierra Nuestra
ISSN 2519-738X (En línea), ISSN 1818-4103 (Impresa)
https://revistas.lamolina.edu.pe/index.php/tnu
ARTÍCULO ORIGINAL –RESEARCH ARTICLE
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Herrera, C., Villanueva, N., & Zapata, K. (2023). Tierra Nuestra, 17(1), 70-78.
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abject subjects, because they transgress the social and moral order of the town. This makes her a “witch” of the
community. Therefore, to support the topic of study on violence against women and sorority, the theoretical
contributions of bell hooks, Walter Benjamin and Judith Butler, among others, will be used. Then, the analysis
is carried out, which is divided into two sections: violence in female characters and sisterhood in the face of
violence against women. Finally, the conclusions obtained are presented.
Keywords: violence, gender, sisterhood, Andean gothic, abject. Introducción
1. Introducción
Mónica Ojeda (Guayaquil, 1988) obtuvo el Premio
ALBA Narrativa con su novela La desguración
Silva (2015). En el año 2017, formó parte del grupo
de los 39 mejores escritores latinoamericanos de
cción menores de 40 años. Además, fue ganadora
del Premio Príncipe Claus Next Generation (2019).
Algunas de sus obras son La desguración Silva
(2014), Nefando (2016), Mandíbula (2018) y Las
voladoras (2020). Su primer libro de poesía fue
El ciclo de las piedras, con el que ganó el Premio
Nacional de Poesía Desembarco en 2015.
Un ejemplo claro de la temática andina de su
producción es el libro de cuentos Las voladoras,
publicado en el 2020 por la editorial Páginas de
Espuma. El libro reúne ocho cuentos desarrollados
en ambientes andinos que se ubican en ciudades y
pueblos en donde la violencia, el misticismo o los
ritos ancestrales, lo terrenal y el terror se agrupan en
un estilo que Ojeda denió como “gótico andino”,
pues hace que el horror y la belleza se junten. Así, se
aprecia que aborda temas referentes al feminicidio, la
violencia doméstica, el abuso sexual, el aborto, entre
otros. Los cuentos varían entre personajes míticos que
acechan en los tejados y alzan vuelo, una adolescente
apasionada por la sangre envuelta en la violencia, una
profesora que recoge la cabeza de la vecina que se
encuentra en su jardín o mujeres que sufren distintos
tipos de violencia.
Ojeda decidió incorporar el género gótico andino
a su obra basándose en el concepto que desarrolló
Álvaro Alemán (2017) durante un congreso de
ecuatorianistas, a pesar de que no existía en ese
momento un concepto teórico. La escritora ahondó
en el tema de lo gótico andino con suma libertad y lo
denió como una literatura que es trabajada desde la
violencia dentro de una ubicación geográca marcada
que es la Cordillera de los Andes, a través de sus
mitos, narraciones y simbología contemporánea.
Por ello, en este trabajo, la atención recae en
“Sangre coagulada”, que narra la historia de Ranita,
una muchacha enviada por su madre a vivir al páramo
con su abuela, considerada una bruja por los aldeanos,
ya que practicaba abortos y vivía aislada del pueblo.
Ranita es un personaje adolescente que vive bajo la
protección de su abuela, que es considerada un intento
de imagen de autoridad, porque, a pesar de que es
independiente y tiene la capacidad de mantenerse sin
una gura masculina a su lado, también es marginada.
Se presenta, entre los aspectos del cuento, una
temática de violencia física y psicológica que sufre
la mujer andina.
Debido a ello, el enfoque se concentra en los
temas de la violencia y la sororidad desarrollados en
el contexto andino plasmado en el cuento “Sangre
coagulada”, de Mónica Ojeda. Esto se debe a que
los personajes femeninos, como ya se ha presentado,
son marginados. No obstante, las mujeres del relato
se apoyan entre ellas mismas y brindan ayuda a las
demás mujeres de su comunidad. Este planteamiento
abre la problemática sobre cómo se desarrolla
la violencia en relación con la sororidad, la cual
también es llamada “solidaridad entre mujeres”.
Especícamente, el problema se orienta a estudiar
cómo se relaciona la violencia con el género gótico
andino y de qué manera se emplea la sororidad para
contrarrestar el contexto de la violencia de género.
En respuesta, se propone como hipótesis general
que el contexto andino que se desarrolla en el cuento
“Sangre coagulada” está rodeado de temas negativos
como la pobreza, la ignorancia, la marginación y
el machismo, los cuales generan la violencia que
sufre el sujeto femenino, al cual se proyecta como
lo abyecto de la sociedad. En consecuencia, se
desarrolla la sororidad como un medio o mecanismo
que contrarresta dicha situación de abuso.
Con respecto a las hipótesis especícas, la
primera plantea que el género gótico andino se
basa en plasmar caracteres oscuros y terrorícos
relacionados con la cultura andina, y, por ello, este
se emplea para evidenciar la violencia ligada con la
mujer socialmente marginada. Para ello, se entiende
que las tradiciones de lo gótico andino muestran a la
violencia como una herencia cuestionable.
En la segunda hipótesis, se sostiene que la
violencia de género sucede de manera recurrente,
debido a que las mujeres del pueblo viven bajo el
yugo masculino. Esto se maniesta por medio de los
ataques físicos y el hecho de que sucedan abortos
clandestinos. Por ello, la sororidad se desarrolla como
mecanismo de apoyo que actúa como un amparo que
se representa a través de la abuela.
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Por consiguiente, se establece como objetivo
principal analizar el desarrollo de la violencia y la
sororidad sobre la base del personaje de la abuela. En
consecuencia, los objetivos especícos se enfocan en
analizar los actos de violencia que son contrarrestados
por la sororidad y en determinar cómo el contexto
andino representa a la mujer como lo abyecto de la
sociedad.
2. Marco teórico
Para desarrollar esta idea, el marco teórico se basa
en los estudios que tratan sobre los temas esenciales
que se plasman en el cuento “Sangre coagulada”: la
sororidad y la violencia de género. Sobre la base de
los artículos o textos académicos que tratan sobre
aquellos temas, se emplearon, por un lado, los textos
teóricos referentes a la sororidad: El feminismo
es para todo el mundo (2014), de bell hooks; y El
feminismo en mi vida (2012), de Marcela Lagarde.
Por otro lado, sobre los conceptos que abordan
la violencia de género presente en la literatura
contemporánea latinoamericana se escogieron los
siguientes textos: Para una crítica de la violencia
y otros ensayos (1998), de Walter Benjamín;
Literatura contemporánea, espejo de la violencia
(2012), de Silvia Alarcón; “De la memoria: ética,
estética y autoridad” (2015), de Carlos Pabón; y
“Discurso patriarcal en la literatura más reciente
latinoamericana” (2012), de José María Molas.
Con el apoyo de estos estudios, se abarcó el
análisis sobre cómo transcurre la violencia dirigida
al género femenino y cómo actúa la sororidad en
un contexto andino que se rige por una normativa
patriarcal como la que presenta el cuento “Sangre
coagulada”.
3. La trasgresión de la mujer en la cultura andina
La violencia ejercida contra la mujer ha estado
presente sobre todo en los contextos de pobreza y
marginación que predominan en Latinoamérica. No
obstante, con el transcurso del tiempo, la situación
de violencia ha experimentado algunos cambios en
varios de los países latinoamericanos. Sin embargo, se
ha mantenido intacta especícamente en las regiones
andinas que mantienen culturas conservadoras, las
cuales comparten varios aspectos con la violencia en
sus costumbres o tradiciones.
En este sentido, se puede considerar que varias
regiones andinas abarcan muchas comunidades cuyas
condiciones de vida precaria, en las que predomina
el falogocentrismo, permiten que la violencia
permanezca como parte de la enseñanza brindada
entre generaciones. Como parte del conocimiento
que se imparte en estas comunidades se incluye la
creencia que coloca a las mujeres en una posición
inferior a la del hombre. En otras palabras, por años se
ha mantenido la idea de que la mujer es un ser pasivo
que debe mantener un comportamiento sumiso frente
a las guras masculinas y permanecer en una posición
subordinada a estas. En consecuencia, la dominación
masculina sobre el género femenino sigue integrando
la cultura de las regiones andinas.
Acerca de la dominación femenina, Verónica
Montúfar, en la tercera parte del libro Mujeres de los
Andes: condiciones de vida y salud (1992), explicó
que esta abyección de la mujer se asentó por medio de
la violencia, al igual que la transgresión.nDentro de un
contexto andino, ambos aspectos son incluidos dentro
de las costumbres, por lo que se mantienen vigentes
por mucho tiempo y provocan la opresión del género
femenino. Montúfar (1992) también sustentó que la
violencia ejercida sobre las mujeres andinas es una
práctica de transgresión que, al mantenerse constante,
se integró en la vida cotidiana de los individuos del
espacio rural. Es decir, la violencia siempre estuvo
presente en todos los lugares y situaciones comunes
como el hogar, en donde más recurrentemente se
cometían injurias dirigidas hacia sujetos femeninos,
incluso por parte de sus propios familiares.
En el cuento “Sangre coagulada”, se puede
evidenciar que la historia de Ranita se desarrolla
dentro de un contexto en el que se transgrede a las
mujeres usando la violencia como un método de
dominación. Sin embargo, dicha transgresión se
presenta como parte de la vida cotidiana de las
féminas de la comunidad, sobre todo en la de Ranita
y la abuela por ser personajes disidentes.
Especícamente, el personaje de la abuela se
puede considerar como el modelo de una víctima
sobreviviente de la transgresión recurrente, ya que
no terminó siendo dominada por la violencia y
pudo desligarse de la imagen sumisa que se atribuía
a la mujer andina. Evidencia su triunfo sobre la
transgresión al vivir por su cuenta y al ejercer la
labor de abortera. Como se aprecia, la abuela se
basta consigo misma y no necesita de una presencia
masculina. Sin embargo, esto solo ocasiona que sea
apartada de toda la comunidad andina, lo que la
convierte en blanco del rechazo, tanto de hombres
como de mujeres.
El repudio de estas últimas se debe a que están
acostumbradas a la violencia dominadora ejercida
por los hombres. Según Maruja Barring (2001), en
el contexto andino, se considera que la violencia es
un comportamiento permitido, ejercido únicamente
por los hombres, con el cual intentan “educar” a las
mujeres y evitar que cometan errores que afecten su
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respectiva honra. De manera similar, en el artículo
de Loza-Ramos et al. (2022), titulado “Análisis de la
violencia contra la mujer en el contexto andino”, se
mencionó que la violencia contra la mujer funciona
como un poder con el que los hombres pueden
mantener a las mujeres sujetas a un rol de género
establecido por ellos, lo que no les permite ejercer
algún derecho o libertad.
Sin embargo, por más que en la comunidad se
ejerciera la violencia contra las mujeres con el n
de “evitar” que cometieran errores que afectasen
su honra, eso no evitaba que ocurrieran muchos
embarazos no deseados como producto del abuso
sexual. Ante esta situación, el personaje de la abuela
adopta un rol muy relevante, ya que es la única que
se encarga de practicar abortos. A pesar de que la
repudian y atacan, las mujeres de la comunidad no
dejan de acudir con ella, pues posee los conocimientos
para lidiar con los embarazos.
3.1. Violencia y abyección femenina
La literatura contemporánea aborda la representación
de la violencia en la sociedad mostrando el sufrimiento
y la reexión que conllevan los sucesos violentos.
Para Alarcón (2012), la literatura vive un nuevo
realismo mediante la transmisión de la violencia
ejercida que realizan los medios de comunicación.
La mayoría de los relatos literarios que se asocian
con la violencia se focalizan en la representación
de la sociedad y del entorno en cada contexto para
evidenciar la deshumanización, la fatalidad o el
destino que aquello provoca. Los personajes, en los
relatos, representan la injusticia y el deseo de poder.
A partir de lo mencionado, el concepto “violencia
de género” es una problemática que incluso hasta
hace poco fue considerada un asunto que no se debía
expresar. Con el tiempo, ha trascendido y refuerza
que es un estado de subordinación de las mujeres
ante los hombres que implica la desigualdad de
derechos y la dominación mediante la violencia. Esta
discriminación hacia las mujeres se vive en el mundo
y en los diferentes países y culturas.
En consecuencia, aquella violencia de género,
segregación y desigualdad que subordina, en este caso
a la mujer, también se narra en la literatura. Lespada
(2015) resaltó la relación de la verdad y el poder con
la literatura, pues, según Foucault, aquella relación
hace que la literatura revele lo que “no se puede decir”
y transgreda los límites y reglas mediante el discurso
de la “infamia”. Es decir, la literatura, aunque es
cción, se compromete a revelar la verdad. Por ello,
la violencia en la literatura considera la realidad y se
transforma en un espacio de expresión sobre el horror
que esta implica.
Ante ello, el presente estudio se sustenta en Molas
(2012). Este autor expuso que el discurso patriarcal en
la literatura latinoamericana maniesta la misoginia
literaria, la cual representa, a su vez, la misoginia
en la realidad mediante el sistema de violencia
patriarcal. Así, las escritoras latinoamericanas
transgreden aquel sistema mediante su lucha ante esta
problemática. Asimismo, expresó que, en diversos
países latinoamericanos, en su mayoría, han sido los
escritores los que han resaltado. En cambio, desde
1912 hasta 1962, en Latinoamérica, no había ninguna
escritora más que Magaly García Ramis, que se
dedicaba no solo a los cuentos sino a la literatura en
general. De acuerdo con ello, la literatura se concibe
como un elemento que expone la realidad ideológica
de la superioridad del hombre y la inferioridad
de la mujer, además de demostrar transgresión y
resistencia.
Al respecto, el cuento “Sangre coagulada”
representa la violencia de género, el machismo y la
marginación hacia el sujeto femenino, y proyecta
aquella violencia como abyecta en la sociedad. Butler
(2002) denió “lo abyecto” del siguiente modo:
lo abyecto designa aquellas zonas “invivibles”,
“inhabitables” de la vida social que, sin embargo,
están densamente pobladas por quienes no
gozan de la jerarquía de los sujetos, pero cuya
condición de vivir bajo el signo de lo “invivible”
es necesaria para circunscribir la esfera de los
sujetos. (pp. 19-20)
Por ello, el sujeto se desarrolla a través de la
fuerza de la exclusión y la abyección, aquello que
se presenta como lo exterior del sexo, lo que es
inclasicable e ininteligible. Así, los cuerpos se
constituyen como materias que son sexualmente
diferenciadas, intervenidas como productos de
relaciones de poder en donde el sexo y sus diferencias
se constituyen dentro de aquellas relaciones.
Los cuerpos son el lugar donde las relaciones
sociales y de poder inscriben su historia, y vienen
a ser un constructivo histórico. Grandinetti (2011)
mencionó que, según el pensamiento de Bourdieu,
“el cuerpo también es construido socialmente y en
relaciones de dominación. Es el mundo social el
que construye al cuerpo como realidad sexuada y
como depositario de principios de visión y división
sexuada” (p. 3). Además, para Bourdieu (2000), la
división de los cuerpos sexuados son el producto
de la dominación masculina, para la cual existe una
oposición falocéntrica, es decir, lo masculino se
asocia con lo positivo y alto; y lo femenino, con lo
negativo y bajo. Por ello, se entiende que los sexos se
construyen en las relaciones. Estas diferenciaciones
se producen por el discurso repetitivo que establece
lo social.
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De esta forma, mediante la exclusión social, ya
sea por género o enfermedad (el ser diferente), se
puede entender que lo abyecto es lo que distingue lo
humano de lo que no lo es, pues aquel proceso de
ser o no humano es exclusión. Además, las relaciones
de dominación, sobre todo en las que predomina
la dominación masculina, producen esquemas de
percepción y división de lo femenino-masculino; por
ello, estos son socialmente construidos.
El cuento “Sangre coagulada” relaciona la
violencia con lo abyecto femenino, ya que se centra
en una cultura en la que se verica la imposición
masculina. Esto se evidencia por medio de la abuela,
quien vive en la zona andina; por su nieta Ranita,
quien es víctima de abuso sexual, y por la referencia
al aborto y a las mujeres que lo practicaban.
Asimismo, Ranita es una adolescente que padece
problemas de salud mental. Esta enfermedad fomenta
su exclusión y la lleva a ser dominada por un hombre
que se aprovecha de su inocencia. Esta relación de
diferenciación entre lo femenino-masculino sustenta
la idea conservadora de sexualidad, según la cual
se excluiría a la abuela y a Ranita por su género.
Esto las lleva a ser abyectas, debido al sufrimiento
de violencia que les es impuesto, lo que, asimismo,
deteriora su identidad y corporalidad.
3.2. Violencia femenina en la narrativa
latinoamericana
La violencia de género abarca todo acto que afecte
de forma negativa o que vulnere física, psicológica o
sexualmente a una persona. En precisión, las féminas
son los individuos más propensos a sufrir este tipo
de violencia, debido a factores sociales como el
machismo o la desigualdad. En estos términos, la
violencia se relaciona con la crítica hacia la injusticia
y la falta de derechos, porque surge en el medio de
estos procesos como la problemática y no como el
n. Aunque sea provocada por un deseo personal o
ideológico que se crea válido, hay tan poco problema
en la utilización de la violencia para nes justos,
como para toda persona que siente el “derecho”
de desplazar su cuerpo hacia una meta deseada
(Benjamin, 1998).
Por ello, en el relato, se aprecia constantemente
que el pueblo y los individuos que rodean a la abuela
y a Ranita se arrogan la potestad de marginarlas,
porque consideran que su creencia de que son brujas
o están malditas está fundamentada y justicada. Así,
el maltrato ejercido contra estas mujeres muestra una
realidad omitida, ya que son personajes capaces de
lograr una vida independiente del sistema patriarcal,
lo cual genera que sean apreciadas de manera
negativa. Esto que se observa en la narrativa es
común en la realidad latinoamericana:
optan por abordar la experiencia de la
violencia extrema desde la cción reconociendo
que si bien en toda buena cción está presente un
entrecruzamiento crítico entre verdad y falsedad,
la cción no es necesariamente lo opuesto de la
verdad …. no se escribe cciones para eludir por
inmadurez o por irresponsabilidad, los rigores
que exige el tratamiento de la “verdad”, sino
justamente para poner en evidencia el carácter
complejo de la situación, carácter complejo del
que el tratamiento limitado a lo vericable implica
una reducción abusiva y un empobrecimiento.…
(Pabón, 2015, p. 27)
Como se mencionó en el párrafo previo, la
experiencia de la violencia se encuentra arraigada en
la narrativa latinoamericana para dotar de valor a la
demostración de una verdad omitida. Esto se debe
a que comúnmente se violenta la gura femenina,
especialmente la de la mujer andina, porque se
minimiza su papel en la sociedad. En el cuento
“Sangre coagulada”, el personaje de la abuela es el de
una “doctora” dotada de conocimientos en medicina,
además de que posee cualidades para administrar
sus animales y su terreno, lo cual la hace una mujer
inteligente y hábil. Sin embargo, no es valorada por
ello.
3.3. Sororidad
El concepto de sororidad reere a la solidaridad y
al afecto desarrollado entre las mujeres. Representa
la unión y el apoyo desinteresado entre estas sin
importar su estatus social, religión y origen, lo que
permite considerar que esta palabra es una creación
de la estética “femenina”. Se parte, para ello, de la
postura general de Kate Millett, planteada en su libro
Política Sexual (1970). Este fue un referente inicial
del feminismo que se inició en la segunda ola de la
década de 1970, solo que la autora lo propuso en
inglés como sisterhood.
Por otro lado, según Lagarde (2012), la sororidad
es una dimensión ética, política y práctica del
feminismo contemporáneo; es el pacto político entre
mujeres que se reconocen como interlocutoras, lo
que permite eliminar las jerarquías sobre la base del
principio de la equivalencia humana. Su objetivo es
contribuir con acciones especícas a la eliminación
social de todas las formas de opresión y al apoyo
mutuo para lograr el poderío genérico de todas y el
empoderamiento vital de cada mujer. De acuerdo con
esto, la sororidad emerge como una alternativa a la
política que impide a las mujeres la identicación
positiva de género, el reconocimiento, la agregación
en sintonía y la alianza. De este modo, desmonta la
misoginia y se hace posible como un proceso basado
en la autonomía de las mujeres.
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Por ello, la sororidad es un término exclusivo
para el uso de la mujer, que cumple con el objetivo
de unir a todas sin discriminaciones. Al respecto,
bell hooks (2014) complementó la idea de una
forma más práctica con el ejemplo de que tanto las
mujeres blancas como las mujeres negras son iguales,
incluyendo también a las mujeres lesbianas. Hooks
(2014) agregó la sexualidad sin importar el estatus
social o económico. Lo hizo con el n de enfrentarse
al sexismo impuesto por el sistema patriarcal que
dominaba a las mujeres y del cual se percató en su
época universitaria.
Por ello, la sororidad es para el feminismo la
fuerza solidaria que experimentan las mujeres que
deciden unirse, apoyarse y protegerse. Asimismo, se
considera un acto de amor desinteresado a ser mujer y
propone la unión en la hermandad para conseguir una
vida pacíca. Esto se verica en el caso de la abuela y
de Ranita, que se apoyan para vivir juntas y subsistir.
4. Análisis del texto
4.1. La violencia en los personajes femeninos
En el cuento “Sangre coagulada”, los personajes
femeninos de la abuela y su nieta Ranita son víctimas
de la violencia social que se produce a nivel físico,
psicológico y sexual. En el pueblo, la abuela es
asociada con lo abyecto por no seguir el orden social
establecido. Es un sujeto independiente que rompe
con los esquemas sociales al ser capaz de mantenerse
por su cuenta, junto a su granja y chacras, y al poseer
conocimientos de medicina rural, los cuales transmite
a su nieta.
Al mismo tiempo, estos dos personajes femeninos
también sufren de discriminación por parte de otras
mujeres. A pesar de que la abuela les brinda ayuda,
incluso su propia hija, la madre de Ranita, la rechaza
de igual manera que a su nieta: “Según mami yo ya
soy tarada, pero no estúpida. Según mami todavía
puedo salvarme de la estupidez. Cuando tenía diez
años ella me dejó con la abuela para que aprendiera
cosas” (Ojeda, 2020, p. 19). Esta transgresión que
sufren ocurre por el hecho de que no siguen una vida
tradicional como las demás personas del pueblo.
Adicionalmente, en el caso de Ranita, se le considera
un personaje insano por cómo se obsesiona con la
sangre.
Así pues, en una primera instancia, la violencia
psicológica y física hacen que la abuela se convierta
en un refugio y apoyo para su nieta. Aquella impide
que esta lidie sola con la marginalización de la que
es objeto por parte de su propia progenitora y de la
comunidad.
Se presenta, entonces, que el personaje de
Ranita es, al igual que su abuela, sujeto de rechazo
y de vejaciones, especialmente ligados con el abuso
psicológico. Mientras que la abuela es abyecta por
su ocio de abortera, Ranita lo es por su condición
mental, que le provee una perspectiva más “inocente”
del contexto violento que le rodea hasta el extremo de
normalizarlo:
Frente a la abuela él apenas me dirigía
la palabra, pero a veces, si estábamos solos, me
pedía que le hablara de Firulais y yo lloraba
aporque lo extrañaba mucho y en la nca no
teníamos perro. Otras, me daba de beber algo
amargo que me hacía dormir en los matorrales.
Cuando despertaba volvía a casa con cansancio y
dolor entre las piernas, pero ngía estar bien para
que la abuela no se enojara. (Ojeda, 2020, p. 24)
De esta manera, altera la situación de transgresión
en la que es víctima. Por ello, Ranita es capaz de
seguir adelante y afrontar su situación, y también
gracias a la protección y sororidad que le brinda la
abuela. Sin embargo, en parte, esta es consciente de
que más adelante a su nieta también le tocará pasar
por la misma experiencia de transgresión que ella
por ser mujer. Por consiguiente, al transmitirle sus
conocimientos de medicina, le garantiza un medio
de protección. Además, al trasmitir sus saberes, se
asegura de que su ocio de abortera no se pierda
después de su muerte, ya que, aunque es un trabajo
señalado como inmoral, es muy requerido en la
comunidad, sobre todo por las mujeres jóvenes. No
obstante, la abuela también enfrenta la violencia de
manera vengativa cuando se entera de los abusos que
ha sufrido Ranita. Después de practicarle un aborto,
se venga del violador como una forma de disculparse
con la chica por no haberla protegido debidamente.
Por eso, también se puede entender que aquel
pueblo andino estaría regido por la doble moralidad
y la violencia de género. Esa situación se debe a que,
según explicó Montúfar (1992), “la violencia está tan
encarnada en la vida de la gente del pueblo, que de
ella las mujeres, aún con mayor rigor, no han podido
salir del círculo vicioso en que las ha sumergido la
violencia” (p. 253). La abuela ha vivido en ese pueblo
toda su vida, por lo que conoce bastante bien dicha
situación y sabe cómo sobrellevarla. En cambio,
Ranita, adolescente todavía, tiene aún que aprender a
lidiar con la violencia por medio de las lecciones que
le brinda aquella.
La violencia presente en el cuento “Sangre
coagulada” es la misma que se evidencia en otros
textos literarios igual de recientes que el cuento de
Ojeda. Sobre todo, en esos textos, se aborda el tema
de la violencia sexual nombrándolo como un acto
La violencia y la sororidad en el contexto andino de “Sangre coagulada”, de Mónica Ojeda
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que se mantiene vigente en la sociedad actual. De
cierta forma, se lo señala como un tipo de “violencia
moderna”, en la que casi siempre es un individuo
masculino el que comete actos violentos en contra
de una fémina. Cómo indicó Molas (2012), esa clase
de violencia “ha existido siempre porque siempre la
hemos encontrado en la literatura y la literatura no es
más que la apología de la sociedad que representa” (p.
1188). Se entiende, entonces, que la violencia hacia
la mujer, la cual se presenta en el cuento “Sangre
coagulada” y muestra como víctimas a los personajes
de la abuela y Ranita, fue considerado por muchos
años como un acto lícito o que estaba permitido.
No obstante, por medio del personaje de la abuela
también se evidencia una gura que, a su manera,
encuentra la forma de contrarrestar dicha violencia.
4.2. La sororidad frente a la violencia de género
Como ya se ha presentado en la primera parte del
análisis, el contexto de violencia que rige en “Sangre
coagulada” es crudo y constantemente agresivo
con la abuela y la nieta, porque viven bajo un yugo
patriarcal conservador que las condena. Esto ocurre,
entonces, tanto con los personajes principales
como con las demás jóvenes mencionadas, que
abortaban clandestinamente porque dependían de la
aceptación social. Sin embargo, la abuela “rompe”
este pensamiento, ya que evidencia el apoyo entre
mujeres en el trasfondo de toda la marginación que
las rodea. Esto genera una reexión que se maniesta
en el cuestionamiento de Ranita: «Cuando se fueron
le pregunté a la abuela: “¿Por qué las ayudamos si son
malas?”. Y ella me dijo: “Aquí somos así, mijita”»
(Ojeda, 2020, p. 25). Como se presenta en el apartado,
la disposición que muestra la abuela hace que sea
una gura femenina fuerte, capaz de funcionar como
símbolo de sororidad.
Así pues, la abuela se opone y contrarresta la
violencia social que sufren las mujeres en el cuento:
les brinda consuelo y las cuida a pesar de que recibe
desprecio. Además, protege a Ranita sin importarle
su estado mental, por lo cual fue rechazada por su
madre, y sustituye la imagen materna protectora: «…
Por la noche me besaba en el cogote y era un beso
tan rápido que apenas lo sentía. “Abuela, me besas
igualito que a los animales”, le dije una vez y ella me
sonrió.» (Ojeda, 2020, p. 21). Así, el fragmento citado
muestra un vínculo sentimental de comprensión y
amor que las ayuda a soportar el rechazo que viven
constantemente, pero también les da valor para
defenderse.
Entonces, la abuela es apreciada como un ejemplo
de entrega hacia la protección de la feminidad, porque,
sin que le importen las condiciones o la historia de las
jóvenes del pueblo que buscan abortar, las ayuda, y,
de ese modo, enseña a su nieta a ser entregada. Por
otro lado, la abuela muestra su fortaleza al basarse en
la naturaleza, considerada como parte de la “barbarie”
porque “forma parte” de ella, y es capaz de tomar la
justicia con sus propias manos cuando se da cuenta
de que el personaje denominado Reptil violaba a su
nieta:
“Perdóname, mijita” me dijo despacio, y a
me dio pena su llanto de murciélago, su llanto de
ratita. Le abracé las piernas peludas con culebras
y le pedí un perro bonito parecido a Firulais.
Ella aceptó. Dos días después comimos con
Reptil. Recuerdo su lengua engordando como
un gorrión, la sangre púrpura sobre la mesa, las
venas de su cuello del tamaño de gusanos fríos,
el machete limpio y brillante cortando el viento.
Recuerdo que canté duro mientras la abuela lo
veía retorcerse.... (Ojeda, 2020, p. 27)
Como se muestra en la cita, la abuela no solo se
erige en un símbolo de fuerza, sino que es capaz de
asumir el dolor. Asimismo, cada vez que se enfrenta
a lo masculino, como pasó con Reptil, ella adquiere
un aspecto más grotesco como si cargara con un
castigo por ir en contra de lo socialmente aceptado.
Debido a que la sororidad elimina las normativas y
las jerarquías sociales impuestas por el patriarcado, la
abuela asume la responsabilidad de priorizar el apoyo
hacia las mujeres sobre las normas implícitas que
establece la sociedad patriarcal.
En consecuencia, la abuela se convierte en el
sujeto de interés por su capacidad de lograr empatía
y plena disposición con las mujeres, lo cual la hace
ver como una madre ancestral en relación con la
naturaleza femenina, porque recoge su fortaleza de
las enseñanzas pasadas que fueron marginadas por
la violencia. Por ello, su nieta Ranita es su sucesora,
ya que se rige por una cadena ancestral que ha ido
revolucionando a las mujeres en su lucha contra el
yugo falogocentrista, frente a la dominación del
hombre.
5. Conclusiones
La violencia que se ejerce en contra de la mujer en las
regiones andinas prevalece aún. En aquellas regiones,
se permite que la violencia se integre en la enseñanza
que es transmitida generacionalmente. Por ello, se ha
creído que la mujer debe asumir un rol subalterno.
En esta situación, la violencia de género presente
en la literatura contemporánea latinoamericana se
evidencia en el cuento “Sangre Coagulada”.
En esta narración, la historia de Ranita se
desarrolla en un contexto que transgrede a la mujer
por medio de la violencia que se emplea para
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Herrera, C., Villanueva, N., & Zapata, K. (2023). Tierra Nuestra, 17(1), 70-78.
DOI. https://doi.org/10.21704/rtn.v17i1.1985
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dominarla. La transgresión se evidencia a través de
los personajes de Ranita y la abuela, ya que esta no
dejó que la dominen: se convirtió en una víctima
sobreviviente y se alejó de la imagen sumisa de la
mujer andina. Este personaje asumió un rol relevante,
por ejemplo, al practicar abortos sabiendo que, por
ello, iba a ser violentada.
La violencia de género, ejercida por la
desigualdad y la subordinación de la mujer, está
presente en la literatura latinoamericana, pues,
para evidenciarla, se considera el horror que
implica la realidad plasmándola en la cción que
se compromete a evidenciar la verdad. En “Sangre
coagulada”, se proyecta aquella violencia como
abyecta en la sociedad. En esta, se excluye a Ranita
por su condición mental y a la abuela por ser abortera,
de manera que se crea la diferenciación femenino-
masculino, que es ejercida por la idea conservadora
de sexualidad.
Asimismo, los personajes femeninos de la joven
Ranita y la abuela son víctimas de violencia física,
psicológica y sexual. Esto se produce porque la
abuela rompe con lo abyecto y con las reglas sociales
impuestas al ser un sujeto independiente. Esto se debe
a que la abuela ha experimentado muchos sucesos
violentos en aquel pueblo y, por ello, se encarga de
que Ranita siga aprendiendo de sus conocimientos
para no ser sometida a las reglas impuestas.
Finalmente, la abuela representa la gura
femenina como símbolo de la sororidad al brindarle
protección no solo a Ranita sino también a aquellas
mujeres del pueblo que son violentadas por pertenecer
a una sociedad patriarcal. Por ello, la sororidad
funciona como un vínculo fuerte de protección y hace
que las mujeres puedan defenderse ante los actos
de violencia. Esto también se evidencia cuando la
abuela se enfrenta a lo masculino, a Reptil. Así, esta
se convierte en el símbolo de la sororidad, debido a
que aporta fortaleza a Ranita y a las demás mujeres.
Sus aprendizajes son adoptados por su nieta, que se
convierte en su sucesora contra la sociedad patriarcal.
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Conicto de intereses
Los autores no tienen conictos de intereses.
Rol de los autores
CAHM: Conceptualización, Investigación, Escritura-
Preparación del borrador original, Redacción-
revisión y edición.
NMVF: Conceptualización, Investigación, Escritura-
Preparación del borrador original, Redacción-
revisión y edición.
KAZH: Conceptualización, Investigación, Escritura-
Preparación del borrador original, Redacción-
revisión y edición.
Fuentes de nanciamiento
Esta investigación no recibió ninguna subvención
especíca de ninguna agencia de nanciación, sector
gubernamental ni comercial o sin nes de lucro.
Aspectos éticos / legales:
Los autores declaran no haber incurrido en aspectos
antiéticos ni haber omitido normas legales.
ORCID y correo electrónico
Camila Alexandra
Herrera Mendoza https://orcid.org/0009-0000-5013-0071
Natalia Michelle
Villanueva Fernández https://orcid.org/0009-0000-8299-5686
Kathia Alejandra
Zapata Herencia https://orcid.org/0009-0009-2325-5528